Karla Alejandra Pérez es una de las 100 estudiantes que ganó la beca de la Fundación Obama. En ella se especializará en Justicia, Derechos, Equidad e Inclusión para apoyar a los inmigrantes.
La salvadoreña Karla Alejandra Pérez es una de las 100 estudiantes seleccionadas que ganaron la beca Obama-Chesky dirigida a jóvenes líderes que planean continuar sus estudios relacionados al servicio público.
La beca la entrega la Fundación Obama, del expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, su esposa Michelle, en alianza con el cofundador y director ejecutivo de Airbnb, Brian Chesky, quienes benefician este año a jóvenes de 35 estados y territorios que representan a 60 universidades de Estados Unidos y que cursan su tercer año universitario con el objetivo de “fomentar líderes emergentes dedicados a abordar desafíos globales y construir puentes en comunidades de todo el mundo”.
“Como salvadoreña que nací y crecí en El Salvador, y como primera generación universitaria en mi familia, me siento orgullosa de mis raíces. Siento una enorme responsabilidad de demostrar que nosotros los salvadoreños somos emprendedores y con enormes sueños, que logramos lo que nos proponemos”, mencionó Karla desde Los Ángeles, California, donde reside junto a su madre, Deysi Pérez.
La joven salvadoreña de 21 años recibirá ayuda financiera para continuar sus estudios. Con la beca Obama-Chesky, Karla es parte de la cohorte Justicia, Derechos, Equidad e Inclusión.
Según el sitio web de la Fundación Obama, el programa del que Karla es beneficiaria, se extenderá por dos años y ofrece “un paquete de apoyo transformador e integral que incluye ayuda financiera, una experiencia inmersiva de trabajo, viajes y acceso a una sólida red de líderes y mentores de la Fundación Obama”.
Cuando Karla recibió la notificación que había sido aceptada en la beca Obama-Chesky confesó que no podía creerlo.
“Pasé un buen rato viendo el teléfono, no lo podía creer. Cuando llegué a casa se lo mostré a mi mamá y las dos lloramos. Es la recompensa al sacrificio que ella ha hecho, que mi familia ha hecho. Lo hago por ella y por mi abuelita”, comentó la joven.
Karla emigró a Estados Unidos cuando tenía 14 años. Su madre ya estaba en aquel país trabajando para ayudarla a ella y a su familia en El Salvador. “Sufrí separación familiar con mi mamá, ella vino unos años antes que yo a Estados Unidos y yo me había quedado en El Salvador... pasó un tiempo para poder reunirme con mi mamá y restablecer una vida acá. Yo siempre fui criada por una madre soltera”, afirma.
Karla actualmente está comenzando su tercer año en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) donde estudia Ciencias Políticas y Estudios Laborales, además de dos especializaciones: Estudios Centroamericanos y Compromiso Comunitario y Cambio Social.
La salvadoreña cuenta que la adaptación en Estados Unidos no fue fácil. Cuando se integró al sistema educativo el idioma fue la primera barrera, pero dijo que con disciplina logró superarla y, de hecho, ayudó a otros estudiantes de diferentes nacionalidades e inmigrantes como ella, afirma, a tener las mismas oportunidades de desarrollo, de ahí que siempre se ha decantado por el servicio comunitario.
“Yo siempre pienso que uno puede dar su granito de arena para hacer del mundo en el que vivimos un lugar mejor y yo siento que no hay persona que lo sepa más que un inmigrante porque pasamos barreras, pasamos injusticias, pasamos lo que sea, pero nosotros hacemos un sacrificio enorme al dejar los países que tanto amamos. He mantenido la mentalidad de hacer lo imposible, posible”, señaló Karla.
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