El Águila no obró el milagro. Era complicado desde el inicio, pero al equipo migueleño las épicas no se le dan. Anoche empató 2-2, pero no fue suficiente, ya que en el global (2-4), el Motagua sentenció su boleto a la Copa de Campeones de la CONCACAF.

El Águila tuvo un gran arranque en el torneo, pero no le alcanzó, y cerró sus últimos cuatro partidos sin conseguir una victoria. En el Cuscatlán, el equipo se quedó nuevamente a las puertas de un milagro que nunca apareció.

El inicio fue prometedor. Los emplumados dominaron el partido, pero no fue suficiente; las desconcentraciones en el complemento terminaron por darle la clasificación al equipo hondureño.

Águila se adelantó

El Águila tuvo un primer tiempo que hacía creer en la remontada, ya que el fútbol y los astros parecían estar de su lado. Dominó la posesión y mostró solidez en defensa, lo que permitió a Benji Villalobos mostrar su seguridad bajo los tres palos.

A pesar de los cambios defensivos, los emplumados no se desdibujaron y llevaron el peso ofensivo que, en 31 minutos, les permitió encontrar el gol que abría las ilusiones.

Fue en un momento del encuentro en el que el Motagua comenzaba a acercarse al área del Águila. Un contragolpe por la banda derecha permitió que Kevin Reyes, con todo el espacio del mundo, mandara un centro medido a uno de los más pequeños atacantes, Dixon Rivas, quien, con un cabezazo, le ganó a la línea defensiva y marcó el 1-0.

El gol no descontroló al Águila, que siguió presionando, y la balanza se inclinó de nuevo a su favor cuando, al minuto 38, llegó la doble amonestación para el defensor Luis Vega, que dejó a Motagua con uno menos.

Entonces llegó la pregunta: ¿encontraría el Águila el fútbol suficiente en sus jugadores para empatar la serie con uno menos, o el escenario les jugaría en contra en el segundo tiempo tras una primera parte que les dio superioridad? Pero ya sabemos lo que suele ocurrir en estas situaciones. Todo el guion se vino abajo y los locales fueron incapaces de hacer valer esa ventaja.

A los 54 minutos llegó la catástrofe para el Águila. Una buena intervención de Luis Mejía por la derecha le permitió ganar en el uno a uno por velocidad y, tras un regate a la mala marca de Walter Pineda, que no cerró a tiempo, el atacante catracho disparó con potencia y marcó el 1-1. Esto ponía la serie cuesta arriba y obligaba al Águila a marcar dos goles para llevar el partido a tiempo extra. Complicado.

Por si las cosas no fueran lo suficientemente malas, un clavo más se sumó a la cruz de los aguiluchos: una falta de Benji Villalobos a los 63 minutos le significó la amarilla y el penalti que permitió a Auzmendi anotar el 1-2, un golpe mortal.

Cuatro minutos después, Edgar Medrano anotó el empate, pero no bastó. El Águila quedó de nuevo a las puertas de un milagro.