Los Juegos Olímpicos iniciaron con un hecho sin precedentes en el fútbol.
Después de más de una hora de suspensión por incidentes dentro del estadio, los jugadores de Argentina y Marruecos tuvieron que salir al campo de juego a jugar tres minutos restantes del tiempo agregado. El árbitro revisó la jugada del gol de Medina sobre la hora y tras una revisión del VAR, el gol fue invalidado.
El partido se había suspendido momentáneamente por la invasión al terreno de juego de algunos aficionados de Marruecos y también por el lanzamiento de objetos tras el gol de Medina. El árbitro no pudo revisar el gol en ese momento y los dos planteles se marcharon a los camerinos esperando noticias del juego.
Tras la reanudación y el gol anulado, los jugadores de la albiceleste no lo podían creer y se lanzaron al ataque en esos minutos antes mencionados pero no pudieron emparejar el marcador y firmaron su primera derrota de los Olímpicos en un día que será recordado por mucho tiempo.
Por su parte, Marruecos celebró el triunfo con mucha euforia y de esta manera sumó los primeros tres puntos del grupo.
La magia de AIlias Akhomach y la pegada de Soufiane Rahimi habían puesto en un absoluto compromiso a la selección argentina, que en un visto y no visto, entre el final del primer periodo y el inicio del segundo, tenía un 0-2 en contra ante un rival muy bien armado que confirmaba su ambicioso proyecto en este torneo.
El talentoso jugador del Villarreal, formado en las categorías inferiores del Barcelona y que fue incluso internacional español en los equipos pequeños pero que finalmente se decidió por jugar con Marruecos, rompió en añicos a la Albiceleste de Javier Mascherano, víctima de su inspiración.
Tras un primer periodo equilibrado, sin apenas llegadas, en la prolongación Ilias Akhomach se inventó un bello gesto técnico, con taconazo incluido, que sirvió a Bilal Al Khannouss para que Rahimi, del Al Ain emiratí, desnivelara la balanza.
Le quedaba todo el segundo tiempo por delante a Argentina para enmendar la situación. Pero nada más reanudarse el partido, un ligero empujón de Julio Soler sobre la espalda del propio Ilias fue castigado con un penalti por el sueco Glenn Nyberg que materializó Rahimi.
Marruecos había encarrilado el choque ante una Argentina que apenas había generado nada. Julián lvarez, una de las referencias de este equipo junto a Nicolás Otamendi, Gero Rulli o Thiago Almada, no había aparecido. El delantero del Manchester City, sin balones, había pasado desapercibido, al igual que Lucas Beltrán.
Mascherano no tardó en dar entrada a Giuliano Simeone en lugar de Kevin Zenón para dotar de más llegada a su equipo. Decisión más que acertada la del Jefecito. El delantero del Alavés reactivó a sus compañeros y fue el encargado de darle esperanzas al acortar distancias a los 68 minutos.
Tres nuevas sustituciones y la postrera del Diablito Echeverri fueron las apuestas definitivas del seleccionador argentino. La Albiceleste, volcada, tuvo sus opciones, dos muy claras, un remate de cabeza de Bruno Amione y una llegada de Julián Alvarez, pero las abortó Munir El Kajoui. Tuvo que esperar hasta la última acción, una locura de rechaces, para sellar la igualada que le permitía salvar el partido pero a la postre de la invasión al campo nde juego por parte de los aficionados el VAR y el árbitro principal anularon el gol de Medina.
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