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El panelista de los programas de El Gráfico habló un poco de su historia en los medios y de su venida a El Salvador hace más de 40 años.
¿Quién es Bruno Porzio y cómo llegó a votar por el Balón de Oro?
El panelista de El Gráfico TV y del Güiri Al Aire, Bruno Porzio, ha sido tendencia a nivel mundial por su reciente votación en el Balón de Oro. El nacido en Milán habló acerca de su niñez, su venida a El Salvador y su inicio en los medios de comunicación.
¿Dónde nace Bruno Porzio?
Nací en Milán en 1968. Vine aquí en 1979 y no podía hablar una palabra de español. Bueno, me enseñaron en el avión a decir “manzanilla” porque a mí me gusta el té de manzanilla. Ahí empezó esta aventura que ya tiene más de 40 años aquí en El Salvador. Mi papá tenía parientes acá y decidió dar el salto en busca del sueño americano. Decidió venirse solo, los tres, ya que soy hijo único. Él decidió venir, y lo seguimos mi mamá y yo.
¿Cómo fue romper la barrera del idioma?
Recibí clases para aprender el idioma porque llegamos a mediados de año. Pude recibir clases intensivas con un sacerdote italiano que daba clases en el Ricaldone, se llamaba Padre Dante. Después ingresé al colegio a finales de enero o principios de febrero. Los años en el colegio fueron más o menos buenos, porque para alguien extranjero es difícil adaptarse y encontrar sinergia, pero poco a poco fuimos adaptándonos. Poco a poco también la gente se adaptó a mí. Vivía cerca de un parque en la colonia Miramontes, iba a jugar baloncesto y fútbol, y ahí hice un grupo de amigos. Me fue mejor fuera del colegio que dentro de él.
¿Cómo se fue conectando con la cultura salvadoreña?
La clave es nunca perder el amor por tus raíces y por tu tierra, pero también amar el país en el que estás viviendo. Italia es mi tierra; El Salvador es mi país. No fue un amor a primera vista, sino que fue algo que ha ido creciendo con el tiempo. He echado mis raíces acá, a mi familia, y fue algo que fue incrementando con el paso del tiempo. Viví los primeros años desde que llegamos con una guerra. Nunca había escuchado balas, ni visto una muerte de cerca, pero con lo que sucedió en la ofensiva del 89, eso cambió. Tampoco había vivido terremotos, y aquí sí los viví. Acá las emociones y aventuras no faltan; comparado con los años en Italia, aquí he vivido muchas cosas que a veces uno no pensaba que iba a vivir.
¿Cómo nace su amor por el deporte?
El amor por el deporte fue siempre. Desde chiquito narraba los partidos en el carro con mi papá cuando íbamos al estadio Giuseppe Meazza. Fue una pasión desde muy pequeño. En esos tiempos, la televisión en Italia era estatal, no había mucha oportunidad de ver cosas, y lo que se transmitía a nivel internacional era deporte. Vi la Copa Davis que ganó Italia en Chile en el 76, y así me fui empapando de todos los deportes. Al venir acá abrí mi espectro y empecé a ver béisbol, NBA, fútbol americano. A mí me gustan todos los deportes, a excepción de la Fórmula 1 y el rugby.
¿Estudió periodismo o comunicaciones?
Estudié Ciencias de la Comunicación en la Matías y tengo un diplomado en mercadeo , y esos son mis estudios. Pero siempre tuve en mente esto del deporte, siempre me encantó. He trabajado 25 años en publicidad, en las mejores agencias del país, manejando cuentas de marcas importantes. Hice una carrera paralela en comunicaciones y publicidad. Mi enfoque y pasión siempre han sido los deportes.
¿Y cómo ingresó a los medios de comunicación?
Entré a los medios en el lejano 1995. Rodrigo Calvo me dio la oportunidad de pertenecer al staff de Canal Cuatro, y ahí empecé. Estuve un par de años y después empecé mi vida en la publicidad, pero me había quedado con la espina de que nunca había podido hacer un Mundial, y lo logré hacer con ustedes en El Gráfico TV, en el Mundial de Catar.
¿Cómo nació lo de "Doc""?
Me autodenomino “Doc”. No es “Doctor”; la abreviatura de “Doctor” no es “Doc”, es “Dr.” Doc significa "denominación de origen controlada". Es un sello que le ponen a los vinos y a muchos productos italianos y de otras partes de Europa que, lastimosamente, en el mundo fueron mal copiados. Entonces, es una sigla, y yo me considero una persona con una denominación de origen controlada. Después, Cristian empezó a decirme Doctor y la gente también lo fue diciendo.
¿Cómo llega Bruno a votar para el Balón de Oro?
El voto para el Balón de Oro lo tenía Mario Posada. Yo trabajaba junto con él, tengo una buena amistad con él. Cuando él dejó de trabajar en el medio en el que estábamos, iba a buscar otras latitudes, y en ese momento él le escribió a la gente del Balón de Oro para decirles que ya no podía votar porque ya no iba a estar en los medios. Le preguntaron si recomendaba a alguien, y me recomendó a mí. Así fue como se contactó conmigo la gente de France Football.
¿Cómo recibió esa noticia?
Cuando me llamó y me dijo que se iban a comunicar conmigo de la revista, estaba emocionadísimo, porque siempre le he dado seguimiento al Balón de Oro. Para mí fue una gran emoción y lo sigue siendo; es extremadamente importante ser el que vota para el Balón de Oro.
En los últimos días ha tenido mucha viralidad por la votación pasada, ¿cómo lo ha tomado?
La verdad ha sido inesperada. No creía que se iba a dar esta situación. Yo siempre he vivido entre el desacuerdo y descontento de las personas por cómo soy en redes, pero creo que esta vez ha sido algo inesperado. Recibí algo que pensé que nunca iba a pasar, que fue una amenaza de muerte. Imagínate a los extremos que he llegado. Es increíble que algo lúdico, como el deporte, pueda generar un bombardeo de esa forma, hasta llegar a las amenazas de muerte.
Días después de la votación, ¿se mantiene firme con su elección?
Me mantengo firme con mi votación; siempre he sustentado mi votación y trato siempre de sustentar todo lo que digo. A mí no me gusta que no se sustente; me gusta dar argumentos del porqué. Creo que he dado suficientes argumentos para sustentar mi votación, y obviamente en una votación uno quiere que gane uno y no que gane otro. Así es esto, y estoy muy sereno y tranquilo con eso.
Y sobre las críticas...
Hay una frase famosa: "Que hablen bien o hablen mal, lo importante es que hablen".
¿Qué siente al estar en la mesa de El Gráfico TV?
Estar en El Gráfico TV ha sido un regalo de Dios. Poder estar con ustedes… Es claro que yo no soy una persona muy querida en los medios, y todas las puertas estaban cerradas. La única que me abrieron fue Cristian, a través de El Gráfico, y yo estaré eternamente agradecido. Me encuentro muy bien. Tenemos un gran equipo, y formar parte de este medio tan serio y relevante es para mí increíble.
¿Cómo se dio su llegada a El Gráfico?
Se dio de una forma muy simpática. Yo estaba haciendo un programa durante la pandemia en redes sociales, y Cristian vio este programa. Lo vio, lo siguió viendo, me dio seguimiento, y empecé a ser invitado en algunos programas de radio, después en El Gráfico TV, y ya para el Mundial me quiso dentro del equipo. Estoy agradecido con todos los que han estado ahí, con los que estuvimos y ya no están, y con los que estamos, porque me han hecho sentir súper bien.
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