
¿Cómo se logra preparar el cuerpo y la mente para correr durante más de 24 horas continuas en montañas elevadas a climas extremos? Guillermo Batres y Héctor Fuentes son dos salvadoreños ultra maratonistas que han completado ese reto y han representado a El Salvador a nivel internacional.
Correr largas distancias en montaña requiere de mucho acondicionamiento físico, nutrición balanceada, descanso adecuado y mucha fortaleza mental. El entrenamiento puede llevar años.
Hablar de correr es hablar de un universo completo lleno de variantes diversas: correr calle, correr montaña o “trail”, cambiar zapatos cada 400 kilómetros de uso o cada 800, levantarse a las 3:30 de la madrugada para lograr cubrir el kilometraje, correr de día o correr de noche, usar medias de compresión o punteras, llevar agua o no llevar, correr solo o en grupo.
En fin, las opciones varían. Sin embargo, hay una especialidad que merece una atención particular por el esfuerzo integral que implica: correr una ultra maratón de 100 millas en montaña.
Agosto de 2024 fue el mes en que Guillermo Alejandro Batres logró ese reto personal. Él es un salvadoreño de 42 años que emigró hace ocho a Estados Unidos. Hace dos años tomó la decisión correr 100 millas en las montañas de California durante una sola jornada, que para él duró 26 horas corridas. La carrera que eligió es Los Angeles Crest 100.
“Nunca antes cuando empecé pensé que iba a correr tanto, pero cuando me di cuenta que podía correr más y más la meta era llegar a las 100 millas como satisfacción personal. Corro desde el 2010, pero ya estructurado tengo alrededor de 8 años”, dice Batres.
Y es que correr largas distancias en montaña requiere de mucho acondicionamiento físico, nutrición balanceada, descanso adecuado y mucha fortaleza mental.
Para Batres, un ingeniero industrial de profesión, implicó sacrificios como “dejar de comer azúcar, entre lo más sencillo. Dejar de comer grasa, dejar de salir en la noche a una fiesta, tomar menos alcohol o no tomar. Para mi requiere mucha disciplina”, dice.
Ante la pegunta de cuál es la clave para lograr correr 100 millas de un solo tirón, su respuesta es: “la clave de todo es la disciplina porque larga distancia no es un juego. Debés estar completamente decidido a dejar todo, a sufrir”.
Por eso es que hay que entrenar de manera dura y constante, dice José Héctor Fuentes. Él es otro salvadoreño ultra maratonista que no solo se dedica a correr montaña, sino a entrenar a los atletas que quieren lograr este tipo de retos.
“El primer día inicié corriendo 20 minutos no soporte más tiempo y me regresé a casa, guardé los tenis y un mes después tuve la convicción de intentarlo de nuevo y poco a poco fui capaz de correr unos 30 minutos por lo menos tres veces a la semana”, recuerda Héctor.
“Siempre he sido bien de ir probando poco a poco, no soy de los que arriesgan mucho”. Dice. Experimentó correr en asfalto hasta que a principios del 2012 lo invitaron a una carrera en montaña, así que se consiguió un entrenador para esa carrera. “La mayoría quiere correr un maratón. Yo quería correr una maratón y conocí la montaña. “A fin de 2012, me di cuenta que había ultra maratones, pero me tenía que preparar”, cuenta Fuentes.
Así, al siguiente año contactó a un entrenador de distancia larga en montaña y en 2014 hizo sus primeros 50 kilómetros en Costa Rica. “Me gusta eso de correr solo y resolver cosas que uno resuelve mientras corre”, dice.
Trabajó 17 años en el sistema financiero de El Salvador, mientras realizaba certificaciones para convertirse en entrenador y poco a poco las personas interesadas en entrenar con él crecía. Así que en 2021 dejó su empleo en la banca y decidió emprender como entrenador y con una tienda deportiva junto a su esposa, hasta la fecha.
Las ultramaratones son carreras que sobrepasan los 42 kilómetros, siendo las más comunes 50 kilómetros, 80 kilómetros, 100 kilómetros, 100 millas y más. A sus 42 años, Héctor ha corrido 37 ultra maratones en diferentes entornos y diferentes tipos de climas; en su palmarés cuenta con tres carreras de 100 millas.
“Lo importante es tener su propio objetivo, hay que tener años de experiencia, hay que correr largo, tener carreras de 80, 100 kilómetros, dejar que el cuerpo se adapte a la montaña y al cambio de clima” antes de correr una distancia de 100 millas.
Sus primeras 100 millas las logró en el 2021, siete años después de haber realizado sus primeros 50 kilómetros. Luego logró clasificar a la Ultra maratón de Mont Blanc, que pasa por los alpes franceses, suizos e italianos y regresa a Francia. Esta prueba es de las más icónicas del planeta, no solo por la distancia y el lugar sino porque reúne a los mejores corredores del planeta. Esto, sumado al factor de los 10 mil metros de desnivel positivo que hay que recorrer, es decir se suben 10 mil metros de un punto a otro.
“Correr 100 millas siempre va a ser un misterio. En el camino puede pasar de todo. Quizás la parte más difícil que no se puede entrenar o es bien difícil entrenar es llevar al cuerpo por horas y horas a no dormir”.
Su primera carrera en Mont Blanc duró 34 horas consecutivas. En 2022 hizo otra de 185 kilómetros en Puerto Vallarta y la completó en 29 horas; esta ha sido la carrera más larga que ha corrido y en la que terminó en 7º lugar. En 2023 volvió por una segunda vez a Mont Blanc logrando bajar cuatro horas a su tiempo su tiempo de 2021.
Junto a Héctor, dos salvadoreños más han logrado completar las 100 millas de Mont Blanc: Carlos Panamá y Fernando Mendoza.
Para participar en competencias de este nivel, generalmente se debe clasificar ganando puntos en otras carreras de alto rendimiento previas, a través de un sistema de rifa.
Fuentes dice que están los atletas corredores élites profesionales, “ellos genéticamente están tres niveles o más arriba de nosotros”, pero para el resto hay diferentes tipos de entreno.
“En mi caso, hay semanas que he acumulado 18, 20 horas de entreno, hasta 28 horas. Eso implica bastante desgaste, tiene que tener la capacidad económica de tener un doctor para los chequeos, tener nutricionista y tiempo suficiente para entrenar. A veces entreno 8, 10 horas solo un sábado; por ejemplo a veces me voy al Pital a las 2 am, empiezo a las 4am y regreso 6pm dice el atleta y entrenador.
Y agrega que para lograr un reto de este tipo hay que “estar dispuesto a hacerlo, no todos tienen la capacidad; el apoyo familiar es bien fundamental. Una semana de entrenamiento larga es de 18-22 horas, acumulando entre 150-170 kilómetros.
Para Guillermo Batres también ha implicado “dejar amistades que no están colaborando con mi objetivo. Para mí esto es un tipo de vida y mucha gente no lo entiende”, destaca sobre su experiencia como ultra corredor.
En su caso, desarrolló y completó por dos años un plan piramidal, en un terreno conocido como desierto alto, es decir condiciones climatólogicas de desierto en altitudes elevadas.
Su día empezaba a las 3:30 o 4 de la mañana para correr, regresaba a su casa para preparar a sus hijos, los llevaba a la escuela, se iba al trabajo, regresaba y compartía con su familia y de ahí a dormir. Cuando no lograba completar la cantidad de kilómetros corridos en la mañana, completaba el resto por la tarde.
Sobre el tiempo acumulado que hay que entrenar, Fuentes dice que en general muchos corredores que quieren hacer todo rápido y hay casos en los que sí se logra, “pero el precio que se paga en el cuerpo es grande. Un cuerpo mejor entrenado se va a recuperar más rápido, sea la distancia que se corra. La recuperación es dura. La clave del corredor es que tan rápido me recupero, y eso solo se hace adaptando a correr largo”, destaca Fuentes.
“La clave para correr 100 millas (160 Kilómetros) es correr 100 kilómetros”.
Entre lo más importante dentro de la recuperación es tomar en cuenta que celularmente el cuerpo queda destruido tras un esfuerzo extremo como correr una ultramaratón de 100 millas. Además, el sistema nervioso central queda descontrolado por la falta de sueño, explica el entrenador. En su caso, se realiza tres chequeos generales de salud al año, va al fisiatra dos veces al mes, como parte del cuido de su cuerpo.
Mientras que en el caso de Batres estructuró su propio plan de entreno a finales de 2022, además de seguir la guía de Kílian Jornet, un ultra corredor de montaña de nacionalidad española.
Y él mismo reflexiona que el “ultra running es mental. Podés tener un buen cuerpo, una resistencia física perfecta, pero si tu cerebro puede más que tu físico nunca vas a poder porque hay momentos de debilidad en los que ahí decís ya no puedo más”.
¿Y cómo se logra entrenar el cerebro? Batres dice: “haciendo las cosas que no querés hacer. Para mi, levantarme de madrugada siempre ha sido un martirio y lo sigue siendo. Mi esposa me decía: ´si no te gusta por qué lo seguís haciendo´. Y yo le respondía que para lograr hacer esa carrera debía sacrificar algo”, dice Batres.
Aquí algunos de sus momentos más memorables de la carrera.
“He descubierto que uno lo empieza haciendo por salud, si es un estilo de vida, pero también cuando se corre largo muchas veces puede hacer que ya lo haga un por ego o porque quiero descubrirme más pero tampoco es tan saludable llevar al cuerpo dos noches sin dormir. Por eso es importante prepararse, recalca Héctor Fuentes.
En su experiencia como entrenador y corredor, las horas más difíciles para correr es entre 1 y 4 de la madrugada, es cuando más golpea al cuerpo. Puede alucinar porque está privando al cuerpo de dormir, se vuelve demasiado lento porque no es lo mismo correr de día que correr de noche, se pierde la visibilidad”, entre otras situaciones que se enfrentan.
Él recuerda muy bien algunas de sus alucinaciones durante la carrera más larga que ha realizado de 185 kilómetros en México. En la segunda noche que corría sin parar, por el kilómetro 130, estaba por llegar a un abasto y escuchaba la música a lo lejos. “Vi a alguien que estaba como en un lavadero a la orilla de la calle”.
Como escuchaba la música, suponía que ya estaba por llegar cerca de alguna comunidad. “Me acerco y era un muro…” Ahí supo que debía descansar.
Continuó y como a los 10 minutos vio a una persona arrecostada en una moto, pero cuando se acercó, supo que se trataba nada más que del tronco de un árbol.
Por su parte, Guillermo Batres recuerda su batalla contra sí mismo durante sus 100 millas. “Nunca tuve la duda de que iba a terminar pero sí pasé por etapas de bajón, como a la milla 21, que es la parte más alta , me sentía solo y absorbido por la presión. Seguía corriendo, me sentía mal anímicamente, pero tenía la esperanza de ir al punto donde iba a ver mi equipo”.
El día que Batres corrió sus 100 millas había una ola de calor y “eso fue lo más difícil. Por unos 30 minutos en la milla 50, físicamente el calor y el cansancio, junto con el cerebro te juegan malas pasadas”.
Llevó un acompañante a partir de la milla 45, como es permitido en este tipo de carreras. Esta persona solo corre al lado del atleta pero no le puede ayudar a cargar nada del agua o alimentación que llevaba en su mochila.
Y en algún punto sabía que había empezado a perder algunas de sus uñas de los pies, otro factor que los ultra maratonistas deben enfrentar. Sin embargo, continuó en la última etapa de la carrera que es montaña con piedras, una ruta bien técnica. “Cuando vas bajando, los muslos van desechos y ya sabía que las uñas se había caído en cada paso que daba por el dolor que sentía".
Sobre su reflexión de la experiencia vivida en sus 100 millas, dice que hay que hacer sacrificios, “estar dispuesto a cambiar hábitos, todo. Es un gran compromiso si realmente lo querés, si solamente querés probar hasta dónde llegar lo podés hacer de cualquier manera, pero si realmente querés llegar a tu meta, debés ir por tus sueños”.
Mientras que Héctor reflexiona que siempre en un entreno es más fácil darse la vuelta y regresar, pero hay que tener el coraje y determinación. Además de saber que en el camino pueden pasar lesiones y pensamientos de duda, miedos, “lo importante es dejar que el miedo no nos paralice”.
Este año vivió la experiencia de tener que abandonar una ultramaratrón en México al kilómetro 108 debido a problemas estomacales, una altitud elevada y otra serie de factores, a pesar de haber ido en el 3er lugar de la carrera. “Yo estoy bien consciente, cuando el cuerpo dice NO, ahí me quedo. Lo importante si alguna vez toca abandonar carrera, es aprender de la experiencia”, dice Héctor.
“Como en el kilómetro 140 empieza la verdadera carrera porque ya pasó lo más. El cuerpo se vuelve más lento”, dice Héctor.
Tanto Batres como Fuentes siguen trazándose otras carreras como ultra maratonistas. Ambos continúan entrenando para poder clasificar a la carrera Western State. Fuentes ha estado preparándose los últimos tres años para esta competición.
“Este es un deporte de resistencia, es sinónimo de paciencia”, dice el entrenador.
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