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Desafíos aumentan para microempresarios de subsistencia

El Observatorio Mype de Fusai revela aumento en problemas familiares y creciente competencia, mientras la morosidad alcanza niveles preocupantes.

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Más se suman a este grupo. Es innegable la creciente lucha que enfrentan los emprendedores y microempresarios de subsistencia. Según los datos del Observatorio Mype de Fusai, casi 450,000 unidades familiares conforman este grupo vital, cuya importancia social es indiscutible.

Más se suman a este grupo. Es innegable la creciente lucha que enfrentan los emprendedores y microempresarios de subsistencia. Según los datos del Observatorio Mype de Fusai, casi 450,000 unidades familiares conforman este grupo vital, cuya importancia social es indiscutible.

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En medio de tiempos desafiantes, la creciente batalla que enfrentan los emprendedores y microempresarios de subsistencia es innegable. Según las cifras proporcionadas por el Observatorio Mype de Fusai, aproximadamente, 450,000 unidades familiares componen este grupo esencial, cuya relevancia social es incuestionable. En términos totales, se habla alrededor de 1.5 millones de individuos provenientes de diversos sectores de la economía informal, ahora atrapados en una encrucijada financiera. Estos se enfrentan a dificultades para saldar sus deudas, resolver problemas familiares y sortear una demanda menguada, todo ello en medio de un aumento implacable de la competencia.

El primer trimestre de este año arrojó un informe revelador por parte del Observatorio Mype. Este documento resaltó la cifra más elevada de hogares de microemprendedores con dificultades familiares o personales que requerían atención, desde la creación del índice. Casi tres de cada diez empresarios de subsistencia afirmaron estar afectados por situaciones personales o familiares que exigían recursos y tiempo. La expansión de la presencialidad en las escuelas y el incremento de los costos vinculados a la educación, sumados a la finalización de los subsidios estatales posteriores a la pandemia, podrían estar exacerbando las tensiones en estos hogares.

Además, el índice también señala un incremento en la competencia entre estas familias emprendedoras de este segmento. Debido en parte a la falta de empleos formales y a la apertura de nuevos mercados comunitarios, impulsada por la disminución de la criminalidad, cada vez más personas se suman a las mismas actividades informales de subsistencia en los sectores de negocios más rentables. Esto, con el tiempo, ha llevado a una disminución en las ventas por empresario en estos hogares.

Los desafíos que confrontan los emprendedores y empresarios de subsistencia, quienes carecen de ahorros debido a su vulnerabilidad financiera, ya están dejando su huella en los elevados niveles de morosidad reportados por las instituciones y microfinancieras que respaldan estas actividades. El índice de morosidad de más de 30 días, informado por la Asociación de Instituciones de Microfinanzas de El Salvador (ASOMI), en las instituciones pequeñas que atienden a este sector, ha alcanzado su punto máximo en los años posteriores a la pandemia, llegando casi al 16 % al cierre de marzo de 2023.

Los proveedores de financiamiento indican que el aumento en la morosidad se debe al endeudamiento excesivo de estos hogares y al impacto de la inflación, que obliga a destinar una parte significativa de sus ingresos a alimentación o al pago de préstamos. Esto reduce el ingreso disponible y fuerza a muchas familias a sacrificar su nivel y calidad de alimentación para sobrevivir. Es reconfortante saber que el Gobierno y organismos como el PMA previeron esta situación debido a los efectos en el precio de los alimentos a nivel internacional.

En este sentido, se están preparando programas de asistencia alimentaria que incluirán componentes de formación de capacidades y habilidades para el trabajo y la generación de ingresos. La implementación rápida de estos programas es esencial. A pesar de todo, el sector Mype en general, en particular los empresarios de acumulación y las pequeñas empresas, sigue demostrando una notable resiliencia.

Esta resiliencia se atribuye a su mayor capacidad de adaptación, resultado de niveles más altos de educación, tamaño, capitalización y ahorro. Estos factores les permiten gestionar de manera más efectiva las necesidades de sus empresas y sus familias. La determinación y tenacidad de estos emprendedores son un testimonio de la fortaleza del espíritu empresarial en sociedad salvadoreña.

Los problemas que enfrentan los emprendedores y empresarios de subsistencia, giran en torno a que carecen de ahorros debido a su vulnerabilidad financiera.

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