Los gastos en salud e infraestructura en la pandemia se vieron recompensados con una recuperación más rápida, revela un estudio de la CEPAL.
A cuatro años de la mayor crisis económica de los últimos tiempos, derivada del covid, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, (CEPAL), analizó cómo el gasto público que hicieron los gobiernos en salud, infraestructura, y en apoyar a las familias y las empresas (con subsidios y transferencias) significaron un impulso para una recuperación más rápida de la economía.
Según el estudio “La política fiscal contracíclica en la pandemia y su impacto en C.A. y República Dominicana”, a mayor gasto público hubo mayor recuperación. Estas medidas tuvieron un impacto positivo y persistente en las economías de la región; aunque estas comienzan a disiparse paulatinamente a partir de los tres años de su implementación.
El análisis también detalla que este gasto implicó un incremento promedio en la deuda pública y en el déficit fiscal. “En los casos de Panamá, El Salvador, la República Dominicana y Honduras destacó el drástico aumento de su cociente de deuda al PIB entre 2019 y 2020 (20.3%, 17.1%, 16.2% y 12.%8, respectivamente)”, explica el documento.
Pero también los gastos en salud como porcentaje del PIB fueron altos en el periodo. En El Salvador fueron de un 9.9% del PIB, Panamá 9.7%, Honduras 9% y Nicaragua 8.6%.
Uno de los autores del estudio, Juan Carlos Rivas Valdivia, Oficial de asuntos económicos de la sede de la CEPAL en México, explicó a El Economista parte de los hallazgos y del impacto de ese gasto.
¿Cómo ese gasto extraordinario impactó en el crecimiento y por qué fue diferenciado (ese impacto)?
Se utilizó una metodología bastante amplia para tratar de comprender este fenómeno de manera sólida, es decir con resultados estadísticos y económicos; y en este sentido, hubo al menos tres resultados relevantes. Uno de ellos es que la política fiscal contracíclica tuvo un efecto positivo sobre el producto interno bruto de los países de la región, pero también fue diferenciado.
Otro de los hallazgos más relevantes fue que a mayor gasto público hubo una mayor recuperación, es decir que los países que más invirtieron más entre 2020 y 2021 también fueron los países que se recuperaron más rápido en 2021.
Por ejemplo, algunos países que cayeron 10 puntos porcentuales del PIB el siguiente año crecieron 11 puntos. Y esto fue evidente en las economías en donde el gasto del gobierno tenía mejores encadenamientos con la evolución económica del país.
Nosotros técnicamente conocemos a esto como el multiplicador del gasto, es decir, como ‘por cada peso que gasta el gobierno en gastos sociales, incrementa el crecimiento económico’. Y eso puede variar y tiene que ver precisamente con los encadenamientos en la eficiencia del gasto y de las estructuras productivas, que no tiene que ver solamente con los gobiernos en turno, sino con cómo, a lo largo de la historia, se ha desenvuelto la actividad productiva del país. Hay economías que son más agropecuarias, otras que son más turísticas, otras que tienen que ver más con la manufactura, otras que están pues muy integradas en Centroamérica otras que están más vinculadas al exterior; y así depende de diferentes características.
Y el tercer resultado de la investigación, es que el impacto se dio en un horizonte temporal es decir, hubo efectos del gasto público en el corto como en el mediano y en el largo plazo.
¿Porqué la diferencia?
Porque muchos de los apoyos que se dieron fueron para empresas y para familias que perdieron el empleo… hubo diferentes apoyos y se vio en el corto plazo.
En el mediano plazo se observó que la inversión para enfrentar el covid tuvo impacto sobre una recuperación rápida de la actividad económica y en el mediano plazo se vinculan más que nada con el endeudamiento, porque también analizamos en el estudio de dónde salió ese gasto.
Cuánto se endeudaron los países para aumentar ese gasto para hacer frente a la pandemia y ver si en el tiempo ese pico del gasto que se dio y que implicó deuda regresó a los niveles previos.
Hubo en algunos países, que sí lo hicieron, otros que todavía no. Entonces, por eso decimos que hay todavía efectos de esas políticas contracíclicas en el largo plazo, porque ya han pasado varios años y se espera que para los próximos tal vez cinco o diez años ya regresan a sus niveles de endeudamiento previos a la pandemia.
Usted señala que depende de los encandenamientos productivos y ¿ahí se puede aplicar el caso de Panamá que es una economía casi enfocada en turismo y servicios que tuvo una recuperación más tardada?
No fue tan tardada. Panamá fue uno de los países, que si bien no fue el que más se recuperó durante la pandemia, sí fue uno de los que más tuvo ese crecimiento.
Por ejemplo, el país que invirtió más durante el periodo de 2020/21 fue El Salvador con 10% del PIB, Panamá 6.5%, Costa Rica invirtió alrededor de 1.4 %; pero analizamos diferencia de puntos porcentuales del gasto entre el crecimiento o el tamaño de la recuperación y vemos que si bien es cierto El Salvador invirtió 10%, tuvo una recuperación grande de 19% o sea, mucho más de lo que invirtió.
Pero Panamá que el gasto fue de 6.5% creció en 33 puntos porcentuales y eso tiene que ver mucho por la orientación en el turismo y la apertura del canal, pues eso favoreció a que a pesar de la gran caída que hubo durante la pandemia, rápidamente se recuperará la actividad económica. De hecho el tamaño de recuperación de Panamá fue el mayor de todos los países y a manera de comparación, por ejemplo, Costa Rica que había invertido relativamente poco (1.4%) creció 11.7 % ¿por qué?, pues porque también es el país que tiene el multiplicador del gasto más grande de toda la región.
Qué tanto afectó, ¿cómo estaban esos países fiscalmente antes de la pandemia?
Para el efecto de la recuperación, no tuvo ningún problema. El estar en una situación fiscal complicada con mayor vulnerabilidad obviamente, pues no tuvo tanto que ver para la recuperación económica después de haber hecho el gasto. En lo que sí tiene un efecto, es en el endeudamiento.
Países como Costa Rica y El Salvador que ya tenían altos niveles de endeudamiento, más o menos superiores al 60% en algunos casos rozando el 70%, pues durante la pandemia Costa Rica llegó hasta un endeudamiento del 80% y El Salvador del 90%. Para recuperar o para tratar de bajar esos niveles se necesita un esfuerzo fiscal mayor.
Tal vez este endeudamiento tenga alguna repercusión en el largo plazo en cuanto al crecimiento económico, porque tal vez se tendrá que hacer consolidación fiscal, una disminución del gasto para tratar de bajar el endeudamiento y eso podría tal vez tener alguna repercusión sobre el crecimiento.
Pero de todos modos, los países de la región privilegiaron que no hubiera tantas muertes, que hubiera una buena atención médica, que hubiera suministros médicos y alimenticios durante la pandemia. •
A mayor gasto público hubo una mayor recuperación, es decir que los países que invirtieron más, también fueron los que se recuperaron más rápido”.
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