La iniciativa ha permitido a familias de La Paz Centro mantener bajos los precios de las verduras en la zona. Productores reciben apoyo del proyecto Reclima
En el distrito de San Emigdio, en La Paz Centro, el uso de semillas resistentes al cambio climático y la ejecución de buenas prácticas agrícolas ha permitido a los productores, suplir la demanda de verduras de los lugareños y a bajos costos.
Desde las fuertes lluvias que azotaron a El Salvador a mediados de junio, una gran parte de la población salvadoreña enfrenta altos precios en las verduras y hortalizas. Ante esta situación, el gobierno ha instalado agromercados en diferentes puntos del país pero las medidas no han sido las esperadas, según confirman las mismas cifras oficiales.
La división de alimentos en el índice de precios al consumidor (IPC), que es el indicador para medir la inflación, alcanzó en julio la tasa más alta desde enero de 2024, con un 4.67%, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas y Censos (ONEC). El tomate, la papa, el chile verde y el aguacate fueron los productos que más incrementaron.
En La Paz, los precios de las verduras también han subido, pero menos que en la capital, por el trabajo de agricultoras como María Raquel Asunción que es consciente de la necesidad que se vive en su zona y la necesidad de no ser tan dependientes de las importaciones y, sobre todo, el cuidado del suelo, lo que al final se convierte en un beneficio para sus bolsillos.
Asunción tiene 20 años dedicándose a la agricultura en San Emigdio y asegura sentirse orgullosa de hacerlo y ayudar. “En Cojutepeque, el tomate pequeño está a seis por el dólar, yo doy el grande a 10 por el mismo precio, los pipianes a 12 y 16 limones indios por $1; entonces, para mí es una satisfacción poderles ayudar aunque sea con poco porque ya no gastan el pasaje y aquí lo compran. ¿Sabe? Si me hacen chiste y me dicen: ‘mire siempre cebolla, solo eso les hace falta’, porque yo les distribuyo chile verde, tomate, pipián y ejote”, comenta.
A diferencia de muchos hogares en la zona rural, es Asunción la que encabeza la siembra. Eligio García, esposo de la productora, dice que la apoya cuando tiene tiempo porque se dedica a la albañilería. “Ella es la que puede bastante aquí, por lo que ha aprendido en el proyecto”, expresó, refiriéndose al proyecto Aumento de las Medidas de Resiliencia Climática en los Agrosistemas del Corredor Seco de El Salvador (RECLIMA), ejecutado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
“En Cojutepeque el tomate pequeño está a seis por el dólar yo doy el grande a 10 por el mismo precio, los pipianes a 12 y 16 limones indios por $1, entonces, para mí es una satisfacción poderles ayudar aunque sea con poco”.
María Asunción, agricultora.
La iniciativa Reclima se enfoca en tres componentes: el primero es mejorar la resiliencia de los medios de vida de la población vulnerable del Corredor Seco a los efectos del cambio climático, a través del manejo adaptativo del agroecosistema, el segundo, restaurar y reforestar ecosistemas degradados para promover la protección de las fuentes de agua y la recarga de acuíferos, y el último, mejorar los procesos de gobernanza y el flujo de información para apoyar la sostenibilidad y escalabilidad del proyecto.
Otro de los beneficiados con el proyecto, en La Paz Centro, ha sido Balmore Menjívar, pero en el cantón Los Laureles, en San Juan Tepezontes. Menjívar se dedica a la agricultura desde que tenía 10 años de edad, pero solo al monocultivo y no creía en el cambio climático, cuenta.
“Pareciera chistoso, pero yo hace un tiempo decía que el cambio climático era cuento chino; entonces no lo veíamos en sí, hoy que ya vimos que esto es una realidad y nos va a venir apretando hasta que nos asfixie, estamos haciendo las cosas diferentes”, expresa.
“Antes yo aquí sembraba frijol y maíz, frijol y maíz y a la larga la tierra ya no quería, además, lo dejé de sembrar porque tengo unos cajones de abejas, pero ahora con el proyecto RECLIMA he dedicado una parcelita a las buenas prácticas y la siembra de árboles que al final han sido de beneficio hasta para mis abejas”, agrega el pequeño agricultor.
Pero Menjivar está llegando más lejos con sus prácticas. Afirma que la conservación del suelo como la siembra de diferentes zacates también le sirve de complemento para alimentar “unas vacas y gallinitas” que tiene.
Marcela Lemus, subcoordinadora de la zona occidental y paracentral de RECLIMA, indicó que a la fecha, el proyecto está beneficiando a 46,000 productores en 108 de los 114 antiguos municipios que tienen como meta en cinco años.
“Lo que se espera con todo esto es que se pase de un monocultivo, es decir un solo cultivo, a pasar a parcelas donde hay árboles frutales y agroforestales", comentó.
De acuerdo con la FAO, “El Salvador, que se encuentra en el Corredor Seco de Centroamérica, es uno de los países más vulnerables a los riesgos climáticos en el mundo”, lo que amenaza la seguridad alimentaria, el acceso al agua y los medios de vida de los agricultores familiares que viven en tierras montañosas muy deforestadas y degradadas. RECLIMA también es ejecutado por el Gobierno de El Salvador (GOES) y el Fondo de la Iniciativa de las Américas , con la cooperación financiera del Fondo Verde del Clima.
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