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Las dudas y fallas de seguridad que antecedieron el incendio del Mercado Central

Vendedores afectados por el incendio en el edificio cinco del Mercado Central hace tres meses, repasaron los eventos que antecedieron al siniestro como el retiro de extintores, la falta de hidrantes y detectores de humo. La alcaldía no entrega información sobre el caso y tampoco tiene una fecha para el retorno de los comerciantes al recinto.

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Cuando las llamas consumieron el edificio cinco del Mercado Central la madrugada del 2 de agosto pasado, agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) impedían el paso de los vendedores, que estaban dispuestos a pelearse con las llamas para intentar salvar su mercadería. Ese día, según numerosos testigos, una cadena de fallas, la poca atención de las autoridades municipales al recinto y el bloqueo de los agentes de seguridad, derivó en la pérdida de mercancías y unos 80 puestos de venta que daban trabajo a más de un centenar de comerciantes.

Un amplio grupo de vendedores afectados, que accedió hablar en anonimato con LA PRENSA GRÁFICA, narró cómo las autoridades de la Gerencia de Mercados de la Alcaldía de San Salvador han dejado “en el olvido” las medidas de gestión de riesgo y la respuesta a las necesidades de quienes, hasta la fecha, siguen sin poder recuperar sus espacios en el edificio cinco, ubicado sobre la 12a calle poniente y avenida 29 de Agosto.

También describieron una serie de faltas en la atención del siniestro, como amenazas de agentes de seguridad, una respuesta tardía de Bomberos para controlar las llamas e incluso la falta de agua para sofocar el incendio. 

Gonzalo, un vendedor que pidió resguardar su identidad por temor a represalias, aseguró que agentes de la PNC amenazaron con arrestarlo si seguía insistiendo en ingresar al recinto durante el incendio. 

“A mí me querían llevar. Y ahora, por hablar sobre esto nos pueden quitar los puestos, nos quieren tachar de dirigentes políticos y nos quieren llevar presos. Nos estaban pidiendo el DUI (documento único de identidad)”, afirmó. 

De acuerdo con los vendedores, el incendio inició a eso de las 2 de la madrugada pero según el Cuerpo de Bomberos, la alerta llegó hasta las 3:17 a.m., más de una hora después. 

“El incendio empezó y esos tubos que están ahí deberían tener agua, deberían echarla cuando hay humo; pero eso no pasó, y tampoco había extintores. ¿Dónde estaban?, no sabemos”, dijo otro comerciante. Una vendedora mencionó que los extintores “se los habían llevado para cambiarlos” dos semanas antes del siniestro, o al menos eso le explicó un administrador del mercado.

Cuando finalmente llegaron los bomberos, según los vendedores, no se podían utilizar los hidrantes del mercado, debido a que estaban arruinados. 

“Hidrantes hay pocos, y la mayoría no sirven tampoco. Las pipas que trajeron tampoco alcanzaban, no había suficiente agua”, narró Luis, otro de los vendedores que estaba en la zona.

El incendio fue controlado a las 4:22 de la mañana, según informó el director de la institución, Baltazar Solano, a través de redes sociales. A esa hora comenzó el recuento de daños y la sensación de impotencia embargó a Juana, otra vendedora. “Todo esto fue por la falta de mantenimiento. Nunca arreglaron nada”, dijo.

La omisión de las autoridades ocurrió a pesar que la Ley del Cuerpo de Bomberos ordena que las municipalidades cumplan con medidas de seguridad mínimas en todos los espacios donde haya concentración masiva de personas, especialmente los mercados. 

El artículo 33 de la Ley de Bomberos indica en su inciso cuarto que “las instituciones públicas, instituciones oficiales autónomas, municipalidades, establecimientos comerciales,  (...) mercados y en general todos aquellos lugares donde se concentran o realizan regularmente reuniones masivas de personas, deberán contar con medidas tales como hidrantes, tomas siamesas o gabinetes y demás medidas de prevención contra incendios, según lo establezcan las normas internacionalmente aceptadas sobre la materia, o la normativa que emita la autoridad nacional competente, según sea el caso”. 

Sin embargo, la única ley emitida por la Alcaldía Municipal de San Salvador específica para este tema, la Ordenanza Reguladora del Funcionamiento de Mercados del Área Metropolitana de San Salvador (AMSS) no enumera las medidas de seguridad que deben guardar estos recintos, y sólo prohíbe fumar al interior del mercado para evitar el riesgo de incendio. 

En tanto, el reglamento de la Ley de Desarrollo y Ordenamiento Territorial del AMSS, establece como obligatorio que los edificios cuenten con sistemas de detección y alarma contra incendios, así como los sistemas de extinción para toda la infraestructura del área metropolitana. Todos los edificios que cuentan con más de 500 metros cuadrados, deben contar con detectores, extintores, alarmas, hidrantes con bomba propia y rociadores para poder responder a un posible incendio. La administración de mercados no cumplió esta normativa.

Ahora, casi tres meses después, los comerciantes siguen sin poder ingresar al edificio cinco, que permanece cerrado esperando la inspección judicial y el estudio de la aseguradora que deberá dictaminar si el caso amerita el cobro de una póliza de seguros.

El origen 

A casi tres meses del incendio, ni las autoridades de la Alcaldía de San Salvador ni el Cuerpo de Bomberos han esclarecido públicamente cuál fue el origen.

LA PRENSA GRÁFICA solicitó a la Oficina de Información y Respuesta (OIR) del Cuerpo de Bomberos de El Salvador el informe forense que dictaminó la causa del siniestro; sin embargo, la información se denegó alegando que no compete a esta autoridad realizarlo.

“La información solicitada relacionada a los informes forenses sobre el incendio ocurrido en el mercado Central de San Salvador (...) no se generan en nuestra institución, por lo cual no se anexa esa información", respondió el jefe del Departamento de Operaciones de Bomberos.

Lo que sí entregó la institución fue una base de datos que da cuenta de la causa del incendio en el Mercado Central: un cortocircuito. Esta información no incluye cuál fue el detonante exacto de ese cortocircuito ni el lugar de origen.

Desde el año 2021, según estadísticas del Cuerpo de Bomberos, ha habido nueve incendios en mercados. Cuatro de estos han sido por cortocircuito según la hipótesis de la institución, y tres aparecen como “no determinados” o “desconocidos”.

Solo en 2024 han ocurrido tres incendios en este tipo de establecimientos. El primero sucedió el 9 de febrero en el mercado de Ahuachapán, y según las autoridades la causa fue una "válvula en mal estado". El último ocurrió en el mercado de San Miguel, solo unos días después del mercado Central, el 16 de agosto pasado. Las causas de este siguen siendo desconocidas, según bomberos.

La Fiscalía General de la República, a través de su Unidad de Acceso a la Información Pública, también se declaró incompetente de entregar informes técnicos forenses del incendio del edificio 5 del mercado central “por no ser información cuyo trámite esté regulado en la LAIP (Ley de Acceso a la Información Pública)”.

En “El Chiquero”

Los vendedores afectados por el incendio del edificio cinco del Mercado Central siguen a la espera de una respuesta definitiva de las autoridades de la Alcaldía de San Salvador Centro para regresar a sus puestos. 

La zona del Cristo Negro, donde han sido reubicados desde hace más de dos meses, es también conocida como “el sótano”, un lugar ubicado en el edificio nueve, donde únicamente había bodegas. Ahí, es uno de los puntos donde inició el comercio en San Salvador el siglo pasado, y se conoce popularmente como “El Chiquero”.

Salvador, otro de los vendedores, afirma que a esta zona no llega casi ningún cliente, y tampoco reúne las condiciones mínimas de funcionamiento. Fue hasta hace una semana que se comenzaron a hacer conexiones de energía eléctrica. En ese espacio comercializan productos de hojalatería, especies de cocina, dulces, hortalizas y carnes. 

Los comerciantes aseguran que las ventas en el área del Cristo Negro son escasas debido a que la mayoría no llega hasta el sótano. Los únicos que llegan son sus clientes de confianza.

“Nosotros aceptamos meternos en este hoyo por la angustia que teníamos porque nos quedábamos sin fuentes de trabajo”, dijo una vendedora que habló con este medio.

El proceso de asignación de puestos temporales en el edificio nueve inició el 20 de agosto a través de la Unidad Técnica del Comercio en el Espacio Público y la Administración Municipal del Sistema de Mercados, según publicaciones de la Alcaldía de San Salvador. 

Este proceso finalizó dos días después, pero los vendedores temen que las autoridades decidan dejarlos en ese espacio de forma permanente, debido a la cantidad de comerciantes informales que se han desalojado en el Centro Histórico, que según vendedores, ya supera los 30,000.

El 13 de septiembre pasado, la comuna capitalina anunció la aprobación de un apoyo económico para los vendedores de la “zona cero”; es decir, para los puestos donde se quemó todo. Sin embargo, los $500 se acabaron rápido debido a la falta de ventas y los gastos en más insumos para mantener su producto.

“Estamos desesperados económicamente, no hallamos ni qué hacer, estamos quebrados. Algunos compañeros ya se fueron porque quebraron”, dijo uno de los comerciantes.

Otra comerciante manifestó estar preocupados porque en redes sociales se publica que han recibido ayuda, pero asegura que se sienten abandonados por la falta de respuesta con los trabajos en el mercado. 

“Nos han dejado abandonados. En las noticias salen y dicen ‘sí, se les ha ayudado y se les está ayudando’, pero eso es mentira. No queremos que nos regalen, queremos que nos digan cuándo van a reparar el mercado”.

De acuerdo con la Gerencia de Prensa de la Alcaldía de San Salvador, la razón por la que no se han iniciado los trabajos de reconstrucción del edificio cinco es porque aún están a la espera de que la aseguradora realice estudios técnicos sobre el incendio. 

Además, la comuna capitalina reiteró a este medio de comunicación que “no se puede hablar de un retraso” porque “no se han comprometido con ningún tiempo” para la reconstrucción del área quemada del Central. 
A las afueras del portón del edificio cinco, todavía hay comerciantes que esperan una reubicación, pues no fueron tomados en cuenta para ingresar al sótano. 

“Dijeron que sí podían reubicarnos, pero que si teníamos apoyo de alguien más aquí afuera nos quedemos aquí o esperemos a que repararan, porque no había suficientes puestos”, dijo una vendedora.

Mientras algunos comerciantes esperan la gestión de la alcaldía, la incertidumbre está afectando a otros que ofrecen sus productos alrededor del mercado Central, debido a que habrá un nuevo desalojo en esa zona, según anunció el alcalde capitalino, Mario Durán, el 22 de octubre pasado. 

“Ya no hay dónde meter gente. Todos tienen miedo que si abre el edificio cinco, metan a esa gente ahí”, declaró un comerciante.

*Los nombres de todos los vendedores que hablaron con LA PRENSA GRÁFICA sobre las condiciones de infraestructura del mercado fueron cambiados, debido a que pidieron anonimato tras sufrir amenazas.

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