La apuesta de este emprendimiento es lo llamativo de sus carretones que son un copia exacta de los autobuses de las rutas 15 y 202 de Ahuachapán.
Samuel Saldaña es un salvadoreño radicado en Estados Unidos que ha decidido replicar la idea de utilizar vistosos carretones con figuras de autobuses para la venta de sorbetes artesanales en su natal Ahuachapán.
Samuel ha bautizado a su emprendimiento como Los busitos del sabor, y ofrece una variedad de sorbete a bajo costo. Desde hace dos meses los busitos venden en las ciudades de Ahuachapán y Tacuba, en Ahuachapán Centro.
Actualmente, tiene en circulación dos carretones que son una réplica exacta de los buses de la ruta 15 que viajan de Ahuachapán hacia Tacuba, y de la ruta 202, que circulan de Ahuachapán hacia San Salvador. De acuerdo con Samuel, su proyecto es ampliar el negocio y que hallan carretones de busitos del sabor también en Apaneca y Ataco.
Samuel, originario de Tacuba, contó que el uso de los carretones con forma de buses lo conoció hace poco más de dos años, durante su travesía hacia Estados Unidos.
“Cuando me tocó salir del país en busca del sueño americano pasamos por Panajachel, Guatemala, y ahí vi el impacto que tenían los carretones en forma de busitos. Yo le prometí a Dios que si me daba la oportunidad de llegar con bien a Estados Unidos junto a mi familia, replicaría la idea, para tener un emprendimiento en El salvador y crear fuentes de empleo para personas de mi comunidad”, aseveró.
Los busitos de Samuel miden un metro de largo, por 80 centímetros de alto. Aseguró que son exactos a los buses reales, ya que se replicaran en ellos hasta el más mínimo detalle que identifica a cada ruta, como la pintura, las parrillas, las luces, los espejos, etc., y cada uno lleva el nombre de una de sus hijas: Fransheska y Stacy.
“Yo quería un busito idéntico a los de mi natal Tacuba porque es de donde soy, y de donde tengo tantos bellos recuerdos; el segundo es una réplica de la ruta 202 porque son los buses populares de Ahuachapán”, manifestó.
Samuel aseguró que la fabricación de los carretones no fue tarea fácil y que requirió de tres artesanos de la zona: un carpintero, un soldador y un pintor. Cada carretón requirió de una inversión de entre $1,800 y $2,500.
Victoria Gámez, una de las vendedoras de los busitos del sabor contó que el proyecto ha sido muy aceptado por los clientes, quienes piden retratarse con los carretones.
“A las personas les gustan los busitos, se toman fotos, les llaman la atención, y así se va vendiendo rápido el sorbete. Yo me siento feliz de andar vendiendo sorbetes, siempre con una sonrisa y atendiendo bien a los clientes; así le ayudo con los gastos a mi esposo y ambos sacamos adelante a nuestro hijo”, dijo la joven de 22 años.
Además de la venta en calles céntricas y parques de Tacuba y Ahuachapán, los busitos atienden cualquier celebración, y puede contactarlos en la página de facebook Los Busitos del Sabor.
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