Dos compras de luminarias fueron hechas en abril y mayo por medio de las disposiciones aprobadas por la Asamblea Legislativa para hacer compras fuera de la Ley de Compras Públicas.
El ministerio de Cultura pagó $112,880 para instalar luces en el Palacio Nacional, ubicado en el Centro Histórico de San Salvador, en compras hechas durante los dos meses que el lugar permaneció cerrado a la población por remodelaciones de cara al acto de juramentación de Nayib Bukele del pasado 1 de junio de 2024.
Así consta en dos órdenes de compra emitidas por la cartera de Estado y de las cuales LA PRENSA GRÁFICA posee copia, y en las que el ministerio utilizó las disposiciones especiales para realizar compras fuera de los controles de la Ley de Compras Públicas (LCP), que fueron aprobadas por la Asamblea Legislativa en septiembre de 2023 y prorrogadas en marzo de 2024.
La primera de las dos compras tuvo un valor de $45,910 y se ordenó el 10 de abril de 2024. Esto es: un día antes que el ministerio anunciara en sus redes sociales que el Palacio se cerraría por obras de mejora, mantenimiento y restauración.
La compra consistió en: suministro e instalación de 24 reflectores multicolor LED, 18 luces de emergencia LED, seis luminarias tipo poste, 22 luminarias tipo lágrimas, 22 luminarias tipo riel y la instalación de cuatro transformadores.
"Pueden tratarse de compras muy urgentes o necesarias, pero si no se tienen procesos y mecanismos adecuados pueden hacerse compras o adquisiciones de producto que no permitirán atender la urgencia/necesidad identificada".
Jessica Estrada, directora de transparencia FUNDE
La justificación con que el ministerio realizó la compra fue la necesidad de cambiar las luces exteriores que iluminaban las cuatro fachadas del Palacio Nacional, ya que las luces instaladas en 2018 ya habían dado su vida útil y necesitaban ser cambiadas, según indica la orden de compra ODE/016/2024.
Luego, el 24 de mayo de 2024, siete días antes de la toma de posesión, el ministerio realizó una segunda compra. Esta vez por un valor de $66,970.
Esta compra incluía: suministro e instalación de 96 luminarias tipo lágrimas en cornisas y dinteles de fachadas oriente, poniente, norte y sur; 96 luminarias tipo riel en la fachada principal al oriente del Palacio; cambio de una luminaria de luz cálida ubicada en jardines exteriores del Palacio; una luminaria de columna de luz cálida; y 14 proyectores de 150 watts en cornisas superiores del entorno que enfoca al jardín interior y araucarias.
La justificación para esta segunda compra fue: “La iluminación exterior del Palacio Nacional es una forma de resaltar los aspectos, características y elementos arquitectónicos de todo el inmueble durante la noche, haciéndolo ver más atractivo, resaltar elementos decorativos y generar sensaciones específicas a los ocupantes del espacio”.
Este medio contactó al ministerio de Cultura, por medio de correo electrónico y mensajes al teléfono asignado a Jairo Molina, director general de comunicación institucional, según el portal de transparencia del ministerio, para solicitarle un espacio de consulta sobre el tema.
Asimismo, también se contactó vía correo electrónico con José Napoléon Zepeda Carías, director general de administración del ministerio, y quien aparece como firmante en al menos una de las dos compras, para ahondar en detalles relacionados a los criterios de selección para la adjudicación de la compra.
Ninguna de las gestiones hecha con ambos funcionarios tuvo ninguna respuesta hasta el cierre de esta nota.
De haber seguido el proceso establecido en la Ley de Compras Públicas, el ministerio debió realizar la compra con el método de comparación de precios (art. 40), ya que cada operación tenía un monto menor a 240 salarios mínimos ($87,600).
Este proceso habría significado realizar una convocatoria abierta y recibir al menos tres ofertas de interesados, de donde se elegiría la ganadora tras el análisis respectivo del ministerio.
En lugar de eso, las disposiciones aprobadas por la Asamblea Legislativa, y contenidas en el decreto legislativo 849, facultan al ministerio a que, para elegir, “bastará la comunicación y aceptación de los contratistas”.
“Todo fue contra el tiempo. Es un problema de planificación, por la toma de posesión. En esas carreras, se sale adelante, pero en contra de que no hay garantías que sea el producto de mejor calidad.”
Rafael Lemus, economista
Debido a esa libertad en la selección, la directora de transparencia de FUNDE, Jessica Estrada, consideró que el mecanismo utilizado puede ayudar a resolver urgencias, pero también es un riesgo por la falta de controles en criterios.
“Pueden tratarse de compras muy urgentes o necesarias, pero si no se tienen procesos y mecanismos adecuados pueden hacerse compras o adquisiciones de producto que no permitirán atender la urgencia/necesidad identificada”, analizó Estrada las compras realizadas por el ministerio de Cultura.
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