Entrevista Con Gert Kuiper, hermano de Jan Kuiper, uno de los cuatro periodistas holandeses asesinados en el conflicto armado. Gert tiene esperanza después de casi 43 años, de que haya justicia, y que los culpables de este crimen y sean condenados.
En agosto de este año, tres militares con altos cargos fueron enviados a juicio por el asesinato de los cuatro periodistas holandeses: Jan Kuiper, Koos Koster, Hans ter Laag y Joop Willemsen. La fecha de la vista pública aún no ha sido estipulada, pero este caso sienta un precedente, ya que es el primero de un delito del conflicto armado que avanza a juicio.
Gert Kuiper, de 70 años, es hermano de Jan, una de las víctimas,y es el único familiar cercano de Jan que aún está vivo buscando justicia, sus padres murieron en la década de los 70 y sus demás hermanos ya fallecieron.
Él forma parte en este proceso judicial que es contra el coronel Mario Reyes Mena, excomandante de la Cuarta Brigada de Infantería, José Guillermo García, ex ministro de Defensa y Francisco Antonio Morán, ex director de la Policía de Hacienda, cargos desempeñados cuando sucedieron los hechos.
Gert también ha realizado acciones aparte. En octubre anunció que interpuso una demanda civil contra Reyes Mena, en Virginia, Estados Unidos que es donde reside el militar, por “daños y prejuicios, daños punitivos y desagravio declarativo”.
En esta entrevista con LA PRENSA GRÁFICA, cuenta cómo ha sido el proceso de más de 42 años buscando justicia y cómo era el trabajo de su hermano Jan, a quien admiraba por la valentía que tenía y su compromiso por el respeto a los derechos humanos.
¿Cómo recuerdan en su país a Jan y cómo está la familia?
En nuestra generación recordamos muy bien ese evento desde que ocurrió en el año de 1982. En ese tiempo toda la gente estaba más involucrada en la política de América Latina, y estaba muy afectada por el asesinato de los cuatro periodistas y sus acompañantes salvadoreños.
Ahora esta generación todavía sigue con mucho interés esta situación, pero digamos que la gente más joven es otra cosa y como en mi familia, soy el menor de cuatro hijos, desafortunadamente todos los hermanos ya no están ni sus esposas, todos fallecieron. Yo me quedo como el único familiar cercano. A los sobrinos y sobrinas, les afectó bastante. Todavía hablo con gente que lo recuerda mucho.
¿Cómo fue la relación de ambos en esa época?
Estuve con mucho contacto con Jan, él vivía en Ámsterdam y yo en otro lugar, porque estaba trabajando para América Latina en una organización que apoyaba proyectos de cooperación internacional y también comisiones de derechos humanos en Guatemala, en El Salvador, en sindicatos, ayudando a las personas y trabajando en protección de derechos humanos. Eso fue el enlace entre él y yo, porque él estaba luchando por la justicia en su tipo de trabajo y yo financiando proyectos.
¿Cuál es el último recuerdo que tiene de Jan?
Fue por una llamada de teléfono. Me llamó antes de partir para América Latina, fue en febrero del año 1982, yo estaba en Madrid, España y me dijo ´voy para El Salvador a hacer un documental´. Yo estaba un poco inquieto porque sabía de la situación de inseguridad en El Salvador y los otros países de América Central. Yo le dije mira, será la tercera vez que vas por allá, las adversidades o el servicio de inteligencia sin duda sabrá quién eres y lo que vas a hacer.
Pero él estaba muy convencido de la importancia de su trabajo porque quería mostrar la situación de este país, y para la gente que vive en una región controlada por el ejército y por la guerrilla. Él trabajó en Chile, Colombia, en todos los países con una historia de violencia y esto requiere un cierto tipo de coraje, de valentía. Nosotros hemos sido educados en una familia muy protegida, la generación de nuestros padres era de antes de la Segunda Guerra Mundial, así que Jan sabía lo que significaba una guerra.
La única ventaja de la muerte temprana de nuestros padres es que no han vivido este asesinato, porque yo he visto a los padres de los otros tres reporteros y fue un gran dolor para ellos.
Explíquenos un poco sobre la demanda civil que interpuso contra el coronel Reyes Mena en Estados Unidos.
Para mí es muy importante porque lo veo a él (Reyes Mena) como una persona que calculó técnicamente cómo asesinar a los cuatro periodistas. Con sus colegas decidió cuál era la mejor manera para esperar y cómo poder eliminarlos lo más fácil y rápido posible.
Este hombre ha vivido 40 años en Estados Unidos, sin problemas y sin sentirse responsable de los asesinatos cometidos en El Salvador. Yo no quiero que él escape, quiero que justifique lo que ha hecho, por eso decidí hacer esta queja judicial que hace que argumente lo que pasó.
Hablando del caso en El Salvador, en agosto de este año fueron enviados a juicio los imputados en este caso. ¿Cómo se siente al respecto?
Fue un gran alivio. Desde hace dos años se detuvieron a estos dos hombres (García y Morán) que están en una clínica privada bajo custodia. Esto ya fue un paso muy importante para nosotros como familiares, porque ya se detuvieron a dos de los principales, hoy solo faltaría que Reyes Mena pueda ser llevado a El Salvador.
Por primera vez las autoridades en su país han tomado la responsabilidad de actuar en este proceso. Hoy hablé con un familiar de uno de los otros tres hombres asesinados y me dijeron que esperan justicia de verdad.
Siempre nos preguntamos cuándo será el día en que los acusados deben justificarse, no solo para nosotros como familiares, sino también para su propio país porque yo creo que son unos 200 casos judiciales, los que hay de la guerra, y solo el de nosotros ha avanzado. Vemos la importancia de este caso no solo para nosotros como familiares, sino también para grandes grupos en su país porque la impunidad es una cosa muy mala y esto afecta a mucha gente y debe buscarse justicia.
Nosotros como holandeses en este caso estamos privilegiados, tenemos el apoyo de nuestra embajada, del ministerio, aunque hemos esperado mucho tiempo, ás de 40 años. Después del asesinato fue difícil realizar alguna gestión porque fue una época donde la influencia de los Estados Unidos fue muy fuerte, había un tipo de presión a nuestro gobierno de dejar las cosas como estaban.
No teníamos posibilidades concretas para arrancar un caso. Creo que desde 1982 o 1983 lo hemos intentado, pero la jueza que tendría el caso en El Salvador debía huir del país. Ahora por lo menos, en los últimos 15 años ya estoy involucrado en varias intentos de comenzar un caso y ahora estamos muy cerca.
¿Aún no les han dado fecha de juicio?
No, pero espero que sea pronto porque los dos señores que están en El Salvador ya están muy anciano, tienen como 90 y 92 años, y ya no nos queda mucho tiempo para juzgarlos y que sean responsables de los hechos. Para mí lo más importante es definir quién fue el culpable y que sí hubo una emboscada.
No creo que los acusados se sientan culpables, pero por lo menos va a estar escrito, se va a comprobar de que sí fueron culpables y sí planearon el asesinato. Eso sería lo más importante, que fue un asesinato con intención que, fue una emboscada. Nosotros lo sabemos, pero no ha sido reconocido oficialmente, eso es muy esencial sobre el caso.
¿En este proceso han solicitado la extradición de Reyes Mena?
Es complicado porque él tiene la nacionalidad norteamericana. Los gringos no lo van a deportar nunca, por eso presenté el caso civil contra él, porque es un paso para que él pierda su nacionalidad. Yo quiero convencer a las autoridades de allá (EEUU), que Reyes Mena ha cometido crímenes de guerra y si están convencidos las autoridades después de esto, le van a quitar la nacionalidad y puede ser deportado. Esa es un poco la estrategia.
¿Qué mensaje les podría dar a las familias salvadoreñas que siguen luchando por justicia? Varias madres, padres y demás parientes están muriendo, igual que los implicados en los crímenes.
Yo comprendo muy bien que yo soy privilegiado porque yo recibo mucho apoyo, por lo menos en los últimos años para hacer esto. Para los salvadoreños es mucho más importante, por eso creo que lo más fundamental es que se que se unan porque juntos podrían hacer un paso importante, en el sentido que hay grupos distintos, y así es más complicado.
Es importante que sea un gran grupo el que exijan justicia, considero que así quizás hay más posibilidad de que las autoridades les asistan en esto. No sería justo que nosotros como extranjeros europeos, tengamos la posibilidad de que los culpables deben justificar sus actos,mientras que para las víctimas no habrá este avance.
Cuando llegue a El Salvador y tenga la posibilidad, hablaré con las autoridades de su país y ciertamente voy a pedirles, que también para estos grupos de salvadoreños que no tiene recursos, que sea posible que los culpables de los asesinatos de sus familiares, deban también enfrentar la justicia. Aunque yo sé que es muy complicado para estas familias y es una pena.
Cuando sea el juicio visitaré el país y espero realizar acciones que ayuden a las víctimas, y buscaré la manera de hablar con la gente y ver cómo podemos hacer estas acciones, para que estas víctimas también tengan avances en sus casos como en el de mi hermano.
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