
Las pruebas de que Hitler murió en 1945 en Alemania se basan en los análisis mandibulares y dentales al cadáver que los rusos recuperaron calcinado en Berlín, pero a 80 años de su muerte, siguen habiendo voces que sostienen un escape maestro.
El dictador fascista de la Alemania nazi, Adolf Hitler, se suicidó el 30 de abril de 1945 de un disparo en la cabeza junto a su pareja, Eva Braun, en un bunker de la cancillería alemana en Berlín, ante la inminente ocupación del Ejército rojo soviético de la capital de la Alemania derrotada.
Desde entonces han surgido teorías e investigaciones que afirman que el líder nazi no murió como lo dicta la versión oficial, sino que escapó de Berlín a Argentina, y que residió en Sudamérica hasta su muerte, siendo ésta la versión conspirativa más popular.
Parte de estos rumores son alimentados por documentos oficiales que el mismo gobierno estadounidense desclasificó en los últimos años, donde informantes reportaron a Hitler en Sudamérica a la CIA y el FBI, meses o años después de su muerte.
Uno de estos reportes, fechado el 3 de octubre de 1955, forma parte de los miles de documentos de ambas agencias desclasificados en 2017 por el gobierno de Donald Trump, ligados al asesinato del presidente John F. Kennedy, el 22 de noviembre de 1963.
En ese informe de la CIA, la estación de la agencia en Caracas, Venezuela, comunicó a Washington la información recibida por el agente en clave “CIMELODY-3”, el cual tenía un contacto en Colombia que le confió información sobre Hitler.
Esa fuente colombiana anónima, que CIMELODY-3 consideraba un amigo de confianza y había servido “bajo su mando” en Europa, le dijo el 29 de septiembre de 1955 que un exoficial de las SS alemanas, Phillip Citroen, le reveló secretamente que Hitler seguía vivo.
Citroen afirmó al amigo de CIMELODY-3 que contactaba a Hitler una vez al mes en Colombia durante sus viajes laborales desde Maracaibo, como empleado de la línea naviera Royal Dutch Shipping Co., y hasta se había tomado una foto con él en Tunja.
Citroen agregó que Hitler había dejado Colombia rumbo a Argentina en enero de 1955, y que como habían pasado 10 años desde el término de la Segunda Guerra Mundial, las potencias aliadas ya no podían procesarlo como criminal de guerra.
El comunicado añadió que el amigo de CIMELODY-3 logró obtener a escondidas la foto de Citroen junto al supuesto Führer, en cuyo reverso figuraba la descripción: “Adolf Schrittelmayor, Tunja, Colombia, 1954”.
La Estación sacó fotocopias de la imagen que envió a Estados Unidos, donde se ve a Citroen a la izquierda y “Hitler” a la derecha:
A ese memorando le seguiría otro enviado desde la base de la CIA en Maracaibo, con fecha del 17 de octubre de 1955, donde la base declaraba tener información similar a la de la estación de Caracas, y de la misma fuente: Phillip Citroen, del cual revelaron más detalles.
La base comunicaba que contaban con un informe sin fecha, probablemente redactado en febrero de 1954, que revelaba a Citroen contándole a un exmiembro de la base su encuentro con el supuesto Hitler en Tunja, en un lugar llamado “Residencias coloniales”.
Al sujeto, que se parecía mucho al Führer y se presentaba como él, lo conoció en ese sitio mientras trabajaba en Colombia para una empresa “ferroviaria”.
En Tunja vivían, según dijo, bastantes antiguos nazis alemanes que le rendían pleitesía al tal Hitler, siguiéndolo “con una idolatría del pasado nazi”, llamándolo “Führer”, dirigiéndole el saludo nazi y “adulación de tropas de asalto”.
Citroen también prestó al exmiembro una foto de él junto a Hitler por unas horas, pero por la mala calidad de los negativos no lograron fotocopiarla.
El informe coincidía con el de Caracas en que Citroen vivía en Maracaibo con su hermano Francois, y que trabajaba para una naviera holandesa.
Añadía que Francois había sido empleado del periódico Maracaibo Herald y que, dos años antes, se asoció con Phillip y el cónsul holandés en Maracaibo, Alexander van Dobben, como “publicadores” de un periódico en inglés en circulación: “Maracaibo Times”.
Según recoge el medio Miami Herald, la CIA rechazó los informes en una carta del 4 de noviembre de 1955, cerrando el ciclo de rumores del dictador alemán.
"Se considera que los enormes esfuerzos (dedicados a intentar confirmar los rumores) podrían dilatarse en este asunto con remotas posibilidades de establecer nada concreto", decía la carta. "Por lo tanto, sugerimos que se abandone este asunto”.
Con las décadas han surgido defensores que alegan tener pruebas de la fantástica teoría, como Abel Basti, periodista argentino autor de “Las fotos de Hitler después de la guerra” y otros libros sobre el tema.
En una entrevista con Infobae, Basti contradice que Citroen fuera exsoldado de las SS, como lo perfila la CIA, sino que era un holandés que entró a Colombia en la década de 1950, según su prontuario en la Policía Nacional de Investigaciones del país.
Basti, según afirma, descubrió las raíces familiares de Citroen. Encontró a su hijo, Phillip Citroen Jr., a quien entrevistó en Holanda y quien le entregó la foto original de su padre con Hitler, la cual sometió a peritaje en Holanda y Argentina.
“Se hizo un escáner de alta resolución en Ámsterdam, se sacaron muestras del papel para ver la antigüedad de la foto y se hizo una pericia en Argentina con el perito Enrique Prueger (licenciado en criminalística)”, dijo Basti.
Los resultados habrían arrojado que el fondo de la foto es una puerta que efectivamente pertenece al edificio de Residencias Coloniales, el cual se conservaría intacto en la actualidad, y que el supuesto Hitler tiene cicatrices de quemadura en el brazo derecho.
Esto se corresponde, según él, con las crónicas de 1944 que relatan a un Hitler con heridas en el brazo derecho por el atentado con bomba en su contra de la operación Valquiria.
Además, el papel sí databa de los años 50, y la fisionomía del rostro, postura y cejas coincidía inequívocamente con la del gobernante, descartando la posibilidad de un doble.
“Después de una segunda pericia, Prueger me dijo que está 100% convencido de que esta persona es Hitler”, aseguró el comunicador, quien sostiene que el líder del partido Nacionalsocialista Obrero Alemán huyó a Argentina en un submarino.
Los reportes en Argentina se remontan a diez años antes que el de Colombia.
Uno de los más curiosos es una carta desclasificada en 2014, enviada al director del FBI, Edgar J. Hoover, en noviembre de 1945, que alerta de Hitler viviendo en un "gran establecimiento subterráneo" debajo de una vasta hacienda a 450 millas al noroeste de Buenos Aires.
"Hitler está en Argentina. No crea la mentira británica de que Hitler está muerto. Soy un estadounidense de sangre completa y creo que esto debería investigarse de inmediato", señalaba el remitente, cuyo nombre está censurado.
El autor decía que había "dos dobles" habitando con Hitler en el refugio, cuya entrada occidental para los ascensores de acceso era una pared "operada por células fotoeléctricas" que funcionaba mediante códigos.
"Mediante señales en código de incluso luces de linterna, la pared se desliza hacia la izquierda, permite que los autos entren a toda velocidad y luego se cierra instantáneamente", señala el reporte.
Las dudas sobre la muerte se reavivaron cuando los investigadores de la Universidad de Connecticut examinaron en 2009 los restos craneales que Rusia guardaba y pensaba eran de Hitler, concluyendo que correspondían en realidad a una mujer de probablemente 20 y 40 años.
"No hay nada de lo que hemos encontrado que pueda ofrecer información de dónde y cuándo murió la persona a la que corresponden los restos, ni por supuesto de su identidad", dijo Linda Strausbaugh, miembro del grupo de científicos que analizó la pieza.
Pese a estos informes, las inspecciones a la mandíbula y registros dentales del dictador apuntan que murió en 1945.
Un estudio de odontología forense de 1973, realizado por doctores de UCLA y la Universidad de Oslo, confirmaron que el cadáver recuperado por los soviéticos era de Hitler, lo que fue corroborado por unos patólogos franceses en 2018 al examinar la dentadura.
"Los dientes son auténticos, no hay ninguna duda", dijo el patólogo principal Philippe Charlier a la agencia AFP. "Nuestro estudio demuestra que Hitler murió en 1945", sentenció.
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