Haití sufre una crisis de violencia de pandillas que controlarían el 85% de la capital, sumado a una inestabilidad política de un país que no celebra elecciones desde 2016.
El aeropuerto internacional de Haití cerró temporalmente el lunes después de que varias pandillas abrieron fuego contra un vuelo comercial, lo que obligó a algunas aerolíneas a suspender temporalmente sus operaciones mientras se investía a un nuevo primer ministro del país que prometió restaurar la paz.
El vuelo de Spirit Airlines, que partió desde Fort Lauderdale, Florida, hacia Puerto Príncipe, se encontraba a pocos metros de aterrizar en la capital haitiana cuando algunos pandilleros abrieron fuego contra la aeronave, disparos que alcanzaron a una sobrecargo causándole heridas menores, de acuerdo con la aerolínea, la embajada de Estados Unidos y registros de vuelo.
El vuelo fue desviado y aterrizó en República Dominicana.
Fotografías y videos obtenidos por The Associated Press muestran varios impactos de bala en distintas partes de la aeronave.
El tiroteo aparentemente forma parte de lo que la embajada estadounidense calificó como “los esfuerzos que encabezan las pandillas para bloquear los viajes hacia y desde Puerto Príncipe, los cuales pueden incluir violencia armada y afectaciones en caminos, puertos y aeropuertos”.
Spirit, JetBlue y American Airlines anunciaron el lunes que todos sus vuelos hacia y desde Haití serían cancelados.
En otras partes de la capital haitiana se registraron tiroteos entre pandillas y la policía. Los disparos resonaron por las calles mientras agentes fuertemente armados se resguardaron detrás de muros y los civiles corrían aterrorizados. En algunas zonas de clase alta, las pandillas incendiaron viviendas. Se ordenó el cierre de escuelas mientras el pánico se esparcía por distintos puntos de Puerto Príncipe.
La agitación se produce un día después de que el consejo encargado de restablecer el orden democrático en el país caribeño destituyó al primer ministro interino, Garry Conille, y lo reemplazó con el empresario Alix Didier Fils-Aimé.
El consejo se ha visto marcado por luchas internas y el hecho de que tres de sus miembros fueron acusados recientemente de corrupción.
Durante su investidura, Fils-Aimé señaló que sus máximas prioridades son restaurar la paz y celebrar elecciones en un país que no ha ido a las urnas desde 2016.
“Hay mucho por hacer para devolver la esperanza”, dijo ante una sala repleta de diplomáticos y funcionarios de seguridad. “Lo lamento profundamente por la gente... que ha sido víctima, obligada a dejar todo lo que poseen”.
Han sido semanas de caos político en el país, y los expertos advierten que esto podría conducir a más enfrentamientos violentos en un lugar donde el derramamiento de sangre se ha convertido en la nueva normalidad.
Las pandillas se han aprovechado durante mucho tiempo de la agitación política para afianzarse al poder, cerrando aeropuertos y puertos y sembrando el caos.
Naciones Unidas calcula que las pandillas controlan el 85% de la capital, mientras que una misión que se creó con respaldo de la ONU y que encabeza la policía keniana con el fin de sofocar la violencia a manos de las pandillas atraviesa problemas por la falta de fondos y personal, lo que ha provocado que surjan llamamientos al despliegue de una misión de paz de la ONU.
Louis-Henri Mars, director ejecutivo de Lakou Lapè, una organización que trabaja en el fomento a la paz en zonas violentas de Haití, dijo que la lucha política le ha “permitido a las pandillas tener una mayor libertad para atacar más vecindarios de la ciudad y expandir su control de Puerto Príncipe”. Teme que los civiles sean los que sufrirán las consecuencias.
“Se perderán más vidas, habrá más desplazamientos internos y más hambre en un país donde la mitad de la población está al borde de la inanición”, subrayó.
El Consejo de Transición se creó en abril con la tarea de elegir al próximo primer ministro y a un gabinete con la esperanza de que ayudaría a sofocar la violencia, la cual se disparó tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021.
Es responsabilidad del consejo allanar el camino hacia unas elecciones democráticas. Las pandillas han aprovechado ese vacío de poder para tomar el control.
Pero el consejo ha estado plagado de politiquería y luchas internas, y lleva mucho tiempo en desacuerdo con Conille, el primer ministro interino que eligieron hace seis meses y despidieron ayer.
Organismos como la Organización de Estados Americanos fracasaron la semana pasada en su intento por mediar los desacuerdos para salvar la frágil transición.
El portavoz de la ONU Stéphane Dujaric instó el lunes a todos los involucrados en la transición democrática de Haití a “trabajar constructivamente en conjunto”, aunque se abstuvo de opinar sobre la decisión de destituir a Conille.
“Superar sus diferencias y poner al país primero sigue siendo fundamental”, puntualizó. “Lo importante es que los líderes políticos de Haití pongan primero a los intereses de Haití”.
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