La viceministra de Asuntos Exteriores de Ucrania, Mariana Betsa, intervino este miércoles en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU para advertir que el fin de la guerra en su país, al que parece acercarse la comunidad internacional con las recientes conversaciones de Washington con Moscú y Kiev, será crucial para el futuro de las libertades en el mundo.

"Rusia es una amenaza existencial no solo para Ucrania y Europa, sino para la comunidad global, y el final de la guerra en Ucrania definirá nuestro futuro, la vía hacia un mundo democrático", aseguró en su intervención en el segmento de alto nivel del Consejo.

Betsa afirmó que el sistema multilateral "tiene que castigar al agresor y desacreditarlo en las relaciones internacionales, en lugar de premiarlo", y recordó los efectos de una guerra que según Naciones Unidas ha causado la muerte de más de 12,000 civiles.

"La soberanía, la integridad territorial de Ucrania dentro de las fronteras reconocidas a nivel internacional deben respetarse y Rusia debe rendir cuentas por todos sus crímenes de lesa humanidad", agregó.

"La agresión no puede ser utilizada como un arma por el Estado, ni podemos recompensarla", insistió la viceministra, quien hizo un llamamiento a que sean liberados los prisioneros de guerra ucranianos, las personas detenidas ilegalmente y los niños de su país deportados a la fuerza a Rusia.

Sobre este último punto, Betsa aseguró que la deportación forzada de al menos 20,000 niños ucranianos a Rusia "puede considerarse la mayor operación de secuestro de niños dirigida por un Estado de la historia".

"Están siendo adoctrinados, se les está obligando a ser ciudadanos rusos, residen en familias de acogida rusas y se les cambian los nombres", denunció.