Es urgente la necesidad de reforestar, un esfuerzo que el presente gobierno ha iniciado con la siembra de muchos árboles de Maquilishuat que he visto en muchos lugares, que contrasta con la aplicación de una ordenanza municipal que atenta contra el bienestar de la comunidad.
Es un punto de inflexión. La situación climática nos pasa factura, el calor se ha vuelto insoportable y constante, muchos de nuestros destinos en El Salvador son normalmente calientes, y los que eran frescos tienen ahora una temperatura tan alta que dejaron de ser opción para visitar por su clima de tradición agradable. La propuesta de mitigación de esta condición es simple: reforestar.
Pero esta solución enfrenta ahora uno de los más aberrantes enemigos: la burocracia. Es el caso que en Cuscatlán Norte, en Suchitoto, los primeros árboles de un esfuerzo ciudadano dentro de la iniciativa Suchitoto Verde están siendo víctimas de una ordenanza municipal (o de su posible aplicación maliciosa de parte de un funcionario), desconozco si el nuevo alcalde está en conocimiento de la medida.
Una norma puede ser válida y no ser vigente, también ser válida y vigente y no ser aplicable a hechos subsumibles bajo su supuesto. Cuando una norma es lesiva a los intereses de la sociedad a la que sirve, es necesario revisarla, readecuarla y actualizarla para sea consecuente con el momento histórico.
Para poner en contexto este caso, un ciudadano tomó la iniciativa de sembrar árboles frente a su negocio, una iniciativa que busca dar modestamente una respuesta al caluroso clima de Suchitoto. El principal ausente en buscar soluciones para la comunidad ha sido la autoridad municipal, que paradójicamente, es la llamada a dirigir los esfuerzos de la comunidad para desarrollar soluciones sostenibles que permitan a Suchitoto ser un mejor lugar para vivir y visitar.
En noviembre de 2010, la publicación del ensayo Desertificación y turismo en El Salvador (https://www.academia.edu/24568993/Desertificacion_y_Turismo_en_El_Salvador) buscaba ser una alerta a las autoridades para tomar en serio el cambio climático y buscar soluciones. En este momento su contenido tiene más vigencia, luego del cual nuestro país ha perdido muchos árboles en su lucha frente al “desarrollo”.
La normativa en cuestión que pretende ser el argumento para retirar los árboles recién sembrados no fue promulgada para talar árboles, y choca con el sentido común que nos señala que el camino para mitigar el insoportable calor es la reforestación. ¿Es tan difícil entenderlo? Lo que corresponde es armonizar la normativa con la necesidad de arborizar y al mismo tiempo volver accesible la ciudad con la movilidad de las personas con limitaciones o que requieren silla de ruedas.
Es urgente la necesidad de reforestar, un esfuerzo que el presente gobierno ha iniciado con la siembra de muchos árboles de Maquilishuat que he visto en muchos lugares, que contrasta con la aplicación de una ordenanza municipal que atenta contra el bienestar de la comunidad. Por otro lado, hemos visto cómo se ha vulnerado recientemente el patrimonio cultural de Suchitoto para, supuestamente, “embellecer” la ciudad con motivo del evento “Miss Universe”, sin que la normativa haya sido aplicable en esa intervención, situación que también sucedió cuando se remodeló el parque frente a la iglesia Santa Lucía, sin las consideraciones de lo que habría sido este en la época de la colonia. Hay diferencias entre restaurar y remodelar...
Considerando lo anterior, y siendo consecuente con la defensa del medioambiente, mi propuesta es que se revise la normativa y se adecue al momento en que vivimos, o se revise su aplicación, ya que si Suchitoto (me cuesta admitirlo) será una ciudad sin árboles, no puedo aceptarlo y la normativa debe ser revisada, así como también si la interpretación o aplicación de dicha normativa tiene dedicatoria, lo cual sería peor... “El que tenga oídos...”.
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