João Marinho llega a ocupar el puesto de John Alfred Tinniswood, tras su fallecimiento este lunes.
João Marinho Neto marcó un hito en la historia de la longevidad humana. Con 112 años cumplidos, este oriundo del municipio de Maranguape, en Brasil, es ahora reconocido como el hombre más longevo del mundo, según la confirmación oficial de LongeviQuest, una entidad conocida mundialmente en la verificación de edades extremas.
Este título le fue otorgado tras el reciente fallecimiento de John Alfred Tinniswood, un británico que también alcanzó la edad de 112 años. La validez de la edad de Marinho Neto fue verificada meticulosamente tras la revisión de su documento de identidad por parte de LongeviQuest, poniendo fin al período de Tinniswood como el hombre más longevo, cuyo deceso se produjo este lunes.
Nacido en una familia de agricultores en Ceará, Marinho Neto comenzó a trabajar en el campo desde muy joven, enfrentando junto a su familia las adversidades propias de las sequías y otros desafíos del norte brasileño. Con el tiempo, su labor en la agricultura le permitió acumular un patrimonio que hoy incluye tierras y casas.
João fue esposo de Josefa Albano dos Santos hasta el fallecimiento de ella en 1994, y juntos criaron cuatro hijos: Antonio, José, Fátima y Vanda (ya fallecida). Vivió gran parte de su vida en Fazenda Massapê, donde cultivaba maíz y porotos.
Aunque su salud ha declinado con el tiempo, Marinho Neto aún disfruta de momentos de lucidez, aunque pasa la mayoría del tiempo en cama, cuidado por sus hijos que le asisten en su hogar, demostrando el fuerte vínculo familiar que los caracteriza. A pesar de sus limitaciones físicas, la historia de João es un testimonio de la resistencia y la fortaleza humana frente a las pruebas del tiempo.
La familia de Marinho Neto, que incluye 22 nietos, 15 bisnietos y tres tataranietos, ha seguido con interés la validación de su longevidad, asegurándose de que su legado sea reconocido a nivel mundial.
La comunidad global también recuerda a John Tinniswood, cuyo reciente fallecimiento dejó un vacío en el ámbito de los récords de longevidad. Tinniswood, quien nació el mismo año en el que se hundió el Titanic, vivió dos guerras mundiales y varias pandemias, atribuyendo su longevidad a la suerte más que a cualquier secreto de estilo de vida.
Su enfoque en preservar su bienestar emocional y mantenerse alejado del estrés y la ansiedad fueron sus compañeros constantes en sus últimos años en un hogar de ancianos.
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