
Algunas conductas se ven reflejadas en su vida adulta y en ocasiones son de gran beneficio.
Los buenos hábitos se ven reflejados en la adultez. Foto: iStock
La manera en la que las personas son educadas durante su infancia suele tener un impacto significativo en el comportamiento que desarrollan en su adultez, ya que cuando los padres colocan normas claras, valoran la disciplina y exigen un alto nivel de responsabilidad, puede que estos hábitos se mantengan con el pasar del tiempo.
La psicología que siempre está estudiando las conductas de los seres humanos reveló que aquellos que crecen en un entorno de estricta disciplina suelen adoptar algunos patrones de comportamiento que se ven reflejados cuando son adultos.
Tara Whitmore es una psicóloga que en su blog escribió acerca de estos hábitos que suelen tener los adultos y que son debido a la crianza estricta que recibieron por parte de sus padres.
Estos son los hábitos de las personas con crianza estricta
1. Respeto a la autoridad
Cuando los individuos crecen en un entorno en el que el respeto y la autoridad son primordiales no solo moldea la forma en la que interactúan, sino que tienden a respetar la autoridad en cualquier etapa de su vida, ya sea en el colegio, la universidad o el trabajo.
Ellos suelen ser menos propensos a cuestionar sin una razón justificada, respetan los procedimientos y protocolos, lo que hace que se desenvuelvan de una manera más fácil en sistemas organizados.
A pesar de que puede ser una costumbre beneficiosa en muchos aspectos de la viuda, debe tratar de equilibrarse con la capacidad de cuestionar cuando sea necesario, explica la experta.
2. Puntualidad como norma de vida
Muchos adultos que son criados por padres estrictos, la puntualidad juega un papel importante, ya que esta es una de las principales virtudes y es una obligación que desde muy niño le enseñan diciendo frases como: “llegar tarde es inaceptable”. Esto suele resonar en su memoria a lo largo de los años.
Esta costumbre deja una marca imborrable, lo que hace que se transforme en un hábito arraigado, ya sea para cumplir compromisos laborales, encuentros sociales o incluso tareas cotidianas. Llegar a tiempo para estas personas se convierte en una norma de conducta que refleja la consideración hacia los demás.
3. Responsabilidad
Así como la puntualidad es importante, la responsabilidad no se puede quedar atrás, ya que aquellos que crecieron con padres estrictos le exigen que tengan compromiso con lo que hacen y esto hace que hagan las obligaciones con diligencia y conciencia.
Estas actividades pueden ser laborales o personales, pero la insistencia de sus progenitores es que siempre deben cumplir con la palabra dada y con los compromisos adquiridos.
4. Valorar el trabajo duro
Aquellas personas que durante su infancia sus padres les enseñaron a valorar el esfuerzo y la perseverancia solían ser recompensadas después de realizar un trabajo arduo.
Es por eso que estas personas que tienen una crianza estricta buscan la excelencia en sus carreras, proyectos personales y aficiones, ya que con su trabajo constante es un motor de éxito integral.
5. Autodisciplina
La educación rigurosa fomenta una “autodisciplina excepcional” y esta podría llegar a ser una de las herencias más significativas, debido a que cuando son adultos suelen controlar sus impulsos, postergar la gratificación y perseguir los objetivos con constancia.
Cuando aprenden a temprana edad que la disciplina es clave para alcanzar las metas, entienden más el esfuerzo y, según la psicología, este rasgo está vinculado con el éxito y la satisfacción a largo plazo.
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