La constante actividad sísmica de un pequeño pueblo de Estados Unidos inquieta a los investigadores, ya que este lugar no se encuentra sobre alguna falla geológica que provoque los movimientos.
Una pequeña ciudad de Estados Unidos vive atormentada por una misteriosa falla geológica que provoca microterremotos de manera constante; se trata de East Hampton, en Connecticut.
Los resientes afirman que para ellos no es nada fuera de lo común enfrentarse a vibraciones fuertes; pero no solo eso, también llegan a escuchar sonidos parecidos a una explosión. Aunque, por lo general, se trata de movimientos que desaparecen rápidamente, en alrededor de 10 segundos.
De acuerdo con expertos, como el geólogo Robert Thorson, de la Universidad de Connecticut, que fue entrevistado por el medio The New York Post, estos movimientos ocurren pasivamente todos los años.
Usualmente, se trata de miles de microterremotos, la mayoría de ellos tan pequeños que ni siquiera pueden sentirse en ningún otro lugar.
Son tan comunes que los residentes ya tienen un nombre para ellos: "Moodus Noises", pues la mayoría de ellos se presentan precisamente en el pueblo de East Hampton llamado Moodus y los llaman así debido a que son ruidosos.
Más allá de tratarse de una zona en la que los microterremotos, acompañados de fuertes ruidos, son comunes, hay otras razones por las cuales los expertos en geología, se muestran desconcertados ante esta situación.
En East Hampton no se encuentra sobre alguna falla geológica, tal como sí sucede en áreas propensas a terremotos como California, en donde los temblores son comunes debido a su posición en la Tierra. Pero Moodus se encuentra en una zona tectónica sin problema, dado que no está en medio de alguna placa.
En el siglo XVIII los habitantes consideraban que los movimientos y estruendos eran consecuencia del mismísimo demonio. Ahora, los 12,000 residentes todavía se sienten temerosos por no tener una explicación, aunque ya no creen en fuerzas sobrenaturales.
La teoría de los especialistas es que los ruidos son ocasionados por la forma que tienen las colinas, y que los movimientos se perciben constantemente debido a que su causa ocurre a solo unos 80 kilómetros de profundidad en la corteza continental.
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