El culturista fallecido ingería 16,500 calorías por día, repartidas en siete comidas y en las que predominan el sushi y la carne.
El fisicoculturista de República Checa Illia Golem murió este miércoles a los 36 años por causas que hasta el momento son desconocidas.
El hombre, más conocido por sus apodos “el mutante” y “el fisicoculturista más monstruoso del mundo”, quería ser tenista en su juventud. Luego aspiró a convertirse en el sucesor del exbodybuilder Arnold Schwarzenneger y el actor Sylvester Stallone. Residía en Miami, Estados Unidos, donde ganó reconocimiento por la sorprendente dieta a la que se sometía.
Según detalló la revista Men’s Health, Golem medía 1,85 metros y llegó a pesar hasta 165 kilos en su etapa de mayor volumen muscular. Ingería hasta 16.500 calorías por día, repartidas en siete colaciones, donde los protagonistas eran sushi -consumía más de 100 piezas- y carne -acostumbraba a ingerir 2,5 kilos por jornada-.
Junto con estos hábitos pocos saludables, el checo acostumbraba también a inyectarse hasta 50 dosis de insulina a diario para quemar rápido los alimentos. Además, se administraba Synthol, una peligrosa sustancia utilizada a menudo para hacer que el volumen de sus músculos crecieran de manera artificial.
“De niño quería ser como Arnold Schwarzenegger y Stallone en Rambo. Y que la gente al cruzarse conmigo vieran a un monstruo. Quería estar tan fuerte como mis ídolos de Hollywood. En mi pequeño pueblo se abrió un gimnasio y decidí inscribirme. Me guiaba solo por mis conocimientos en revistas y la ayuda del dueño del gimnasio. Fui capaz de levantar 272 kilos en press de banca y 317 kilogramos en peso muerto”, contó en una entrevista a la reconocida publicación masculina.
En una entrevista con el sitio Men’s Healt, el culturista checo aseguró que ingería 16,500 calorías por día, repartidas en siete comidas y en las que predominan el sushi y la carne.
Un mes atrás, otro reconocido fisicoculturista -en aquel caso, de origen brasileño- de 26 años murió en plena competencia. Antonio Leso Brás de Souza sufrió un paro cardíaco en medio de la competencia Navega Open Championship 2024 en Navegantes, al suroeste de San Pablo, Brasil. El famoso deportista se encontraba en la concentración frente a otros competidores, luego de exponerse frente al jurado, cuando se desvaneció por completo.
De inmediato lo atendieron los médicos del lugar, pero no lograron salvar su vida. Horas más tarde, aseguraron que un infarto le produjo la muerte. Desde sus redes sociales, su esposa, Yone Farias, escribió: “Descansá en paz, mi amor. Aunque la vida haya acabado, mi amor por vos va a ser para siempre”.
Y agregó: “Tu partida deja un vacío, pero tu legado va a permanecer”. Esta despedida fue acompañada de un video en el que se lo muestra a Antonio arriba del escenario en una de sus competencias habituales. Este mismo se colmó de inmediato de mensajes de apoyo para la viuda, como: “Mis condolencias”; “Que Dios consuele sus corazones”; “Que Dios les dé consuelo a vos y a tu familia en este difícil momento” y “Abrazo a toda tu familia, mi más sincero pésame”.
Hacía cinco años que Antonio practicaba este deporte y había ganado el tercer lugar en una de las categorías a las que se presentó el mismo día que murió. Antes de subir al escenario manifestó que no se sentía bien; sin embargo, en sus historias temporales de Instagram había comentado a sus seguidores: “Muy bien amigos, vamos al pesaje, si Dios quiere, todo irá bien. Estamos delgados, ¿no? Creo que se nota en mi cara. Ganaré muchos más títulos”. Esas fueron sus últimas palabras.
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