Recientemente, se viralizó la historia de un perito que ayudó a un mochilero que se había perdido entre las montañas de Ancash ubicadas en la ciudad de Huaraz de Perú.

El hombre, conocido en las redes sociales como ‘El güero inglés’, se caracteriza por publicar videos sobre sus excursiones, aventuras y las historias sobre las travesías que ha tenido la fortuna de realizar en 63 países.

Sin embargo, algo extraordinario le sucedió en medio de su paso por Perú, donde se encontró un canino que se encargó de guiarlo hacia su campamento cuando se encontraba perdido.

Al inicio del video, el hombre expresó: “Estaba de excursión en las montañas peruanas cuando de repente… ¡Un perro apareció a 15.000 pies de altitud! Estaba solo en este punto, así que confié en su conocimiento de montaña y me llevó por el camino, pero fui muy lento para él”.

Continuó: “Creo que este perro no entiende inglés, se ha ido, estoy perdido, ¿dónde estoy? Perrito, te necesito, perrito, no me dejes”. Tras esto, logró alcanzar al canino y lo encontró en una curiosa situación, puesto que se había detenido y estaba observando el paisaje: “Me dejaste, me dejaste, pensé que estabas a dos segundos”.

“Qué haces aquí, mira, Punta Unión” expresó mientas veía en su reloj la hora y la altura a la que estaban, pero a su derecha se encontraba un cartel de madera en el que se indicaba que estaban a “4.750 metros de altura” y llegó hasta el pico de la montaña con el perrito.

Tras un largo recorrido, el mochilero relató en su video que el perro pudo guiarlo hasta el lugar que deseaba: “Llegamos al campamento; ya lo he perdonado por dejarme solo en la cima y ambos estamos felices de haberlo logrado. Gracias, perrito”.

Luego de que se viralizara la noticia, el hombre volvió a publicar el video y aclaró que, aunque el lugar tenía una mala visibilidad, estaba cubierto de nieve y no se veía claro el camino, no estaba del todo perdido, ya que tenía un GPS que le ayudaba a guiarse.

Sin embargo, el perro logró sorprenderlo porque se unió a él de la nada y sabía exactamente hacia dónde debía dirigirse, pese a que no contaba con ningún artefacto que le indicara por dónde caminar. Al llegar al campamento, los acompañó durante dos días hasta llegar al pueblo donde le expresaron que ya tenía un hogar.