Aunque sea un popular y práctico electrodoméstico, en los últimos años fue objeto de diversas creencias; su impacto en la seguridad, el consumo energético y la salud general.
La capacidad de calentar y descongelar los alimentos en cuestión de segundos hacen al microondas uno de los electrodomésticos más eficientes y prácticos para usar. Sin embargo, pese a la gran popularidad que ganó desde su creación en la década del 50, existen una gran cantidad de mitos sobre dejarlo conectado y también sobre su posible impacto en la salud.
Según Bluradio.com, el principal problema de dejar el microondas conectado por las noches y en los periodos largos donde no se lo utiliza radica en la seguridad. Si bien no es una situación que suceda a menudo, estos aparatos pueden provocar incendios debido a un mal funcionamiento y hasta cortocircuitos. Por este motivo, desenchufar este electrodoméstico elimina la posibilidad de que ocurra algún tipo de evento peligroso relacionado con la electricidad.
Otro de los motivos por los que se recomienda desconectar el microondas es por el consumo energético que tienen aun cuando no están en funcionamiento. El aparato entra en un modo de espera, en el cual utiliza una energía mucho menor a cuando se encuentra activo, que posteriormente se puede ver reflejado en la factura de luz a fin de mes. No será un ahorro significativo, pero servirá para achicar algunos márgenes.
Además, esta técnica se puede utilizar durante unas largas vacaciones, donde el dispositivo va a permanecer sin uso durante varias semanas. No solo permitirá evitar posibles incendios, sino que el ahorro en la factura de energía podría ser mucho mayor. También se puede hacer lo mismo con todos los demás electrodomésticos del hogar, reduciendo el consumo energético a casi cero.
La creencia que utilizar este electrodoméstico puede provocar cáncer no es cierta, ya que el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) realizó estudios al respecto y comprobó que las ondas que irradia este artefacto son no ionizantes. Esto quiere decir que no tienen la suficiente energía para alterar los átomos de los alimentos o mismo del cuerpo humano.
A diferencia de los rayos X, que emiten ondas ionizantes, las ondas emitidas por el microondas no pueden desplazar a los electrones de los átomos, lo que significa que no tiene la capacidad para dañar el ADN, ni provocar cáncer. En contrapartida, el oncólogo y experto en nutrición Henri Joyeux, dice que la utilización de este electrodoméstico puede modificar la estructura de algunos aminoácidos de los alimentos, que podría desembocar en un problema de salud a largo plazo.
Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que el microondas no representa un riesgo para la salud de las personas, por lo que su uso seguirá siendo seguro. “Cuando se usan de acuerdo con las instrucciones del fabricante, los alimentos cocinados en un microondas no se vuelven radiactivos ni queda energía en los alimentos”, aseguró el organismo.
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