La Navidad en este pueblo no solo es una curiosidad, sino también una manifestación de la historia y la cultura afrocolombiana.
Los habitantes del corregimiento de Quinamayó, en el municipio colombiano de Jamundí, no celebran la Navidad el 24 y 25 de diciembre como la mayoría de personas alrededor del mundo, por el contrario, lo hacen 40 días después durante el mes de febrero.
Esta tradición se remonta al siglo XIX, cuando los antepasados de la comunidad afrodescendiente no podían participar de la celebración, ya que las festividades coincidían con la cosecha de maíz y yuca.
En el año 1891 los esclavos de ese momento decidieron transformar la tradición y empezar a celebrar la Navidad en el mes de febrero, como una muestra simbólica de la libertad de su pueblo, donde al ritmo de bailes y cánticos esperaban la llegada del Niño Dios negro.
Tiempo después, algunas personas recién liberadas fundaron el corregimiento de Quinamayó ubicado en el departamento del Valle del Cauca, al sureste del país, donde actualmente mujeres, hombres y niños vestidos con trajes típicos siguen celebrando la Nochebuena de la misma forma que lo hacían sus ancestros.
Cada año, durante el tercer sábado del mes de febrero, la festividad se realiza en torno al nacimiento del Niño Dios negro. La figura del recién nacido suele estar recostado en una cuna de color dorado, que colocan en el centro de la celebración para adorarlo durante toda la noche.
Uno de los bailes más significativos para la comunidad durante esta época, consiste en arrastrar los pies como si los tuvieran atados, ya que es una manera de conmemorar la difícil situación en la que vivían sus antepasados cuando eran esclavizados.
Si bien la Navidad en el corregimiento de Quinamayó se lleva a cabo 40 días después a la fecha habitual, hay quienes también celebran el 24 de diciembre para poder entregar los regalos o el aguinaldo navideño a los niños y niñas del pueblo.
La fiesta de adoración al Niño Jesús, suele durar aproximadamente una semana, en la cual se realizan diferentes actividades culturales, musicales e infantiles, que suelen deslumbrar tanto a los pobladores como a los turistas que llegan para disfrutar esta festividad a principio de año.
Hoy en día la Navidad en Quinamayó no solo es una curiosidad, también es una manifestación de la historia y la cultura afrocolombiana, a través de la cual la comunidad busca reconocer y celebrar sus tradiciones, con el fin de que estas sigan trascendiendo de generación en generación.
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