El otrora capitán de la selección mayor de fútbol de El Salvador estuvo en una reunión en la que se discutió el amaño de un partido, pero también fue de los primeros en revelar el escándalo.
El fútbol de El Salvador no volvió a ser el mismo de antes a partir de septiembre de 2013. Al menos 14 futbolistas fueron suspendidos de por vida por amaño de partidos y otros, incluyendo al capitán de la Azul y Blanco Víctor Turcios, fueron sancionados por periodos de entre seis y 18 meses.
Turcios, ahora dedicado a la vida pastoral, revela qué fue lo que pasó en el seno de la selección mayor y las consecuencias del arreglo de resultados ('match-fixing') de varios encuentros -entre amistosos y competencias oficiales- de la Azul entre 2010 y 2013.
La bomba estalló gracias al periodismo y también a partir de una entrevista en la que el entonces defensa de la "Selecta". Víctor Turcios habló sobre la existencia de partidos amañados en el combinado mayor. Él fue suspendido preliminarmente por seis meses, luego de la primera fase de investigaciones.
Víctor jugaba en el RoPs de Finlandia, recién ascendido a la primera categoría de ese país y, luego de un tiempo jugando en este club, decide regresar a El Salvador para militar en el Alianza y finalmente colgar las botas. Pero un evento en 2010 lo marcaría y años después, en 2013, esa entrevista a una cadena televisiva sentaría un precedente de riesgo.
El 19 de junio de 2010, la selección mayor enfrentó al DC United de la Liga Mayor de Estados Unidos (MLS). El equipo perdió por 1-0 tras una jugada veloz concluida por Adam Cristman. Seguramente el espigado delantero no sabía que el partido estaba arreglado, pero en la Azul sí lo sabían.
Turcios, en una entrevista con LA PRENSA GRÁFICA en el templo de la Misión Internacional Capernaum, revela que el juego con el DC era "un amistoso que no tenía mayor relevancia" y que antes del encuentro fueron citados a una reunión.
El encuentro fue en una habitación del hotel de concentración. "Yo voy a esa reunión, me doy cuenta que era para negociar ese partido, ofreciendo dinero a algunos jugadores. Es ahí donde me sorprendo de tal acción y me doy cuenta de esa situación, al final algunos jugadores estaban de acuerdo, otros no".
Víctor Turcios es contundente al afirmar que no estuvo de acuerdo y no recibió dinero, aunque tampoco reportó lo sucedido tras la reunión.
"Al final eso quedó ahí nada más, no pasó a más, según yo tengo entendido. ¿Qué sucede? Hicimos el partido y jamás me volvieron a invitar a una reunión de esas", cuenta el exjugador de fútbol.
Tres años después del evento, y cuando ya el tema de los amaños salpicaba en El Salvador, en gran medida por las investigaciones de EL GRÁFICO y LA PRENSA GRÁFICA, Víctor Turcios se recupera de lesiones que le afectaron y, ya como jugador de la liga finlandesa, regresa a la selección.
Para él, el ambiente en la interna de la selección era distinto y el futbolista lo percibió: "Los jóvenes me comienzan a decir muchas cosas que habían pasado, me empiezan a hablar de amaños de partidos y les digo '¿y ustedes por qué no han hablado?', y me dicen 'porque no queremos poner en riesgo nuestra vida, a nuestra familia'".
Y es que para ese momento la lista de partidos amañados, según las investigaciones periodísticas, de FESFUT y FIFA, ya implicaban no solo el juego contra el DC United, sino uno previo ante Estados Unidos (derrota 1-0, en febrero 2010), el de México (5-0 por Copa Oro 2011), Paraguay (4-1 en febrero 2012) y el de Venezuela (2-1 en mayo 2013).
"Vamos a la Copa Oro (2013) y la tensión era muy fuerte y la decisión era que mientras la selección estuviera participando, no íbamos a hablar de este tema, pero una vez eliminados, yo di la entrevista a ESPN y pude dar la información que ahora mismo estoy dando", cuenta ahora Turcios, sobre lo que decidieron en ese entonces.
Él había recibido el gafete de capitán, aunque como lo revela en esta entrevista con LPG, su deseo ya no era el de seguir como profesional, ya que se había decantado por convertirse en un predicador, lo que, 10 años después de aquella Copa Oro, realiza a tiempo completo.
Después de la entrevista en la que revela lo que sabía sobre amaños, Turcios decidió no volver a Finlandia, sino tomar un vuelo a El Salvador y declaró ante la Fiscalía y la Federación de Fútbol nacional. Luego, al irse a Europa, fue contactado por INTERPOL.
Siempre en 2013, Víctor Turcios llega a Finlandia, más con deseo de culminar su etapa futbolera en Europa que con la intención de seguir jugando. Ahí fue abordado por autoridades.
"Cuando la INTERPOL me abordó en Finlandia, me llamó, y yo (estaba) un poco nervioso... pero más que todo me llamaron para decirme que estaban al tanto de toda la información, de la mafia que hay en el fútbol mundial, que se originaba en las casas de apuestas, en Singapur en ese momento", explica el exnúmero 5 del Firpo.
Haber sido de los primeros futbolistas en acudir a las autoridades y contar lo que sabía sobre el amaño de partidos en la selección supuso temores, sobre todo en su familia, en ese entonces.
"Mi madre me decía 'hijo, no vengás a El Salvador, te puede pasar algo', pero yo le digo 'no se preocupe, Dios cuida de mí, yo lo que he hecho es lo correcto'", afirma en esta entrevista el exzaguero y exseleccionado.
"Sí hubo peligros pero al final no pasó nada y hasta hoy puedo decir que gracias a Dios que siempre me ha protegido", añade.
Víctor Turcios decidió retirarse del fútbol prácticamente en la mejor etapa de un futbolista, a los 25 años, tras haber regresado al país para incorporarse al Alianza y cuenta que la dirigencia alba se tomó con sorpresa su prematuro retiro, pero tras hablar con el DT de ese entonces, no le impidieron su deseo de ser predicador.
La herida de los amaños de partidos sigue en el balompié nacional y de la región, aun una década después de que estallara la bomba: en agosto de este año el exentrenador del Águila y de la selección de Panamá, Gary Stempel, se refirió a posibles arreglos de partidos en la liga canalera.
Pocos pueden decir, en dicho contexto, que han hecho lo correcto, pero Turcios afirma, ya lejos de los reflectores y del dinero del fútbol profesional, que él hizo lo que debía hacer.
"Eso (confesar lo que sabía sobre los amaños) tuvo un riesgo en mi vida pero sabía que tenía que hacer lo correcto", dice ahora, sentado en un taburete, con su púlpito a sus espaldas.
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