Hay que tener en mente también que el TPS para los salvadoreños va a llegar a su fin nuevamente en marzo de 2025 y que dependerá de la voluntad de Trump si se renueva o se cancela.
Estados Unidos tiene la economía más grande del mundo, es el mayor importador del mundo y el segundo mayor exportador. China por el otro lado, tiene la segunda economía más grande del mundo, a pesar de ser solo el 65% del tamaño de la de Estados Unidos. Es por ello que cuando el presidente electo Donald Trump dice que le va a poner impuestos a las importaciones a todos los productos que entren a Estados Unidos y que les impondrá una tasa más alta a algunos productos chinos, eso pone nervioso no sólo a los chinos, sino a muchos otros países.
Estados Unidos ha sido el gran promotor del libre comercio en el mundo por muchas décadas y ahora amenaza con cerrar un poco su economía para sustituir importaciones con productos fabricados en ese país del norte. Contrario a lo que uno escucha en las discusiones públicas, los países que pueden ser más afectados por esa decisión son México y Canadá, más que China. China sólo exporta el 16.2% del total de sus ventas al exterior a Estados Unidos, mientras que Canadá vende el 77% del total de sus exportaciones a Estados Unidos y México el 78% del total.
Estados Unidos tiene una economía que se puede catalogar como poco abierta porque la suma de las exportaciones e importaciones sólo representan el 25% de sus producto Interno bruto (PIB), mientras que China es más abierto porque el comercio exterior representa el 39% de su PIB. México y Canadá tienen economías muy abiertas porque la suma de las exportaciones e importaciones representan el 78% y 77% de sus respectivos Productos internos brutos. El Salvador también cae en la categoría de una economía muy abierta porque el comercio exterior representa el 81% de su PIB.
Para poder imponer aranceles más altos a México y Canadá, Estados Unidos tendría que renegociar por segunda vez el tratado de libre comercio entre los tres países, ya que en su anterior presidencia renegoció las condiciones establecidas en el NAFTA. Hay un viejo adagio que dice que cuando veas las barbas de tu vecino arder, pon las tuyas a remojar. Menciono esto porque la pregunta es si el presidente Trump estaría dispuesto a amenazar a los países Centroamericanos y República Dominicana con renegociar el CAFTA si no hacen lo que él les diga, para parar el flujo de migrantes ilegales, drogas y delincuentes hacia Estados Unidos.
En el caso de México la amenaza ha sido que si el gobierno mexicano no para el flujo de inmigrantes ilegales y de drogas como el fentanilo hacia Estados Unidos, les impondrá aranceles sobre las importaciones. En el caso de Canadá la situación es similar, pero el problema de Canadá es más sencillo de resolver ya que sólo representa el 10% de casos de inmigrantes ilegales que entran hacia Estados Unidos y no se conoce de casos de fentanilo entrando vía Canadá.
En el caso salvadoreño el problema podría tener implicaciones serias en la medida que Trump está convencido que la pacificación de El Salvador ha sido a costa de exportar a los líderes de la MS-13 a Estados Unidos. No hay duda de que tiene elementos muy específicos de prueba en la medida que varios de esos líderes están siendo juzgados en Nueva York y hay una cantidad indeterminada de pandilleros de origen salvadoreño que cometen delitos en diferentes ciudades de Estados Unidos.
Hay que tener en mente también que el TPS para los salvadoreños va a llegar a su fin nuevamente en marzo de 2025 y que dependerá de la voluntad de Trump si se renueva o se cancela. Lo anterior implica que tanto México como Canadá, y los países Centroamericanos, corremos el riesgo de estar en la agenda de Trump, y que la política comercial se va a utilizar para impulsar su agenda anti inmigrante, anti drogas y de seguridad nacional.
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