
Macarena Nazar narra en primera persona su aventura en el trail running.
El trail running o carrera de montaña es una disciplina extrema en la que se recorren kilómetros y kilómetros entre cerros y terrenos inhóspitos. En Chile, los cultores de este deporte siguen en crecimiento, aunque no es una aventura fácil.
El próximo 22 de marzo se desarrollará la sexta versión de La Gran Travesía, una de las icónicas de estas competencias en el país. Una carrera de 100 kilómetros que recorre parte de La Cordillera de Los Andes.
El año pasado, el primero en cruzar la meta demoró 16 horas, 46 minutos y 10 segundos, mientras que el último en llegar tuvo un tiempo de 40 horas.
Muchos quedaron en el camino tras no poder superar las subidas, los pedregosos caminos y las bajas temperaturas.
Macarena Nazar fue una de las corredoras. Lleva ocho años participando en carreras de montaña de larga distancia. El año pasado estuvo en su cuarta Gran Travesía y aquí, relata como fue en 2024 correr 100 kilómetros entre cerros y lugares inhóspitos. Cuenta que vivió muchas adversidades. Despertó tirada en el suelo con principio de hipotermia, pero eso no la ahuyentó...
"Uno no llega y corre 100 kilómetros. Tienes que planificarlo, entrenarlo y obviamente va a pasar cualquier cosa. No es algo que porque te planeas correrlo, lo vas a lograr" lanza de entrada Macarena.
"Parten todos juntos y a distintos ritmos. Obviamente salen algunos disparados, otros a trote suave, y otros hasta caminando. Te quedan cien kilómetros por delante. En realidad tu ritmo al final lo defines de acuerdo a tu entrenamiento".
"Te entregan la ruta y tú la cargas en el celular o en el reloj por si te pierdes. Para la noche se llevan cintas reflectantes.".
"Hay ocho puestos de abastecimiento, pero siempre pasa algo: o que se acabó el agua, o que no llegaste, o que no hay lo que tú necesitabas. De cierta manera tienes que llevar todo lo necesario para que no te falte nada".
La primera parte de la ruta, los corredores van al lado del Embalse del Yeso. "Nos tocó un bonito día, yo no conocía el Embalse del Yeso y es un lugar maravilloso. La ruta realmente fue un regalo".
"Podríamos decir que los primeros 15 kilómetros son relativamente corribles. Tienes puntos donde hay agua y cosas así de picoteo, con un tramo medio tranquilo de recorrido. Después empiezas a subir".
"Acá tienes un filo que es terrible. Y me acuerdo perfectamente el año pasado que cuando llegué a ese punto, sabía que había un filo, pero nunca pensé que era tan pronunciado y tan estrecho el pasar. Me paralicé, me quedé así congelada. Y en cinco segundos tienes que superar eso y pensé, ya, si yo puedo. Y lo único que hice es mirar las zapatillas y respiré. Ese filo te lleva a una subida que pasa los cuatro mil metros (de altura), ahí empezó a caer mucha gente. Obviamente a todos nos afecta de distintas formas la altura, entonces ese fue un punto bastante crítico para la mayoría. Hay más frío y nieve por lo general".
"Después de esa subida macabra, la bajada es muy técnica, son más de 10 kilómetros, donde no son corribles, porque tienes acarreo, que es cuando hay mucha roca suelta y te tienes que tirar resbalándote nomás, a campo travieso. Debes apurar, porque tienes un tiempo de corte, un tiempo límite para llegar al próximo puesto".
El próximo puesto está en el kilometro 48, es conocido como "drop bag", un lugar donde tienes la posibilidad de comer, descansar y ocupar implementos de una mochila que se deja en ese lugar un día antes de la carrera.
"Esa bajada macabra que te digo, por lo menos para mí fue bastante complicada, porque no podías correr. Según yo me faltaban 3 kilómetros para llegar al "drop bag", pero en realidad justo había un fotógrafo que le digo "cuánto falta" y me dice 6 kilómetros, y yo ya me quería morir, porque se estaba haciendo de noche y no tenía linterna. Fue un error grande".
"En el drop bag tú comes, si quieres te cambias de ropa, te abrigas, porque ya es de noche. Yo personalmente me como estos Maruchan que son fantásticos para esa hora, porque están calientes, tienen mucha sal, mucho sodio, entonces eso te ayuda mucho, y bueno, los fideos te llenan de carbohidratos. Después me cambié ropa, me limpié y agarré mi mochila y salí de nuevo".
"Ahí ya pasan varios kilómetros donde te advierten que no hay agua. En el camino había ciertos ríachuelos, ya no recuerdo bien porque uno pierde la cabeza. Es parte del proceso, te empiezan a bajar todas las cosas, te empieza a bajar la sal, te mareas, si no tuviste una buena alimentación te enfermas de la guata, te pasa de todo".
La siguiente parada está alrededor del kilometro 63, un lugar de descanso conocido como "el domo".
"Después hay varios kilómetros que son corribles y llegas a la última subida, que no recuerdo el nombre, pero que es otra de 4000m (de altura). Ahí también muchos corredores sufrieron, porque ya vas con casi 70 kilómetros encima y vienes con otra subida, donde el frío mató a la gente en su mayoría y ya la cabeza con la altura la vas perdiendo, te empiezas a atontar, empiezas a imaginar cosas que no son realidad y seguir la ruta es medio complicado".
"Posterior a eso ya llegas a un camino más directo hasta la meta. Siempre los últimos kilómetros son eternos y más largos Lo que te podrías demorar en un kilómetro al principio, acá te demoras el doble, ya el cuerpo no te da, tu alimentación ya no es la correcta...".
En este tipo de carreras hay muchos DNF, que son aquellos que por algún motivo no llegan a terminarla. Macarena fue uno de ellos el 2024.
"Me quedé dormida en el domo, porque no había café. Imagínate, ya ese día nos habíamos levantado como a las 3 de la mañana para poder llegar a las 5 de la mañana. Estábamos ya arribando al domo antes de las una de la madrugada y me empezó a bajar un sueño terrible. Ya iba muy torpe, uno camina durmiendo. Iba como cerrando los ojos".
"Para mí fue fatal. Y lo único que hice fue que me di cuenta y de repente así me quedé dormida, botada en el suelo y me desperté con principio de hipotermia, porque no me tapé ni nada, me morí en el suelo. Sentí ruidos al lado y era el grupo con el que partí, que había llegado a ese punto y ya eran pasadas la una y media de la mañana".
"Me desperté, porque llegaron ellos y era mucho frío. Ahí uno de mis amigos, que es médico, me tapó, me abrigó. Me recuperé un poquito, ´pero me quedé en el domo, me devolví con otro compañero, porque el frío y el sueño me mataron".
"Por lo que supe de gente que me estaba esperando y por gente que estaba ya en el segundo pase, en la segunda subida macabra, la gente llegaba en muy mal estado".
Macarena se prepara durante todo el año para una travesía así y pese a no poder terminarla en 2024, ella se siente complacida con lo alcanzado.
"Yo he sido DNF en un montón de carreras y soy de la idea de que cada carrera tiene su final, y por algo llegas hasta ahí, la vida es sabia, por algo tienes que llegar hasta ese punto y no continuar, entonces me voy siempre satisfecha, feliz y agradecida de lo vivido".
"Es una ruta maravillosa y sortear las dificultades es como la vida, para mí las carreras de montaña son como la vida. Hay subidas que podrían ser como los problemas pero la subida siempre tiene su bajada y ahí está como la solución y lo demás las dificultades hay que saber llevarlas",
"Este año pusieron el tope a 33 horas (para finalizar la carrera), que me parece un tiempo prudente. No está tan apretado como otros años, en realidad. Mi meta es hacerla en menos de 28 horas" finaliza Macarena quien asegura que este año, llegaba a su casa con la medalla.
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