
Análisis previos ya habían advertido que a partir de 2027 “los ingresos y los remanentes capitalizados de la CGS no serán suficientes”.
El personal técnico del Fondo Monetario Internacional (FMI) confirmó que la Cuenta de Garantía Solidaria (CGS), que se creó en la reforma de pensiones de 2017, se agotará en 2027.
El problema con este fondo colectivo, según han explicado expertos, es que nació a finales de 2017 con la reforma a la extinta Ley del Sistema de Ahorro de Pensiones (SAP), pero el correspondiente estudio actuarial (donde se aplican modelos estadísticos y matemáticos para dar predictibilidad) se realizó hasta un año después.
El resultado del estudio fue que, bajo ciertos parámetros, se espera que a partir del año 2027 “los ingresos y los remanentes capitalizados de la CGS no serán suficientes para hacer frente a sus obligaciones”.
A esta advertencia de déficit, y con el correr de los años, se han sumado otros factores que no se contemplaron en ese momento: un aumento de la pensión mínima (de $207 a $304), la caída en el número de cotizantes del SAP (Sistema de Ahorro para Pensiones) y la reducción de sus aportaciones en el 2020 a consecuencia de la pandemia de covid-19.
La CGS cubre a las personas “optadas” (los afiliados al Instituto Salvadoreño del Seguro Social o Instituto Nacional de Pensiones de Empleados Públicos que cuando inició el sistema de capitalización individual tuvieron la opción de afiliarse a una AFP o permanecer en el ISSS o INPEP) y pone la diferencia para las personas jubiladas que perciben la pensión mínima o se les acabó su saldo.
Con la reforma de pensiones aprobada en diciembre de 2022, el FMI explica que se “estableció una garantía gubernamental explícita sobre la CGS de las AFP y creó un pasivo contingente del SAP”.
“Al aumentar la generosidad de las pensiones tanto para el Sistema Público de Pensiones (SPP) como para el SAP, la reforma colocó los beneficios previsionales privados, en promedio, por encima de los ahorros acumulados en las cuentas individuales”, explica el FMI.
Como resultado, las AFP ya han comenzado a recurrir al CGS para pagar las pensiones por lo que “el stock de activos comenzó a disminuir en 2023” y según las proyecciones del personal del FMI sus activos se agotarían alrededor de 2027”.
En ese momento, el Estado tendría que intervenir y desembolsar un 0.5% del producto interno bruto para cubrir el déficit, de ahí la necesidad de aprobar una nueva reforma de pensiones en 2025, ha dicho el Fondo Monetario Internacional.
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