Todos los días desde tempranas horas este hombre de 78 años ejerce este valioso oficio.
Don Jorge Mejía ha dedicado los últimos 51 de sus 78 años de vida al oficio de afilador ambulante y recorre las principales calles y colonias de la ciudad de Santa Ana.
Con su herramienta de trabajo: un esmeril instalado sobre un carretón metálico con ruedas, avanza por barrios y colonias ofreciendo sus servicios para afilar cuchillos y otros objetos punzantes. Don Jorge es un ejemplo de sacrificio y perseverancia, consideran santanecos.
Por la necesidad de obtener ingresos económicos para el sostén de su hogar, don Jorge, trabaja de lunes a domingo desde las 8:00 de la mañana, cuando sale de su casa situada en la avenida Los Amates, de la colonia San Juan Bosco.
Según el septuagenario antes de dedicarse a este oficio, laboró durante 14 años como barrendero en la alcaldía de Santa Ana Centro, pero aseguró que “por presiones de otros trabajadores” se vio obligado a abandonar ese trabajo.
Inicié en 1973 como afilador. Supe de esto por otra persona y me llamó la atención. Empecé haciendo diez máquinas afiladoras de madera y seis metálicas, de todas esas las vendí y solo me quedé con esta que desde entonces la mantengo (máquina). No sabía nada de esto (afiladuría), he ido aprendiendo en el camino”, comentó.
Con propiedad asegura ser la única persona o negocio que a la fecha se dedica a este oficio en la ciudad y que cuenta con una máquina afiladora móvil que le permite ir a varios lugares para ofrecer sus servicios.
Don Jorge recibe de sus clientes cuchillos, navajas, corvos y tijeras para afilarlos. Por este servicio cobra de $1 a $2 por pieza. Con su pie en el pedal de apoyo, hace girar el volante de velocidad (rueda transportadora) para hacer girar el esmeril que afila las herramientas u objetos punzantes.
Es un trabajo cansado por mi edad y porque la máquina pesa. Salgo de mi casa y camino y camino, pero hay días que no sale nada (trabajo), allá ‘al buen rato’ va saliendo un trabajito y vamos juntando para el sostén diario. La comida me motiva a seguir trabajando, tengo familia, pero nada, toca trabajar”, expuso don Jorge.
Este hombre padece de una hernia en su pierna y desde hace varios meses tiene problemas en su apéndice, pero se niega a ir a un hospital, pues para recibir atención médica tendría que perder un día de trabajo y no obtener ingresos.
Vive con su esposa de 68 años, quien padece de una enfermedad de los riñones. Ambos tuvieron tres hijos, pero dicen desconocer sobre su paradero desde hace varios años. La pareja de ancianos solicita ayuda de víveres y medicinas a personas altruistas que deseen apoyarlos.
Mensaje de response para boletines
Comentarios