El parque arqueológico Joya de Cerén, en San Juan Opico, La Libertad, cerrará sus puertas al público por los próximos seis meses para continuar con las obras de protección y mejoramiento que, en su primera fase, comprendieron trabajos entre el 24 de septiembre de 2018 y el 15 de octubre de 2019.

De acuerdo a Suecy Callejas, ministra de Cultura, en esta segunda etapa se ejecutarán obras entre el 1 de noviembre de 2019 y el 31 de mayo de 2020, tales como mejoras en los senderos, centro de interpretación, servicios sanitarios, cafetería (que pasará a ser un restaurante), zona de venta de artesanías, mejora en los techos y más excavaciones, explicó Callejas.

El proyecto, con un valor de $1,340,000, es financiado con dinero proveniente de un comité bilateral de canje de deuda franco-salvadoreña ($900,000) y el gobierno de El Salvador ($440,000).

Hasta el momento, con estos fondos se ha logrado estabilizar los taludes de ceniza que rodean a las edificaciones y se realizó la excavación arqueológica para determinar las áreas para colocar las zapatas de las columnas de las cubiertas que sustituirán a los techos que existen desde hace más de 20 años.

Para François Bonet, embajador de Francia en El Salvador, estos trabajos son "un proyecto faro de nuestra cooperación" y que "se inscribe en una tradición arqueológica francesa fuerte".

El diplomático constató antes de comparecer ante la prensa, las obras en el lugar acompañado de la arqueóloga Michelle Mira (que ha trabajado 10 años en Joya de Cerén). Posterior al evento, Mira también guió a la ministra Callejas por las áreas 2 y 3, tiempo en el que destacó la urgencia de retomar las labores, principalmente por los daños en los techos, que derivan en goteras sobre las estructuras precolombinas, temporalmente tapadas con plásticos.

De acuerdo con lo planificado en esta nueva fase de trabajo, los nuevos techos sobre tres áreas de los asentamientos históricos serán similares a las del complejo 4, los cuales fueron colocados en 2008 —de acuerdo a la arqueóloga Mira— y que ofrecen un mejor comportamiento en la estabilidad de temperatura y humedad para las estructuras arqueológicas y permiten, además, instalar columnas asimétricas que se adaptan a las condiciones del suelo cultural.