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Relato | "Esta pandemia demostró que la enfermería es más que inyectar"

Selene Cuchilla es una enfermera experimentada. En ella se retrata la vocación de servicio del personal de salud que lucha contra el covid-19.

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Entrega. Para Selene, el temor a contagiarse fue superado por su vocación de servicio.

Entrega. Para Selene, el temor a contagiarse fue superado por su vocación de servicio.

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La pandemia del coronavirus ha recordado el papel fundamental de los profesionales de la salud para salvar vidas y para aliviar el sufrimiento. El 18 de marzo, el país cumplió un año de haber anunciado oficialmente el primer paciente de covid-19. Desde entonces, el personal de salud se mantiene en alerta para atender a quien lo necesite.

Selene es una de esas enfermeras, heroínas sin capa, que se desempeñó en la primera línea. En julio de 2019 fue designada como responsable del equipo de Urología en el Hospital Rosales, una unidad que justamente hace un año estaba haciéndole frente al coronavirus porque se designó como Gripario 3.

"Esta pandemia nos demostró que la enfermería es más que inyectar. Yo considero que, más que una profesión, es un arte del cuidado", dice convencida.

Selene y su equipo fueron llamados a primera línea cuando el sistema de salud vivió un aumento de casos que obligó a los hospitales de tercer nivel a brindar asistencia. Una de las experiencias más difíciles que vivió fue ver cómo sus pacientes fallecían por covid. La fe la mantuvo a flote, a ella y al personal a su cargo. "Es duro ver fallecer a tantas personas en un gripario, se luchaba día a día para salvarles la vida pero en ocasiones no se podía", afirma.

Pero no todo lo vivido fue tristeza. "Se luchaba no importando cuan incómodo fuera el equipo de protección o las condiciones, y era satisfactorio ver que habían paciente que salían adelante, se iban de alta junto a sus familias y eso es muy gratificante", dice.

Selene afirma que las extenuantes jornadas, las dificultades para llegar al trabajo y otros obstáculos, eran compensados al ver cómo un paciente mejoraba en su salud. Los retos y temores, destaca, se superan cuando alguien vuelve a casa.

"De los retos más grandes que esta pandemia me ha presentado es el de la responsabilidad de velar por mi equipo de trabajo y los pacientes. Por supuesto que hay temor, pero también una fuerza para sobreponerse y vencer. Para salir adelante, esa fuerza la encontré en la fe, pero también en la familia, en las amistades y, por supuesto, en mi equipo de trabajo, al que le agradezco", dice.

Aunque de momento Selene y su equipo no se encuentran atendiendo pacientes con coronavirus, el riesgo de contraer la enfermedad se mantiene latente porque labora en el hospital.

La vacuna es un aliciente, afirma, pero siempre hay temor. Por ello considera importante cumplir con los protocolos de bioseguridad, pues falta camino por recorrer para dar por cerrado este capítulo.

Por ahora, Selene y su equipo han vuelto a brindar atención en Urología y ella se ha trazado el objetivo de ejercer su cargo con empatía. Está convencida que un ambiente laboral agradable, donde el equipo se sienta apreciado, es el camino para brindar un trato de calidad a cada paciente.

"No voy a olvidar mi esencia, que es lo que me hizo buscar un puesto gerencial. Ser agente de cambio no es fácil pero se logra con mucho esfuerzo", dice.

El personal de salud tiene más de un año de llevar la presión de esta pandemia. En 2020, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), destacó que el personal de enfermería representa más de la mitad de los trabajadores de salud en el mundo y están demostrando su compasión, valentía y coraje en la respuesta a la pandemia: nunca antes se había puesto más claramente de relieve su valía.

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