La minería metálica en El Salvador podría dañar el río Lempa, generando más riesgos que beneficios económicos, afirman expertos.
En El Salvador, la minería metálica vuelve al centro del debate tras especulaciones sobre una posible reactivación de esta actividad, prohibida desde 2017.
Diversos actores, desde ambientalistas y académicos hasta figuras políticas, han expresado su preocupación por los riesgos que la minería podría implicar para los recursos hídricos, la salud pública y la sostenibilidad ambiental del país.
El río Lempa, la principal fuente de agua potable y de riego en El Salvador, ha sido uno de los puntos clave en la discusión sobre la minería metálica.
En el mapa compartido por Nayib Bukele para ilustrar los supuestos puntos donde podría explorarse en busca de oro, hay varias coincidencias con zonas donde circula el río Lempa.
Debido a eso, Ricardo Navarro, presidente del Centro Salvadoreño de Tecnología Apropiada (CESTA), advirtió que cualquier actividad minera podría contaminar el río.
“De ahí sacamos agua para beber y lo van a contaminar, ese va a ser el problema. Además, la cuenca del Lempa es la mitad del territorio salvadoreño; cualquier lugar que se contamine tarde o temprano llega al Lempa. Esto sería la destrucción de El Salvador”.
Ricardo Navarro, presidente de CESTA.
Por su parte, Andrés McKinley, investigador internacional en temas de minería metálica, calificó la minería como una amenaza para las principales fuentes de agua del país, esenciales para la generación de energía, el abastecimiento de agua potable y la producción agrícola.
Según McKinley, los riesgos que plantea esta industria serían “enormes” en un país tan pequeño y densamente poblado como El Salvador.
Además, Amalia López, representante de la Alianza Nacional Contra la Privatización del Agua, cuestionó los argumentos económicos utilizados para justificar una eventual reapertura de la minería metálica en el país. Según López, las ganancias proyectadas no compensarían el daño a los recursos naturales ni a la calidad de vida de la población.
“No es factible económicamente, tampoco es beneficiosa para El Salvador y no es cierto que vaya a ser a largo plazo sostenible para la vida. Muy honestamente, [las ganancias] no valen lo que vale la vida de los salvadoreños y salvadoreñas. Eso es algo que tenemos que poner en perspectiva”, expresó López.
Además, resaltó que los cálculos económicos actuales estiman que los depósitos minerales en El Salvador tienen un valor aproximado de $132,400 millones, pero afirmó que estos recursos no justifican los costos humanos y ambientales asociados con su explotación.
Mientras tanto, también hubo lecturas políticas sobre el mensaje de Bukele. Si bien legisladores de Nuevas Ideas se han limitado a retuitear el mensaje de Bukele, en el lado de la oposición se ha advertido de riesgos en el tema.
Así, Marcela Villatoro, diputada del partido ARENA, señaló que su fracción considera que esta actividad representa un alto riesgo para la población salvadoreña debido a las graves repercusiones ambientales que podría generar.
“El daño es peor que el beneficio que traería a la población salvadoreña. Nuestro país es pequeño y, por este hecho, su densidad poblacional hace que la explotación minera pueda tener serias repercusiones en la salud y vida de los salvadoreños. Además, habrá una inminente contaminación del agua; todas las cuencas hidrográficas están conectadas”.
Marcela Villatoro, diputada de ARENA
La diputada también advirtió sobre los posibles desplazamientos forzados que podrían sufrir comunidades cercanas a proyectos mineros.
Mientras, la diputada Claudia Ortiz (Vamos) publicó un post en su cuenta de X (antes Twitter) en el que rechazó la idea.
Por las graves consecuencias ambientales y sociales que traería nuevamente al país, decimos #NoALaMineria
El bienestar y futuro de las comunidades debe ser la prioridad. https://t.co/BcsOXhcFVy— Claudia Ortiz (@ClaudiaOrtizSV) November 28, 2024
Asimismo, el internacionalista Napoleón Campos incorporó otro matiz a la discusión, al recordar que el país recientemente hizo un canje de deuda por naturaleza, que le permitirá ahorrar fondos, con el compromiso de invertirlos en medidas para proteger el río Lempa.
“Hay que perfilar muy bien dónde quedó encajada la iniciativa del canje de deuda por naturaleza”, indicó, para hacer notar que la minería podría atentar contra el espíritu de dicha operación financiera.
“Es una operación que utiliza el canje para facilitar una oxigenación financiera, con el objetivo de implementar urgentes medidas de protección ambiental”, explicó Campos, que consideró contradictorio, entonces, el daño que el Lempa podría recibir de implementarse la minería.
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