
Representantes de venezolanos declararon que algunos de los deportados no son del Tren de Aragua. Trump alega que hubo un proceso “riguroso”.
Una corona sobre un balón de fútbol, emulando el escudo del equipo español del Real Madrid; flores, un globo ocular y nombres de familiares con letras estilizadas son algunos de los tatuajes que, según los abogados de la defensa, contribuyeron a la repentina deportación de 238 venezolanos el fin de semana pasado a El Salvador, que terminaron resguardados en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), bajo la acusación de ser parte del Tren de Aragua.
La deportación de los ciudadanos venezolanos desde los Estados Unidos ocurrió porque el presidente Donald Trump ordenó expulsarlos y enviados a la cárcel salvadoreña bajo una ley de tiempos de guerra del siglo XVIII que permite deportar a no ciudadanos sin el debido proceso. La proclamación emitida por Trump argumentó que la ley de tiempos de guerra podía implementarse porque la pandilla está “llevando a cabo una invasión” en Estados Unidos.
Este periódico tuvo acceso a las declaraciones juradas de algunos abogados que representan a los venezolanos en la Corte del Distrito de Columbia, donde se ventila la causa contra el Gobierno de Donald Trump, por haber permitido el traslado sin haber cumplido el debido proceso.
La mayoría de los abogados han desestimado ese argumento y señalaron que el gobierno no ha presentado pruebas para demostrar que los hombres son miembros de esa pandilla.
El caso ha tomado relevancia en la corte federal de Washington después de que el juez James Boasberg Boasberg emitió una orden para bloquear las deportaciones amparadas por la invocación que horas antes hizo el presidente estadounidense, Donald Trump, de la ley de Enemigos Extranjeros, una norma de 1798 que no se ha usado desde la Segunda Guerra Mundial y que permite la expulsión sumaria de extranjeros.
El Gobierno estadounidense ha defendido que cuando los dos primeros vuelos despegaron la orden no era aún firme por no haber sido presentada por escrito, y a su vez ha considerado que un juez federal no tiene potestad sobre las políticas de inmigración y seguridad nacional que son competencia del presidente de EUA.
Boasberg, a quien Trump y miembros de su Administración han atacado pidiendo su destitución esta semana, cuestionó la respuesta dada este viernes por el Departamento de Justicia, Y el caso sigue pendiente de resolución, después de la intención de la administración Trump de invocar el secreto de estado.
Abogados defensores de venezolanos deportados a El Salvador han presentado en los últimos tres días, declaraciones juradas de venezolanos donde la familia y sus abogados declaran bajo juramento y con pruebas sobre ello, de la inocencia de estas personas.
Los documentos presentados argumentan como principal prueba que los tatuajes que llevan los venezolanos no tienen nada que ver con el Tren de Aragua.
Tal es el caso de la declaración jurada de Solanyer Michell Sarabia González, hermana del venezolano deportado a El Salvador, Anyelo Jose Sarabia de 19 años. Michel asegura que su hermano no posee tatuajes alusivos a las pandillas.
“El tatuaje que tiene en la mano izquierda es de una rosa con dinero como pétalos. Abajo hay una foto del tatuaje. Se lo hizo en agosto de 2024 en Arlington, Texas, porque le pareció genial. El tatuaje no tiene ningún significado ni conexión con ninguna pandilla”, indicó.
Otros de los casos es el de Jerce Reyes Barrios, de 36 años, donde su abogada, Linnette Tobin en su declaración jurada indica que Reyes es un jugador profesional de fútbol en Venezuela y que nunca ha sido arrestado por algún crimen. Y que el tatuaje que tiene en uno de los brazos, es similar al logo de su equipo favorito, el Real Madrid y adjunta fotos para demostrar lo que dice.
Entre las declaraciones juradas también está la de la directora de las Américas para Human Rights Watch (HRW), Juanita Goebertus, quien en su declaración enumera las distintas violaciones a derechos humanos que ha registrado la organización en las cárceles de El Salvador.
“A las personas recluidas en CECOT, así como en otras cárceles de El Salvador, se les niega la comunicación con sus familiares y abogados, y solo comparecen ante los tribunales en audiencias en línea, a menudo en grupos de varios cientos de detenidos simultáneamente”, fue uno de los argumentos de Goebertus.
Trump afirmó este viernes que los migrantes venezolanos deportados y encarcelados en El Salvador fueron sometidos a un proceso “muy riguroso” para verificar que formaran parte de la banda de crimen transnacional Tren de Aragua.
“Me dijeron que pasaron por un proceso de revisión muy riguroso y que eso continuará en El Salvador”, dijo Trump en declaraciones a periodistas desde el Despacho Oval.
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