Después de que miles de buscapersonas y walkie-talkies explotaran en dos incidentes separados en Líbano, todavía se están reconstruyendo los detalles de cómo se llevó a cabo tal operación.
Después de que miles de beepers y walkie-talkies explotaran esta semana en Líbano, hiriendo a miles de personas y matando al menos a 37, todavía se están reconstruyendo los detalles de cómo se llevó a cabo tal operación.
La milicia Hezbolá, cuyos miembros y sistemas de comunicación fueron atacados, culpó a Israel, aunque este último país no ha realizado ningún comentario al respecto.
La BBC siguió la pista de los sucedido desde Taiwán, pasando por Japón, Hungría, Israel y de vuelta a Líbano.
Estas son las preguntas sin respuesta que dejan los ataques sin precedentes que han sacudido a la sociedad libanesa.
Algunas especulaciones iniciales sugirieron que los beepers podrían haber sido el objetivo de un ataque informático complejo que los hizo explotar, pero expertos descartaron rápidamente esa teoría.
Para causar daños a la escala que lo hicieron, es probable que estuvieran equipados con explosivos antes de que llegaran a manos de los miembros de Hezbolá, afirman expertos.
Las imágenes de los restos rotos de los buscapersonas muestran el logotipo de un pequeño fabricante de productos electrónicos taiwanés: Gold Apollo.
La BBC visitó las oficinas de la empresa, situadas en un gran parque empresarial en un suburbio de Taipéi.
El fundador de la empresa, Hsu Ching-Kuang, parecía sorprendido. Negó que la compañía tuviera algo que ver con la operación.
"Miren las fotos de Líbano", le dijo a periodistas fuera de las oficinas de su firma. "No tienen ninguna marca que diga 'Hecho en Taiwán'. ¡No fabricamos esos buscapersonas!", insistió.
En cambio, señaló a una empresa húngara: BAC Consulting.
Hsu sostuvo que hace tres años había cedido la licencia de la marca Gold Apollo a BAC, lo que les permitía utilizar el nombre en sus propios buscapersonas.
Agregó que las transferencias de dinero de BAC habían sido "muy extrañas" y que había habido problemas con los pagos, que habían llegado desde Medio Oriente.
La BBC fue a la oficina registrada de BAC Consulting, situada en una zona residencial de la capital húngara, Budapest.
La dirección parecía ser compartida por otras 12 empresas, y nadie en el edificio pudo decirnos nada sobre BAC Consulting.
Funcionarios en Hungría señalan que la empresa, que se constituyó por primera vez en 2022, era simplemente un "intermediario comercial sin sitio de fabricación u operación" en el país.
Un folleto de BAC, publicado en LinkedIn, enumera ocho organizaciones con las que afirma haber trabajado, incluido el extinto Departamento de Desarrollo Internacional de Reino Unido (DfID).
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Reino Unido, que asumió las responsabilidades del DfID, le dijo a la BBC que estaba en proceso de investigación. Pero, basándose en las conversaciones iniciales, sostuvo que no tenía ninguna relación con BAC.
El sitio web de BAC nombraba a una persona como su directora ejecutiva y fundadora: Cristiana Bársony-Arcidiacono.
La BBC hizo varios intentos de comunicarse con ella, sin éxito. Sin embargo, NBC News publicó que habló con la empresaria y que les dijo: "Yo no fabrico los buscapersonas. Solo soy la intermediaria".
Entonces, ¿quién está realmente detrás de BAC Consulting?
The New York Times reportó que la empresa era, de hecho, una fachada de la inteligencia israelí.
El medio, citando a tres funcionarios israelíes, indicó que se crearon otras dos empresas fantasma para ayudar a ocultar las identidades de las personas que realmente estaban produciendo los buscapersonas: agentes de inteligencia israelíes.
La BBC no pudo verificar de forma independiente esta información, pero sí sabemos que las autoridades búlgaras comenzaron a investigar a otra firma vinculada a BAC.
La emisora búlgara bTV informó el jueves que 1,6 millones de euros (US$1,8 millones) relacionados con los ataques con dispositivos en Líbano pasaron por Bulgaria y luego fueron enviados a Hungría.
Los orígenes de los aparatos de radio que explotaron en la segunda ola de ataques no están tan claros.
Sabemos que al menos algunos de los que explotaron eran del modelo IC-V82 producido por la compañía japonesa ICOM.
Esos dispositivos fueron adquiridos por Hezbolá hace cinco meses, según una fuente de seguridad que habló con la agencia de noticias Reuters.
Anteriormente, un ejecutivo de ventas de la filial estadounidense de ICOM le dijo a la agencia de noticias AP que los aparatos de radio que explotaron en Líbano parecían ser productos de imitación que no habían sido fabricados por la compañía, y añadió que era fácil encontrar versiones falsificadas en internet.
La BBC tardó unos segundos en encontrar los IC-V82 de ICOM a la venta en mercados virtuales.
ICOM dijo en un comunicado que había dejado de fabricar y vender ese modelo hace casi una década, en octubre de 2014, y señaló que también había interrumpido la producción de las baterías necesarias para su funcionamiento.
La compañía informó que no subcontrata la fabricación en el extranjero y que todas sus radios se producen en una fábrica en el oeste de Japón. Según la agencia de noticias Kyodo, el director de ICOM Yoshiki Enomoyo sugirió que las fotos del daño alrededor del compartimiento de la batería de los walkie-talkies explotados sugieren que podrían haber sido equipados con explosivos.
Videos muestran a las víctimas metiendo la mano en sus bolsillos segundos antes de que los dispositivos detonaran y provocaran el caos en calles, comercios y hogares de todo el país.
Las autoridades libanesas concluyeron que los dispositivos fueron detonados por "mensajes electrónicos" que se les enviaron, según una carta de la misión libanesa ante la ONU, a la que Reuters tuvo acceso.
Citando a funcionarios estadounidenses, The New York Times dijo que los buscapersonas recibieron mensajes que parecían provenir de los líderes de Hezbolá antes de detonar. Los mensajes, en cambio, parece que activaron los dispositivos, informó el medio.
Todavía no sabemos qué tipo de mensaje se envió a los walkie-talkies.
Esta es la pregunta que se hacen ahora muchos en Líbano, paranoicos ante la posibilidad de que otros dispositivos, como cámaras, teléfonos o laptops, también pudieran haber sido equipados con explosivos.
El ejército libanés ha estado en las calles de Beirut utilizando un robot de desactivación de bombas por control remoto para llevar a cabo explosiones controladas.
A empleados de la BBC en Líbano les han dicho que no utilicen sus teléfonos o cámaras.
"Todo el mundo está entrando en pánico (...) No sabemos si podemos permanecer junto a nuestras laptops, nuestros teléfonos. Todo parece un peligro en este momento, y nadie sabe qué hacer", dijo una mujer, Ghida, a un corresponsal de la BBC.
Existen varias teorías sobre por qué se activaron los dispositivos para que explotaran esta semana.
Una es que Israel eligió este momento para enviar un mensaje devastador a Hezbolá, después de casi un año de crecientes hostilidades transfronterizas durante las que Hezbolá ha disparado cohetes contra el norte de Israel o sus alrededores.
La otra es que Israel no tenía la intención de poner en marcha su plan en este momento, sino que se vio obligado a hacerlo después de temer que el complot estuviera a punto de ser descubierto.
Según el medio estadounidense Axios, el plan original era que el ataque con buscapersonas fuera la andanada inicial de una guerra total como una forma de tratar de paralizar a los combatientes de Hezbolá.
Pero asegura que cuando Israel supo que Hezbolá había comenzado a sospechar, decidió iniciar el ataque..
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