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Astronautas varados en la EEI: problemas con la nave Starliner de Boeing retrasan su regreso a la Tierra

Lo que iba a ser una estadía de una semana tiene un final indefinido por varios retrasos debido a fugas de helio en la cápsula.

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Sigue siendo incierta la fecha de regreso de los astronautas Barry 'Butch' Wilmore y Sunita 'Suni' Williams, quienes llegaron a la Estación Espacial Internacional (EEI) hace 20 días a bordo de la nave Starliner, de la empresa Boeing. 

Lo que iba a ser una estadía de una semana tiene de momento un final indefinido por cuenta de varios retrasos debido a fugas de helio en la cápsula, que representaba la apuesta de la compañía estadounidense para convertirse en proveedor permanente de la NASA para sus vuelos a la EEI.

De acuerdo con la agencia de noticias EFE, los medios especializados hablan de una misión "varada", "atrapada", de la posibilidad de que haya un cambio de misión a una de rescate, y de la idea de que sea una cápsula Dragon de SpaceX la alternativa para regresar a los dos astronautas, lo cual sería vergonzoso para Boeing.

De momento los astronautas no corren riesgo. De acuerdo con la NASA, estos pueden permanecer por varias semanas y aprovechar el tiempo para las investigaciones de la agencia federal. 

Sin embargo, se ha criticado el silencio en los últimos días de la agencia espacial sobre el asunto y la falta de una fecha aunque sea tentativa para el regreso –la últimas que se conocieron fue la de este miércoles 26 de junio y una ventana para el 2 de julio– ha dado pie a las especulaciones.

La nave espacial Boeing CST-100 Starliner. FOTO: EFE/NASA

Las fallas

Según le explicó a EL TIEMPO el profesor de ingeniería aeroespacial de la Universidad de Antioquia, Juan Francisco Puerta, los problemas han sido una constante para Boeing desde las pruebas no tripuladas de la Starliner, en las que falló el reloj a bordo, lo que derivó en el fracaso de la misión.

Mientras que las fallas recientes de la cápsula (fugas de helio) se han atribuido a factores relacionados con su propulsión.

“Este es un tema muy importante para poder regresar, porque el propulsor es el que le da orientación a la nave para hacer las maniobras de ingreso a la dirección correcta contra la atmósfera y permitir que la nave haga una reentrada hacia los escudos protectores. Si la nave se inclina muy poco, va casi sobre la atmósfera al entrar y lo que haría es rebotar. Si llega en una entrada muy pronunciada requiere unos procedimientos adicionales donde la propulsión es necesaria”, indica el ingeniero Puerta.

Señala, además, que esas fallas en dichos sistemas habían ocurrido antes del despegue de la Starliner. El lanzamiento desde Florida (EUA) se había pospuesto casi un año desde su fecha inicial y en los días previos al despegue se halló una fuga de helio. La nave, sin embargo, alzó vuelo desde una plataforma de la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral el pasado 5 de junio y al día siguiente ya estaba encajada en el módulo Harmony de la EEI, pero con nuevas filtraciones de helio.

“Eso se corrigió en el lanzamiento pero es un riesgo muy importante a tener en cuenta porque hay que orientar la nave en el proceso de reingreso y poder ser exitoso para que la tripulación sobreviva”, asegura Puerta.

La mala hora de Boeing

Los problemas de Boeing con la nave Starliner se suman al mal momento que atraviesa la compañía por cuenta de una cascada de problemas técnicos en sus aviones comerciales que han ocasionado un grave daño a su reputación. 

Además, en los últimos días fiscales federales han recomendado al Departamento de Justicia de Estados Unidos iniciar acciones contra la empresa por incumplir un acuerdo alcanzado en 2021 para compensar a las familias de las víctimas de dos accidentes aéreos en 2018 y 2019, que ocasionaron la muerte de 346 pasajeros.

En opinión de expertos en el campo aeroespacial como el profesor Puerta, la compañía parece estar construyendo una mala fama alrededor de los retrasos e incumplimiento en los itinerarios generados por descuidos en los procesos de control y ajuste. 

“Es algo que ya se está convirtiendo en un tema recurrente en la compañía, en donde se van a tener que hacer unos ajustes más radicales en sus procedimientos de diseño de estos sistemas espaciales”, considera Puerta.

Por ejemplo, la primera misión tripulada de la Starliner (que en mayo de 2022 cumplió con éxito un viaje sin tripulación a la EEI) debió haber despegado en julio de 2023, pero un mes antes los directivos anunciaron el aplazamiento indefinido del despegue para poder solucionar el sistema de paracaídas de la nave.

La misión, además, estuvo originalmente planeada para 2017, pero desde entonces sufrió una serie de retrasos que representan para la agencia espacial estadounidense unos $4,200 millones.

Con la misión, Boeing espera obtener las certificaciones necesarias para operar como un segundo proveedor de transporte de carga y tripulación a la EEI, como ya lo hace SpaceX tras millonarios contratos que ambas firmas privadas han suscrito con la NASA. Ahora, la demora del regreso de la misión se atraviesa en el proceso de la agencia espacial para la certificación hacia fines de este año.

En el caso de obtenerla, Boeing prevé realizar su primer viaje operacional a la EEI en febrero de 2025. Mientras, SpaceX, de Elon Musk, desde mayo de 2020 ha realizado 13 viajes espaciales tripulados en su cápsula Dragon, incluidos cuatro para clientes comerciales, y doce de los cuales han sido a la EEI. En todos ellos ha transportado a 50 personas, entre astronautas, cosmonautas y ciudadanos privados.

*Con información de EFE 

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