
Rubén Oseguera enfrentaba una sentencia máxima de cadena perpetua y un mínimo obligatorio de 40 años de prisión cuando la jueza federal de distrito Beryl Howell lo sentenció en Washington, D.C.
El hijo de un capo de un cártel narcotraficante de México fue sentenciado a cadena perpetua por ayudar a su padre a dirigir una de las organizaciones de narcotráfico más grandes y violentas del país.
Rubén Oseguera, conocido como “El Menchito”, es hijo del prófugo jefe del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Nemesio Oseguera. El hijo se desempeñó como segundo al mando del CJNG durante siete años antes de su extradición a Estados Unidos en febrero de 2020.
Rubén Oseguera enfrentaba una sentencia máxima de cadena perpetua y un mínimo obligatorio de 40 años de prisión cuando la jueza federal de distrito Beryl Howell lo sentenció en Washington, D.C. Uno de los abogados defensores de Oseguera, de 35 años, pidió una sentencia de 40 años de prisión, señalando que su cliente tenía sólo 14 años cuando fue reclutado para unirse a las operaciones de narcotráfico de su familia.
“No eras un niño cuando cometiste todos estos crímenes, y no serás sentenciado como un niño aquí”, le dijo la jueza a Oseguera.
Oseguera ordenó el asesinato de al menos 100 personas, mató personalmente al menos a seis personas y ordenó a sus subordinados que derribaran un helicóptero militar mexicano, lo que causó la muerte de al menos nueve personas, en mayo de 2015, según los fiscales.
“Este acusado ayudó a construir el Cartel de Jalisco Nueva Generación hasta convertirlo en una brutal organización terrorista que vierte veneno en nuestras calles y comete horribles actos de violencia”, dijo la secretaria de Justicia Pam Bondi en un comunicado.
Howell también ordenó el decomiso de más de 6.000 millones de dólares como parte de la sentencia.
Oseguera se negó a dirigirse al tribunal antes de que la jueza impusiera su sentencia. Brevemente consultó con su abogado antes de ser llevado fuera de la sala del tribunal.
Howell dijo que Oseguera merecía ser llamado un “capo de la droga”.
“Tus actos delictivos se encuentran entre los más graves que nuestra legislación sobre drogas está diseñada para combatir”, le dijo Howell.
En septiembre, un jurado federal declaró a Rubén Oseguera culpable de asociación delictuosa para distribuir cocaína y metanfetamina para su trasiego a Estados Unidos y por usar un arma de fuego en una operación de drogas.
El fiscal del Departamento de Justicia Jonathan Hornok llamó a Oseguera un “asesino en masa” mientras recomendaba sentenciarlo a dos cadenas perpetuas, una por cada cargo de condena.
En 2015, mató a cinco hombres atados que le debían dinero cortándoles la garganta con un cuchillo, luego pidió una camisa limpia, según los fiscales. Días después, dijeron, Oseguera disparó y mató a uno de sus conductores cuando el hombre no volvió a estacionar un vehículo lo suficientemente rápido.
El helicóptero que Oseguera ordenó derribar estaba persiguiéndolo a él y a su padre, quien sigue prófugo. Se ha ofrecido una recompensa de hasta 15 millones de dólares por información que conduzca al arresto o condena del padre.
Los jurados escucharon testimonios de que el joven Oseguera fue personalmente responsable de traficar cocaína y producir metanfetamina en cantidades totales por un valor de más de 12.000 millones de dólares.
“En pocas palabras, se trata de un delito de drogas históricamente grave”, escribieron los fiscales en un documento judicial.
Oseguera inicialmente firmó un acuerdo de culpabilidad con el gobierno, pero finalmente decidió ir a juicio.
El abogado defensor Anthony Colombo dijo que Oseguera creció en “un entorno inestable plagado de violencia y corrupción”.
“El señor Oseguera es tanto un producto como una víctima de ese entorno”, escribió Colombo.
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