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Los riñones cumplen una función clave en el proceso de filtrado de la sangre.
Algunos hábitos alimenticios que forman parte de la rutina diaria pueden tener efectos negativos en la salud sin que las personas lo perciban.
En el caso del bienestar renal, la elección de ciertos alimentos ha sido objeto de estudio por su impacto en el funcionamiento de estos órganos esenciales para la eliminación de desechos y el equilibrio de sustancias en el organismo.
Los riñones cumplen una función clave en el proceso de filtrado de la sangre, permitiendo que los nutrientes regresen al cuerpo mientras se eliminan las toxinas y el exceso de líquidos.
Según el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales, estos órganos filtran alrededor de media taza de sangre cada minuto y contienen aproximadamente un millón de nefronas, las cuales son responsables del proceso de purificación.
María Clara Delucchi, licenciada en nutrición de la División Nefrología del Departamento de Medicina, Alimentación y Dietética del Hospital de Clínicas de la UBA, advierte: “Cuando los riñones no pueden trabajar correctamente, esto puede llevar a complicaciones como enfermedad cardiovascular, aumento de la presión arterial, anemia y alteraciones óseas, entre otras”.
Un estudio titulado 'Proteína dietética como protección renal: ¿calidad o cantidad?' destaca que la alimentación es el factor de riesgo más significativo en la aparición de la Enfermedad Renal Crónica (ERC), por lo que una dieta adecuada puede ayudar a prevenir y tratar esta condición.
El nefrólogo Gabriel Lapman, autor de 'Más zapatillas, menos pastillas,' enfatiza que muchas personas padecen enfermedad renal sin saberlo.
“La salud renal es clave para estar sano. Ocurre muy seguido que muchas personas tienen enfermedad renal y no lo saben”, señala. Además, advierte que patologías como la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial y la obesidad tienen una relación directa con el deterioro de los riñones. “Nace de otras patologías, la enfermedad renal crónica en muy pocos casos aparece como si nada”, agrega.
Tres alimentos de consumo diario que afectan a los riñones
El consumo frecuente de bebidas carbonatadas puede generar efectos negativos en la función renal debido a su alto contenido de fósforo artificial. Los Institutos Nacionales de Salud (NIH) advierten que, si bien este mineral es esencial para el organismo, su versión sintética, presente en muchas gaseosas, puede ser perjudicial.
Además, estos productos suelen tener niveles elevados de sodio, lo que puede influir en el aumento de la presión arterial y representar un riesgo para quienes padecen enfermedades renales. “También aportan cantidades elevadas de sodio, el cual debe restringirse en un paciente con enfermedad renal, ya que tiene implicancias sobre la presión arterial”, señala Delucchi.
Un estudio titulado "La ingesta dietética de fósforo y el riñón" demostró o que en pruebas realizadas en animales se encontró una relación entre un consumo excesivo de fósforo y un mayor riesgo de daño renal a largo plazo.
El alto consumo de proteína animal puede sobrecargar los riñones debido a la producción de ácido en la sangre, lo que obliga a estos órganos a trabajar de manera más intensa para eliminarlo.
Según Lapman, “la proteína animal en exceso puede ser agotadora para los riñones porque produce un alto nivel de ácido en la sangre, que estos órganos deben trabajar por demás para eliminar”.
La revista 'Nutrients' publicó unas investigaciones que sugieren que una dieta baja en proteínas puede reducir complicaciones asociadas a la ERC, como la acidosis metabólica, una afección derivada del deterioro de la función renal.
“No significa que se la deba excluir totalmente de la alimentación sino que deben ser consumidas de forma moderada o con el visto bueno de un profesional si es que se tienen enfermedades subyacentes”, explica.
Los productos ultraprocesados y congelados pueden facilitar la preparación de comidas, pero a menudo contienen un alto contenido de sodio y conservantes que afectan la salud renal. Lapman advierte sobre este riesgo y destaca la importancia de revisar la composición de estos alimentos antes de consumirlos con regularidad.
La Fundación Nacional del Riñón estima que algunas porciones de alimentos congelados pueden contener más de 1000 miligramos de sodio. Además, establece que la ingesta diaria de este mineral no debe superar los 2300 mg en adultos sanos.
“Aquellos que tienen enfermedad renal o presión arterial alta deben limitar la ingesta de sodio a 1500 mg por día”, recomienda la entidad.
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