Para aumentar el negocio, la emprendedora colocó volantes y repartió tarjetas de presentación en barrios seleccionados.
Anna-Marie Ortiz es una mujer de 30 años residente de Portland, Estados Unidos, que, a pesar de no tener un título universitario, pudo montar un negocio de limpieza. La joven emprendedora ahora gana $100,000 al año y con el tiempo busca incrementar aún más sus ganancias a medida que se expanda su empresa.
Tal como se narra desde CNBC Make It, en 2012, Ortiz se graduó de la escuela secundaria y, aunque más tarde intentó estudiar la universidad, decidió desertar porque el resto de su vida ella quería ser su propia jefa, por lo que optó por arriesgar todo el presupuesto que tenía disponible para gestionar sus propios proyectos, utilizando su conocimiento en ventas y marketing.
El primer emprendimiento de Anna-Marie se trató de una tienda de plantas, pero fracasó. Posteriormente, el negocio de la limpieza en hogares le dio una nueva oportunidad a la mujer para poder comenzar de cero. Fue así como fundó “Cool Aunt Cleaners”, una empresa dirigida a jóvenes profesionales que viven en condominios pequeños.
De acuerdo con CNBC Make It, recién llegada a Portland, con sus últimos $2,000 en ahorros en efectivo, Anna-Marie Ortiz pagó suministros, un sitio web, un logotipo diseñado profesionalmente y registró su negocio de limpieza como una compañía de responsabilidad limitada.
Posteriormente, para aumentar el negocio, la emprendedora colocó volantes y repartió tarjetas de presentación en barrios seleccionados. “Al evitar la publicidad en línea, también mantuvo bajos sus costos”, indica el citado medio.
Anna-Marie pensó su concepto como el de “una tía que cuida de sus sobrinos, sobrinas y amigos". Fue así como comenzó su pequeño negocio, el cual empezó despacio, recaudando solo $2,595 en su primer mes. Pero Ortiz persistió y decidió centrarse en "Cool Aunt Cleaners" a tiempo completo a partir de noviembre de 2023.
Mientras el éxito del negocio despegaba, Ortiz contrató hasta cuatro limpiadores para poder centrarse en la gestión del negocio. Sin embargo, entre los precios fijos para los clientes y el pago por hora para los empleados, “sus costos comenzaron a acumularse cuando los trabajos se prolongaban”, contó la mujer al medio citado. “Asegurarse de que cada limpieza se hiciera correctamente también sumaba gastos laborales inesperados”, agregó.
Así que, para lograr que el negocio fuera rentable, la joven recalibró sus gastos e ingresos y contrató a un trabajador a tiempo parcial, utilizando una nueva estructura salarial. Ahora, planea continuar expandiéndose cuando pueda reservar más limpiezas.
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