Desde muy pequeña entregó su vida a Dios y no se quiso casar. En su juventud ayudó a enfermos y ancianos.
En la década de los ochenta comenzaron a aparecer imágenes de Santa Gertrudis de Nivelles rodeada de gatos, tanto en sus manos como en los pies, y desde ese momento fue llamada "La patrona de los gatos", pero el responsable de esto sería el libro ‘Metropolitan Cats’ de John P. O’Neill, publicado en el año 1981 por el Museo Metropolitano de Nueva York, según relata el sitio web ‘Gatos y respeto’.
En esta escritura hace referencia a todas las obras del museo con gatos desde la época de Egipto hasta la actualidad y en ella aparece un cuadro del pintor y grabador Hans von Kulmbach, nacido en 1476 en Alemania, en el que en el anverso hay un retrato de un joven y el reverso, una doncella haciendo una guirnalda de flores con un gato blanco a su lado.
El portal mencionado anteriormente comenta que hasta el momento no hay una historia documentada acerca de qué momento ella pasó a ser la patrona de los gatos, ya que fue a partir del siglo XV en Alemania, Países Bajos, Alsacia y Cataluña que la veneraban como protectora contra los ratones y las ratas.
A menudo, en esta época, era representada con ratones trepando por su bastón pastoral o por su manto, que en realidad simbolizaban las almas del purgatorio, lo que muchos piensan que también puede estar asociado con los gatos.
De hecho, algunos de los fieles dejaban pequeñas ofrendas de ratones de plata y oro en una capilla que estuvo dedicada en las Colonias hasta el año 1822, con el fin de que los protegiera.
Lo que muchos no saben es que su día se celebra el 17 de marzo y algo que llama la atención es que esta fecha también se lleva a cabo el día de San Patricio, patrón de Irlanda, que vivió en el siglo IV.
A pesar de que Gertrudis nunca fue canonizada oficialmente, el papa Clemente XII (1652-1740) declaró su celebración el mismo día que el de San Patricio, para que sus seguidores la veneraran.
Gertrudis nació en Nivelles, Bélgica, en el año 626, en el seno de una familia adinerada, ya que su padre, Pipino I, fue mayordomo del palacio de Austrasia durante el reinado de Dagoberto I, y de Itta de Metz, y hermana de Begga, Grimoaldo y Bavo. Por lo tanto, era la tía abuela de Carlomagno, según el portal ‘UsCatholic’.
Este sitio cuenta que ella rechazó con vehemencia la oferta del rey para casarse con el hijo de un duque, con tan solo diez años, ya que ella había decidido entregarle su vida a Dios.
Su padre murió en el año 640 y, de acuerdo con la ley franca, su esposa ocupó el legado de su marido hasta que sus hijos alcanzaron la mayoría de edad. Gertrudis era una joven rica que recibía muchas ofertas de matrimonio.
Su madre, preocupada, tomó la decisión de fundar un monasterio, siguiendo el consejo del obispo Amando, para que su hija se dedicara a esa devoción que tuvo desde niña y para que ningún pretendiente se la llevara y no pudiera realizar su sueño.
Después de que su madre falleciera, ella se hizo cargo de los monasterios, en los que se dedicó a cuidar a los enfermos, ayudar a los pobres y ancianos. Muchos la conocían por la inteligencia que tenía a la hora de abordar las Sagradas Escrituras.
Ella falleció en el año 659 a sus 33 años y, antes de morir, le pidió a las monjas de Nivelles que la enterraran con un viejo velo que había dejado una peregrina y su cilicio y, desde entonces, es considerada como la patrona de los viajeros y de los jardineros, así como en contra de las plagas de ratas y ratones.
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