Expertos plantean que el origen del actual brote de viruela del mono podría ser la evolución de una cepa detectada en 2017.
El brote de viruela del mono que se ha detectado a la vez en varios países tiene "muy probablemente un único origen" y la cepa es posible que presente cambios evolutivos recientes, según un estudio publicado ayer por Nature Medicine.
El mayor brote de viruela del mono descrito hasta ahora en países donde esta enfermedad no es endémica fue identificado en Reino Unido en mayo y, según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud, se han registrado 3.300 casos en 40 países.
Un equipo del portugués Instituto Nacional de Salud doctor Ricardo Jorge encabezado por Joo Paulo Gomes hizo un análisis de genoma del virus para intentar establecer la trayectoria evolutiva del brote.
Los datos indican que la cepa asociada al actual brote es una rama divergente bien definida del virus de un brote de 2018-2019 en un país endémico, Nigeria, exportado a otros y con vinculación genética con otro registrado también en ese país africano en 2017-2018.
Esta rama divergente puede representar una evolución acelerada en curso, según los autores.
El actual virus diverge de los virus relacionados de 2018-2019 en unos 50 polimorfismos de un solo nucleótido, o variaciones genéticas, mucho más de lo esperado para los ortopoxvirus.
Todas las cepas del brote secuenciadas hasta ahora "se agrupan estrechamente, lo que sugiere que el brote en curso tiene un único origen".
En conjunto, los datos actuales apuntan a un escenario de más de una introducción desde un único origen, con un evento o eventos de superdifusores -por ejemplo saunas utilizadas para encuentros sexuales- y viajes al extranjero que probablemente desencadenaron la rápida difusión mundial, agrega el estudio.
El equipo señala que no se puede excluir la hipótesis de un período prolongado de diseminación críptica (transmisión no detectada) en humanos o animales en un país no endémico.
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