
La capacitación técnica, la gestión empresarial y el desarrollo humano son los principales ejes sobre los que trabaja esta asociación en Ilobasco, Cabañas, que busca empoderar a los jóvenes a través de iniciativas emprendedoras y de alto valor social.
Elsy Cruz y Douglas Martínez son dos de los cientos de jóvenes que se han visto beneficiados por el programa “Escuela de emprendedores” de la Asociación Moje, una organización sin fines de lucro que desde hace 25 años promueve el desarrollo humano y la prevención de la violencia juvenil en las comunidades del distrito de Ilobasco, Cabañas.
Ambos se convirtieron en emprendedores a partir de esta iniciativa. Elsy, por su parte, se dedica a la producción de fruta deshidratada y miel de abeja a través de su marca Deshinatural; mientras que Douglas elabora piezas de cerámica en miniatura con su línea de productos O.A.T Ceramics.
Para ellos y muchos otros jóvenes del departamento, el impacto del proyecto en sus vidas se ha convertido ahora en una fuente de trabajo e ingreso y en una oportunidad para seguir creciendo y formándose en otras áreas como marketing, mediante los diversos talleres y capacitación técnica que ofrece la asociación.
“Como todo joven, lo que se quiere es emprender, en cierta manera, porque (encontrar) trabajo es difícil. En mi caso, soy graduada universitaria, pero siempre hay limitaciones. Para mí fue una gran oportunidad, más que todo aprender a cómo elaborar un producto, saber cómo mantener su inocuidad; acá se nos brindan muchos talleres, además de la formación técnica”, cuenta Elsy Cruz sobre cómo ha sido su experiencia en Moje.
Además la joven emprendedora destaca que el trabajo de la asociación está en “constante seguimiento” y no se limita a enseñarles únicamente una cosa. “No es solo que podamos aprender a hacer algo, sino que nos dan la oportunidad de seguirnos formando y seguir aprendiendo nuevas cosas”, afirma.
Desde su formación en el año 2000, el trabajo de Asociación Moje ha sido capacitar a jóvenes en situación de riesgo de las comunidades de Ilobasco a través de iniciativas emprendedoras y de alto valor social.
Con su principal programa, llamado “Escuela de emprendedores”, la asociación ha logrado materializar esta visión y ha consolidado una red de emprendedores que produce bienes artesanales y agroindustriales, desde bordado y teñido con añil hasta vinos artesanales y velas aromáticas.
“Nosotros vamos a la comunidades ilobasquenses e intervenimos con formaciones y capacitación técnica para jóvenes, para que puedan desarrollar habilidades en la creación de productos”, explica Beatriz Henríquez, miembro del equipo de Moje.
Asimismo el enfoque de la escuela es formar a los jóvenes en el área creativa y empresarial, con la finalidad de que desarrollen su propia marca y le den a sus productos un valor agregado y puedan entrar a mercados de alto valor, señala Henríquez.
Paralelamente, se trabaja el componente humano a través de temas como la autoestima, liderazgo, gestión emocional y comunicación, que son aplicados a su quehacer como emprendedores.
También, como parte de la labor de la asociación, se ha implementado el proyecto “Campamentos de aprendizaje”, con el apoyo de la organización TdH Suiza, mediante el cual se han capacitado a más de 160 jóvenes y creado alrededor de 42 emprendimientos colectivos de todo tipo. Otro de los proyectos ejecutados es la “Escuela de fotografía y video experimental”, en el cual los jóvenes son formados con conceptos básicos y tiene como finalidad la producción de temas de interés que promuevan la cultura de paz en el municipio.
Según Salvador Hernández, director ejecutivo de Asociación Moje, el éxito de la “Escuela de emprendedores” ha sido territorializar las comunidades rurales de Ilobasco, con el propósito acercar el programa a los jóvenes y puedan acceder más fácilmente.
Describe la implementación de la escuela como “un proceso bastante exitoso” que les ha permitido “ir desarrollando ese espíritu emprendedor de la juventud” y ofrecerles una alternativa de “poder ser productivos al país”.
Para el director, el principal resultado de Moje ha sido “lograr la inserción de muchos jóvenes que se encontraban en situación de conflicto a la vida productiva y reducir la violencia en el municipio”.
“Fruto de esa iniciativa, ahorita contamos con alrededor de 60 emprendimientos que se han conformado en los últimos tres años”, menciona Hernández, quien también señala que tienen una población meta de 300 jóvenes con los que trabajan actualmente.
Por otra parte, la forma en la que aseguran su sostenibilidad es a través de la venta de productos artesanales y agroindustriales con su marca Mojemade y el alquiler de espacios coworking en sus instalaciones.
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