Este fin de semana, Javier Milei y Claudio “Chiqui” Tapia están separados por casi 4500 kilómetros, representando dos polos opuestos en cuanto al futuro del fútbol argentino. Mientras Milei participa en el exclusivo campamento de verano en Sun Valley, Idaho, donde se reúnen los magnates, Tapia permanece en Miami, enfocado en la final de la Copa América.

La distancia geográfica refleja también una brecha ideológica profunda: la propuesta de Milei de regular las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) como una forma de introducir capitales privados en el fútbol argentino, enfrentada a la resistencia de Tapia y la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).

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Las SAD y el fútbol argentino:

Las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) son entidades privadas que pueden gestionar clubes deportivos. En Argentina, la idea de introducir SAD ha generado debates intensos debido a su potencial impacto en la estructura tradicional del fútbol, donde los clubes son asociaciones sin fines de lucro.

El sistema actual del fútbol argentino está centralizado en la AFA, que ha ejercido un control histórico sobre las decisiones clave del deporte nacional. Sin embargo, propuestas como las de Milei buscan abrir el mercado, permitiendo a inversores privados aportar capital y gestionar clubes bajo modelos más flexibles.

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POLOS OPUESTOS

Milei, conocido por su ideología libertaria, ha sido vocal en su apoyo a las SAD como un medio para modernizar y financiar el fútbol argentino. En contraste, Tapia y la AFA han defendido la autonomía y tradición del modelo actual, argumentando que las SAD podrían afectar la identidad y el control de los clubes.

Durante su estancia en Sun Valley, Milei utilizó sus redes sociales para cuestionar públicamente a la AFA, señalando la paradoja de que los jugadores de la selección argentina provienen en su mayoría de clubes con estructuras similares a las propuestas SAD.

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En respuesta, desde el búnker de la AFA en Miami, se ha mantenido una posición firme contra la iniciativa de Milei, destacando la importancia de las medidas cautelares judiciales que actualmente impiden la aplicación plena de las SAD en el ámbito futbolístico.

La confrontación entre Milei y Tapia simboliza una lucha por el futuro del fútbol argentino, donde intereses políticos, económicos y culturales se entrelazan en una partida estratégica. Mientras Milei busca influir desde el ámbito legislativo, Tapia defiende el status quo bajo el respaldo histórico de la AFA.

El desenlace de este debate podría tener repercusiones significativas en la estructura y competitividad del fútbol argentino, marcando un punto de inflexión en la dirección del deporte más popular del país.