En esta nota abordamos las edificaciones que tienen los cinco parques arqueológicos nacionales, dónde se ubican, cuánto cuesta entrar y dónde puedes adquirir tus boletos en línea.
El Salvador es parte de los territorios mesoamericanos donde habitó la antigua civilización maya, famosa por su rica y distintiva cultura y pobladora por más de dos milenios de lo que hoy es México, Guatemala, Belice y la parte occidental de Honduras y nuestro país.
En ese tiempo desarrollaron sus propias lenguas y órdenes político-sociales, así como su sistema de escritura, el arte, la arquitectura, mitología, astronomía y matemáticas.
Uno de los vestigios que aún permanecen de esa milenaria cultura son los arqueológicos, es decir, las infraestructuras y construcciones que diseñaron y que hoy constituyen sitios históricos de enorme interés para investigadores y público general.
El Salvador tiene cinco parques arqueológicos nacionales: Joya de Cerén, Cihuatán, Tazumal, San Andrés y Casa Blanca. Todos son de inmenso valor histórico y arqueológico y su preservación es clave para proteger la historia maya.
Por eso, hoy te contamos los detalles de los complejos que te harán experimentar una pequeña dosis de los pueblos originarios.
Ubicado en Chalchuapa, Santa Ana, Tazumal fue el primer parque arqueológico salvadoreño y es uno de los más antiguos de Centroamérica, según la Fundación Nacional de Arqueología de El Salvador (Fundar).
Este lugar, que El Salvador Travel califica como escenario de un "importante y sofisticado" asentamiento maya que existió alrededor de los años 100 y 1,200 D.C., tiene dos pirámides principales: estructura 1 y estructura 2.
La estructura 1 es la de más envergadura, presumiendo 24 metros de altura y 13 etapas de construcción fechadas entre el 100 y el 800 d.c, es decir, en el periodo Clásico de América.
El edificio principal es una gran edificación rectangular de estilo maya coronado por un templo con 13 capas concéntricas, de las cuales las últimas forman, aparte de la pirámide, un juego de pelota y un sistema de drenaje de agua.
Luego del colapso parcial de la pirámide menor en 2004, se hicieron trabajos de excavación y consolidación para preservar la estructura.
En el sitio se han encontrado esculturas como la Estela de Tazumal, de 2.65 metros de altura y 1.16 de ancho, y dispone de visitas guiadas a un museo ilustrativo donde hay información detallada de la historia de Tazumal.
También hay mesas para picnic pero no tiene estacionamiento interno, por lo que los vehículos se parquean en la calle frente al parque.
Según el Ministerio de Cultura, la zona está dentro de un área arqueológica de aproximadamente 10 kilómetros cuadrados donde también hay sitios arqueológicos como Pampe, El Trapiche, Las Victorias, San Francisco, Nuevo Tazumal y el Parque Arqueológico Casa Blanca.
Tazumal se ubica en Diagonal 5.ª calle oriente, calle al Cuje, Chalchuapa, Santa Ana. El horario es de martes a domingo de 9:00 a.m. a 4:00 p.m. Un recorrido guiado dura entre 35 y 45 minutos y el aforo es de 15 personas por grupo.
La entrada es de $1 para salvadoreños, $3 para centroamericanos y extranjeros residentes y $5 para no residentes.
Los estudiantes con carné vigente, personas con discapacidad, adultos mayores, niños menores de 12 años, guías turísticos, empleados del Ministerio de Cultura y residentes del distrito donde está el parque ingresan gratis.
Los exonerados anteriores deberán presentar documento de identidad vigente al momento de entrar al lugar; de lo contrario cancelarán el boleto de entrada según un monto sugerido por el colector.
Cercano a su compañero Tazumal, Casa Blanca tiene un área de seis hectáreas y las evidencias de actividad humana en la zona datan de hace casi 5,000 años, según Fundar.
Tiene seis estructuras prehispánicas: tres pirámides y tres edificaciones menores. Dos de las tres pirámides fueron restauradas.
Junto a la zona vecina de El Trapiche, que está fuera del parque, Casa Blanca se convirtió en un “importante” señorío maya temprano a finales del Período Clásico Tardío (alrededor de entre 200 a.C. y 250 D.C.).
La pirámide maya más grande conocida en El Salvador se construyó en el Trapiche, y otra estructura de la época investigada antes de su destrucción albergaba los restos de más de 30 personas aparentemente sacrificadas.
“Es posible que hayan sido cautivos de una de las campañas de guerra conducidas por este antiguo reino”, señala Fundar.
Fue inaugurado como parque en 2004 tras ser comprado por el Gobierno en 1977 y luego de varios años de trabajos en la creación de infraestructuras.
El lugar ofrece un centro maya con varias pirámides y otras edificaciones que abarcan desde el Preclásico Tardío (500 a.C a 250 d.C.) hasta el Clásico (200 a 900 d.C.). En el sitio también hubo actividad esporádica durante el Posclásico (900 d.C. hasta la conquista).
El parque también alberga un museo de sitio cuya arquitectura fue inspirada en las antiguas casas de las haciendas coloniales y donde se exhibe la única estela con escritura maya conocida en el país.
También hay una ventana arqueológica que ofrece varios estratos naturales y culturales, incluida una capa blanca de ceniza volcánica depositada por la gran erupción del volcán de Ilopango en el siglo V d.C.
Además hay un taller del añil, donde se ven diferentes métodos y materiales de teñido aplicados a la producción de camisas, carteras y otros productos teñidos de azul, así como estacionamiento y área de picnic.
La dirección es Km. 78, sobre el by pass de la carretera que conduce de Santa Ana a Chalchuapa, Santa Ana. El horario es de martes a domingo de 9:00 a.m. a 4:00 p.m. Un recorrido guiado dura entre 35 y 45 minutos y el aforo es de 15 personas por grupo.
La entrada es de $1 para salvadoreños, $3 para centroamericanos y extranjeros residentes y $5 para no residentes.
Los estudiantes con carné vigente, personas con discapacidad, adultos mayores, niños menores de 12 años, guías turísticos, empleados del Ministerio de Cultura y residentes del distrito donde está el parque ingresan gratis.
Los exonerados anteriores deberán presentar documento de identidad vigente al momento de entrar al lugar; de lo contrario cancelarán el boleto de entrada según un monto sugerido por el colector.
Situado en la zona central del país, dentro del Valle de Zapotitán, a 36 km al noroeste de la ciudad de San Salvador y a unos 6 km al sur del distrito de San Juan Opico, presume ser el único sitio salvadoreño en el listado de Patrimonio Mundial de la UNESCO tras su ingreso en 1993.
Evidencia la vida cotidiana de una aldea del Período Clásico Tardío que fue sepultada por la erupción del volcán Loma Caldera alrededor del año 650 d.C., según el Ministerio de Cultura.
Este evento produjo que se le bautice también como la “Pompeya de América” e hizo que los restos arqueológicos estén “intactos” y en buen estado de conservación; algo que también tiene la botánica y fauna antigua.
La zona abarcada es de cinco hectáreas de terreno divididas en dos grandes espacios de funcionamiento: la propia zona de reserva arqueológica y un área administrativa que ofrece cafetería, servicio de guías gratuitos y un área técnica y de uso público (parque arqueológico). También hay áreas de picnic, estacionamiento y un museo.
Son 11 estructuras antiguas excavadas totalmente o en parte en la zona, entre las que hay tres casas, una bodega, un baño sauna (temascal), una cocina circular y otras edificaciones que aparentemente formarían una plazoleta.
Según El Salvador Travel, descubierto a finales de la década de 1970, es el único parque salvadoreño con evidencias de vida cotidiana de habitantes mesoamericanos de hace más de 1,500 años.
De acuerdo al sitio de promoción turística, en el nuevo poblado de Joya de Cerén, a 1 km de las estructuras, viven mayormente campesinos que usan “técnicas similares” a los antiguos pobladores y venden sus productos y artesanías en barro a los visitantes.
La dirección es Km. 35 sobre la carretera que de San Salvador conduce a San Juan Opico, La Libertad. El horario es de martes a domingo de 9:00 a.m. a 4:00 p.m. Un recorrido guiado dura entre 35 y 45 minutos y el aforo es de 15 personas por grupo.
La entrada es de $1 para salvadoreños, $3 para centroamericanos, $7 para extranjeros residentes y $10 para no residentes.
Los estudiantes con carné vigente, personas con discapacidad, adultos mayores, niños menores de 12 años, guías turísticos, empleados del Ministerio de Cultura y residentes del distrito donde está el parque ingresan gratis.
Los exonerados anteriores deberán presentar documento de identidad vigente al momento de entrar al lugar; de lo contrario cancelarán el boleto de entrada según un monto sugerido por el colector.
Otro de los parques arqueológicos conocidos es San Andrés, situado solo a 5 km de Joya de Cerén, en La Libertad.
Tomó el nombre de una antigua hacienda donde se encontraba, intervenida por el Gobierno bajo la Ley de Reforma Agraria de 1980, según Fundar.
De acuerdo al Ministerio de Cultura, el lugar comprende una acrópolis, es decir, un espacio donde se realizaban actividades restringidas a un grupo especial de personas, “posiblemente dirigidas por la élite gobernante”.
La acrópolis, que es una plaza elevada con pirámides y casas de habitación en la parte superior, se construyó elevando el nivel del suelo de las estructuras 1, 2, 3 y 4 con ladrillos de adobe en la época de apogeo de San Andrés, en el Clásico Tardío (600-900 d.C).
También hay una gran plaza al norte de la acrópolis que alberga otras estructuras, incluida la más grande: una pirámide en forma de campana.
La mayoría de edificios evidencian construcción con ladrillos de adobe, aunque se ha documentado también el uso de piedra y bloques de toba cortada o volcánica, conocida localmente como "talpetate".
En total hay 7 estructuras, siendo la última “la única que no continúa con la tradición de las demás estructuras del sitio”, según Cultura.
Según El Salvador Travel, los investigadores apuntan que en los alrededores había chozas pequeñas donde vivían agricultores que cosechaban maíz, frijol y pipián.
El centro monumental de San Andrés es un complejo de pirámides y construcciones anexas que ocupan un área de unas 20 hectáreas, la cual concentra casi todas las excavaciones de la zona. En este sector se han documentado hasta cuatro etapas constructivas.
En conjunto, la antigua comunidad cubría un total de 200 hectáreas o más, de acuerdo a El Salvador Travel.
El lugar alberga estacionamiento, área de picnic, cafetín y museo.
La dirección es Km. 35 de la carretera Panamericana, municipio de Ciudad Arce, departamento de La Libertad. El horario es de martes a domingo de 9:00 a.m. a 4:00 p.m. Un recorrido guiado dura entre 35 y 45 minutos y el aforo es de 15 personas por grupo.
La entrada es de $1 para salvadoreños, $3 para centroamericanos y extranjeros residentes y $5 para no residentes.
Los estudiantes con carné vigente, personas con discapacidad, adultos mayores, niños menores de 12 años, guías turísticos, empleados del Ministerio de Cultura y residentes del distrito donde está el parque ingresan gratis.
Los exonerados anteriores deberán presentar documento de identidad vigente al momento de entrar al lugar; de lo contrario cancelarán el boleto de entrada según un monto sugerido por el colector.
Inaugurado el 17 de noviembre de 2007, Cihuatán es uno de los sitios arqueológicos “más importantes de Centroamérica”, según el Ministerio de Cultura.
Está a 3 kilómetros al norte de la zona urbana de Aguilares, distrito al que pertenece, y comprende un estimado de 300 hectáreas de construcciones continuas donde hay tres áreas principales: un centro ceremonial, la acrópolis y el área doméstica.
En el centro ceremonial está delimitado por una muralla circundante, la acrópolis era donde estaban las habitaciones de los nobles y en el área doméstica vivía el resto de la población.
Al recorrerla se encuentra la plaza amurallada con pirámides y otras estructuras del centro ceremonial, así como el sendero arqueológico y el museo donde se exhibe cerámica y otros hallazgos arqueológicos.
Se supone que la ciudad, que fungió de capital regional entre los años 900 y 1,200 d.c. y surgió después del Colapso Maya, estaba rodeada por amplias tierras agrícolas.
Por años fue el mayor sitio arqueológico de El Salvador hasta el descubrimiento del vecino sitio de Las Marías. Su centro monumental, que compone la acrópolis y el centro ceremonial, cubre cerca de 28 hectáreas, según Fundar.
El centro monumental estaba circundante por muchas casas comunes. Hasta hoy se han identificado más de 1,200 rasgos estructurales visibles de casas solo en una cuarta parte de la zona residencial.
En tanto, el centro ceremonial poniente consiste en un recinto amurallado que abarca una pirámide principal, dos canchas de pelota y otras construcciones, incluyendo templos y un aparente palacio.
Hay estacionamiento, área de picnic, cafetín y el museo respectivo.
La dirección es Kilómetro 36.5 de la carretera Troncal del Norte, 3 kilómetros al norte de la ciudad de Aguilares, a unos 30 kilómetros de la capital de San Salvador.
El horario es de martes a domingo de 9:00 a.m. a 4:00 p.m. Un recorrido guiado dura entre 35 y 45 minutos y el aforo es de 15 personas por grupo.
La entrada es de $1 para salvadoreños, $3 para centroamericanos y extranjeros residentes y $5 para no residentes.
Los estudiantes con carné vigente, personas con discapacidad, adultos mayores, niños menores de 12 años, guías turísticos, empleados del Ministerio de Cultura y residentes del distrito donde está el parque ingresan gratis.
Los exonerados anteriores deberán presentar documento de identidad vigente al momento de entrar al lugar; de lo contrario cancelarán el boleto de entrada según un monto sugerido por el colector.
Si deseas adquirir tus entradas en línea puedes hacerlo en este enlace, donde verás todos los parques arqueológicos locales.
Debes presionar en “Ver detalles” en el sitio que te interesa, luego escoger el tipo y la cantidad de entradas a comprar y después colocar tus datos personales.
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