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Nahuizalco, tierra de las artesanías de fibras naturales

Mimbre, tule, tule de agua y otras fibras naturales son utilizadas por los artesanos nahuizalqueños para elaborar gran variedad de productos, que incluyen muebles, adornos, sombreros, petates, etc.

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Fotos LPG/Óscar Reyes.  La elaboración de artesanía con fibras naturales es una antigua tradición den Nahuizalco.

Fotos LPG/Óscar Reyes. La elaboración de artesanía con fibras naturales es una antigua tradición den Nahuizalco.

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El distrito de Nahuizalco, en Sonsonate, es reconocido por su tradición indígena y la elaboración de artesanías con fibras naturales como el mimbre y el tule. Algunas variedades de estas plantas se cultivan  en esa localidad,  mientras que otras deben ser importadas de otros países de Centroamérica  y de Asia.

Uno de los artesanos de fibras con más experiencia en Nahuizalco es don Arcadio Hernández Munchi, de 65 años, quien desde niño aprendió el oficio, ya que su familia se dedicaba a la elaboración de artesanías de fibras, incluyendo petates de tule, una planta cultivada en la localidad.

El artesano Arcadio Hernández trabaja en la estructura para una lámpara decorativa.

Don Arcadio abrió su propio taller de fibras en 1977 y hasta la fecha continúa funcionando. Ahí, fabrica muebles, carteras, sombreros, petates, adornos, y otra gran cantidad de productos hechos con mimbre, mimbre taiwanés, mimbrón, tule de agua, tule de petate, entre otras fibras.

El taller está ubicado en la 3ª avenida Sur entre la 3ª y 5ª calle Poniente, a pocos metros del parque central de Nahuizalco, en  Sonsonate Norte.

“A mis 11 años recuerdo que le pedí a mi papá que fuera a hablar con el señor de un taller de artesanías para poder aprender, porque a mi me gustaba. Ese taller estaba frente a mi casa, donde ahora tengo mi propio taller. Desde entonces aprendí y comencé a trabajar este oficio que a la fecha ha sido mi vida y me ha permitido darle estudios y sacar adelante a mis hijos”, afirmó el artesano. 

Don Arcadio es actualmente el presidente de la Cámara Salvadoreña de Artesanos,  y su trayectoria ha sido reconocida en diferentes ocasiones. En 2023 ganó el Premio Nacional de Cultura en la rama de Expresiones Culturales Artesanales de Comunidades Indígenas y Afrodescendientes de El Salvador otorgado por el Ministerio de Cultura. 

Los trabajadores del taller de don Arcadio tienen más de 40 años de elaborar artesanías con fibras naturales.

Además, ha representado a El Salvador en eventos internacionales en  Venezuela, Guatemala, Honduras, y otros países. También trabaja con diferentes universidades privadas salvadoreñas compartiendo su experiencia y conocimiento del oficio.

En  el taller de don Arcadio, junto a él, trabajan  cuatro experimentados artesanos:  Rafael Alfonso Munchi, Ovidio Reyes, Miguel García y Manuel Cortez, todos  con más de 40 años de experiencia en el oficio. La habilidad que ellos tienen en el manejo de las fibras  hace parecer un trabajo que requiere de mucha habilidad y delicadeza, una tarea fácil.

Entre los productos que los artesanos fabrican están: muebles, carteras, sombreros, petates y adornos.

Este grupo de artesanos labora todos los días para transformar las fibras en arte. Dependiendo del trabajo que realizan así obtienen su pago. Ellos se consideran privilegiados por  haber aprendido este oficio y se sienten orgullosos  de mantener viva una tradición heredada de sus familias, nativas de Nahuizalco.

“Para mí es un privilegio que me llamen artesano de las fibras naturales. Primero lo inicié como una necesidad ya que a mis 16 años debía colaborar con mi familia para generar ingresos y luego porque se ha convertido en una profesión. Aunque no es bien recompensado económicamente,  con el trabajo que hacemos, demostramos que entre más difícil es el diseño más explotamos nuestra creatividad”, expresó don Rafael Munchi. 

Además, en el taller,  ellos dedican parte de su tiempo a  enseñarle a niños y jóvenes que desean aprender el oficio, pero , aseguran que se debe tener vocación. 

“Yo quisiera que este oficio no se pierda, que cuando me muera queden otros elaborando artesanías, por eso también lo enseñamos”, comentó don Arcadio. 

Añadió,  que con el paso de los años la materia prima para las artesanías ha incrementado su precio, afectando la producción, ya que  por ejemplo,  el tule que se usa para elaborar petates  ahora es escaso por el poco  interés de las personas en  cultivarlo.

 “Un tercio de tule puede oscilar entre $80 a $100, lo que antes valía $30, el valor del trabajo para hacer un petate no es bien pagado por el comprador que a lo mucho paga $8”, aseguró.

Detalló, que en algunos cantones de Nahuizalco se cultiva una variedad de mimbre y  tule, pero que los importados provienen del departamento de Yoro, en Honduras, y de Taiwán. Ellos los adquieren a través de proveedores locales. Agregó, que el  mimbre hondureño es el que  más utilizan en su taller. 

“El mimbre es considerado un parásito que nace en los árboles, yla raíz que cuelga es el mimbre y se encuentra en las partes más heladas y altas de otros países”, explica don Arcadio.

El artesano aseguró, que ellos deben estar al tanto de las tendencias en muebles y diseños para elaborar sus productos y que sean del gusto de los clientes. 

“Este es un oficio en el que se muere aprendiendo. Tenemos que estar en un constante aprendizaje sobre las modas y tendencias para que nuestros trabajos puedan ser utilizados en diferentes partes del hogar, como en la decoración de un negocio.  Además surgen iniciativas para diseñar cosas nuevas que atraigan la atención del cliente”, mencionó.

 Si usted está interesado en adquirir alguno de los productos de fibras elaborados en el taller de don Arcadio  puede comunicarse al 7757-8671.

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