Aunque solo la UE tiene una ley específica; en Brasil y Argentina la legislación avanza, mientras llega al resto de países.
La inteligencia artificial avanza a pasos agigantados con nuevas capacidades y habilidades diarias, y parece que no hay límites, sobre todo ahora que tiene el potencial de agregar un valor equivalente de $2.6 trillones a $4.4 trillones a la economía global.
Desde las aplicaciones básicas que pueden crear imágenes, voces, contenido, hacer diseños de 3D, hasta aquellas que pueden desarrollar medicamentos, la IA está incidiendo en todas las actividades productivas.
Y las empresas necesitan conocerla, saber para qué las necesitan, entrenarla y controlarla, para saber hasta dónde se puede llegar, dijo este viernes Daniel Pérez Umaña, vicepresidente corporativo legal de BAC Centroamérica, en el congreso de Momentum, evento que el banco realiza en Nueva York con más de 120 empresarios de la región.
Por ahora, la IA aún no es 100 por ciento confiable en algunas áreas; todavía hay riesgos, errores, sesgos, alucinaciones (información que no existe), manipulación, y estos riesgos no solo representan un impacto económico sino también a las personas, por lo que es necesario mitigarlos.
“¿Por qué es necesaria la regulación? Porque promueve la innovación, aumenta la confianza y ayuda a estandarizar los estándares”, detalló Peréz Umaña.
La Unión Europea es una de las primeras regiones que promulgó una regulación única, con un enfoque basado en riesgos. Desde prohibir aquellas de riesgo inaceptables, como identificación biométrica en áreas públicas, reconocimientos de emociones en las escuelas y el trabajo hasta la manipulación conductual.
Y regular aquellas de riesgo alto, donde se incluye el transporte, la salud, la educación, el empleo y la justicia en fronteras. Además ser transparentes en aquellas de riesgo limitado, como chat bots y reconocimiento facial.
Y aunque ha sido un trabajo largo, ya que el proceso inició en 2021 y su aplicación completa finaliza hasta 2027, el proceso es paulatino.
También se ha aprobado en países del G20 y en el caso de América Latina hay legislación en Brasil y Argentina.
Pero, ¿qué pasa en Centroamérica? Aún no se cuenta con leyes en la materia.
Marco empresarial
Para Peréz Umaña, las empresas que utilizan IA deberían tener un marco de gobernanza. Como BAC, cuentan desde junio del año pasado con un marco de gestión de riesgo en materia de IA, para saber cómo trabajar con ética, aseguró.
“Toda empresa que esté utilizando inteligencia artificial debería de tener gobernanza sobre lo que está sucediendo, para contar con una metodología estandarizada de cómo se va medir, evaluar y gestionar.
Este marco que utilizamos en BAC está inspirado en los principios de la OECD, tomamos referencia el marco de Microsoft y en el de Singapur, hace más de un año para que fuera la base y tenemos un comité de gobernanza interno, para evaluar casos, tipos de uso y contexto para usarla”, explicó Pérez Umaña.
En el banco, la IA se usa para mejorar productividad en Microsoft Copilot, biometría para dar seguridad a los clientes para que las plataformas sean más seguras, entre otros usos, y para ello han hecho una fuerte inversión en tecnología.
“Con IA podemos determinar si el cliente se conecta desde el mismo dispositivo en que siempre lo hace, inclusive si teclea de la misma manera, así se puede detectar actividad anómala y dar seguridad extra”, agregó.
BAC está presente en toda la región con más de 4.9 millones de clientes y de estos 2.8 millones son clientes digitales activos.
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