Más de la mitad de la deuda pública está en manos de inversionistas y casi la tercera parte de esa deuda paga tasas arriba de 9 %.
¿A quién le debe El Salvador? En el caso de la deuda del Sector Público No Financiero (SPNF) es decir, el Gobierno Central, el Gobierno General y las empresas públicas no financieras, sin incluir pensiones, le debe principalmente a inversionistas e instituciones multilaterales.
Según el perfil de la deuda del SPNF, elaborado por el Ministerio de Hacienda, la deuda de este sector sumó hasta agosto $19,669.8 millones; esto implica $1,432.1 millones más (8.68%) que en el mismo periodo de 2023.
De este monto, $17,923.9 millones corresponden a deuda de mediano y largo plazo y $1,745.9 millones de deuda de corto plazo, que son LETES (Letras del Tesoro) y CETES (Certificados del Tesoro).
De la deuda de mediano y largo plazo, el 57% está en manos de inversionistas, que son instituciones o personas particulares que han comprado papeles de deuda que incluye eurobonos y bonos emitidos en el mercado local; y aunque el porcentaje de la posesión de esta deuda solo ha subido 6% en un año (el año pasado un 51 % estaba en manos de inversionistas), el monto sí ha crecido 25%, pasando de $8,134 millones a $10,214 millones, según datos de Hacienda.
Por otra parte, el 34.5% de lo que debe el SPNF es a entidades multilaterales, que sumaron hasta agosto $6,184.9 millones; el año pasado era $6,108.2 millones y representó un 38.8% de la deuda total.
Algunas de las instituciones acreedoras, según los reportes de Hacienda, son el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), entre otras.
El SPNF también le debe $1,075 millones al Banco Central de Reserva, un 6% del total de la deuda; esta obligación ha subido en $5 millones en un año.
También hay deuda con entidades bilaterales como con Japón (JBIC), Alemania (KFW) y España que suman $375.6 millones y que representan un 2.1 % del total; y $74 millones que se les deben a otros y que representan el 0.4 %.
Así como la deuda ha subido, la tasa de interés que se paga por ella también. Hace un año, un 14% de la deuda total del SPNF pagaba una tasa arriba de 9%; este año, hasta agosto, un 27% de la deuda paga una tasa arriba del 9 %. Solo como ejemplo, la última emisión de deuda de abril pasado, por $1,000 millones, implicó una tasa de 12 % dice el economista Luis Membreño, y esta podría subir más de no cumplirse el “macro test”. Además, de la emisión de 2020 de $1,000 millones por los que el Gobierno paga 9.5 % de interés a 32 años.
Por otra parte, según explica Membreño, el hecho de sustituir deuda de corto a mediano y largo plazo, como ha sido en el caso de los LETES y CETES, que rondan unos $1,100 millones, también ha implicado un cambio de tasas mayor (que rondan entre 8.5 y 9.5 %) y aunque asegura que “desde el punto de vista de transparencia ha sido mejor, porque no está obligando a que financien de largo plazo con títulos de corto plazo”; va afectar en la “medida que la tasa de interés pueda bajar y (la deuda) se quede más cara por más tiempo”. Según Hacienda un 19 % de la deuda del SPNF paga entre un 8 y 9 %; en 2023 era el 13 %; un 34 % de las obligaciones tienen una tasa de entre 6 y 8 %, mientras que solo un 11 % del total paga tasas abajo del 3 %.
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