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La inflación de El Salvador fue de -0.07 en octubre

La tasa de inflación de El Salvador registró  una cifra negativa por primera vez desde diciembre de 2020. Para el economista Óscar Cabrera es un valor “atípico”, mientras que el INVE advierte sobre una baja en el consumo minorista.

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La tasa de inflación de El Salvador registró en octubre una cifra negativa por primera vez desde diciembre de 2020. El mes pasado, este indicador marcó un -0.07%, de acuerdo con el último reporte que ha publicado el Banco Central de Reserva (BCR).

La inflación es la tasa de aumento de los precios en un cierto período de tiempo. A lo largo de todo el 2020, año en que la economía mundial se contrajo debido a los confinamientos por el covid-19, la inflación en El Salvador sólo registró tasas negativas, cerrando en diciembre con un -0.09%.

Pero a partir de enero de 2021, los precios iniciaron una tendencia alcista que alcanzó su máximo nivel en junio de 2022 cuando llegó a 7.76%, la cifra más alta en los últimos 25 años, y desde esa fecha, el indicador comenzó a desacelerarse.

Los alimentos ha sido la categoría en donde la población más ha resentido el alza generalizada de precios, debido que su incremento muchas veces ha superado al índice general de inflación.

En octubre, la tasa de inflación interanual de los alimentos y bebidas no alcohólicas fue de -0.34%.

Para el economista Óscar Cabrera, presidente de la Fundación para el Desarrollo de Centroamérica (FUDECEN), la tasa de inflación que el BCR ha registrado en octubre “es un valor atípico”.

“Creo que sólo es una ‘gota en el mar’, el hecho de que haya habido una tasa de inflación negativa; ahora, nosotros traemos ya una inflación acumulada muy elevada desde la pandemia, y hemos visto la canasta urbana y rural que ha venido incrementándose. No creo que sea un punto de inflexión”, valoró Cabrera.

“Para una economía dolarizada que crece poco tener una inflación negativa estructural, que no es el caso (de El Salvador), si tiene que llevar a medidas de política pública”, agregó Cabrera, para quien es necesario revisar otros indicadores de precios que calcula el BCR como el índice de precios industriales, los precios al productor, los precios mayoristas y los precios al consumidor.

“Si distribuimos la inflación de bienes y servicios, van a ver que los servicios, que no están sujetos a la competencia externa, son los que más le imprimen a la inflación global. La inflación de bienes sí porque estamos sujetos a la competencia internacional”, acotó Cabrera.
 

Balmore López, director del Instituto de Investigaciones Económicas (INVE) de la Universidad de El Salvador, dijo que junto a la cifra negativa de la inflación en octubre se visualiza “una desaceleración económica por parte del IVAE (Índice de Volumen de la Actividad Económica)”.

“Estamos ante una deflación económica como producto de la disminución de la demanda, el consumo minoritario ha disminuido dado que hemos traído altos precios de la canasta básica; entonces, se ha redestinado el ingreso de parte de las familias”, apuntó.

El consumo minoritario es el que se realiza en los mercados locales, a través de la compra de productos como el arroz, frijol, vegetales, explica López.

En su informe económico correspondiente a junio de 2024, el INVE destacó que “desde el punto de vista del comportamiento de la economía salvadoreña, se observa que el sector comercio y servicios, tienen un comportamiento positivo, pero aun persiste el menor consumo minorista, el cual puede disminuir la actividad económica, y con ello impactar el crecimiento económico y el recaudo IVA y la renta”.

“El peligro no es que si va o no va a crecer la economía, el problema es que siga manteniendo la disminución de la demanda interna, y eso sí podría afectar el crecimiento de la economía en general, porque estamos ante una visualización de la deflación, y ¿cómo se visualiza este fenómeno? Con la disminución de las exportaciones, la disminución de importación de insumos para la producción”, detalla el director del INVE.

López considera que el país está en un proceso de deflación por la disminución del consumo interno, específicamente el minoritario, un problema no sólo de El Salvador, si no de las grandes economías y de América Latina.

Una deflación o inflación negativa es un fenómeno contrario a la inflación, es decir una caída general y continuada de los precios de una economía, lo que puede parecer como algo positivo, pero que en realidad tiene efectos perjudiciales como un menor crecimiento económico y un aumento del desempleo.

Proyecciones

El BCR proyecta que la tasa de inflación salvadoreña al cierre del año oscilaría entre 1.0% y 1.5%. En 2023, la inflación en el precio de los bienes y servicios fue de 1.23%, la más baja en tres años.

Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que 2024 finalice con una inflación del 2% en el caso de El Salvador.

Para el 2025, el organismo estima que el país tendrá una inflación del 1.8%. Si estas proyecciones se cumplen el país registraría una inflación más alta que la reportada en 2023, que fue del 1.2%, pero por debajo del 6.1% y del 7.3% que registró para los años 2021 y 2022, respectivamente.

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