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Sólo el 11% de las personas tiene acceso al crédito en El Salvador

Cifras oficiales destacan que sólo el 28% de la población posee una cuenta bancaria en El Salvador.  Economistas afirman  que hay varios retos que superar para reducir  brechas.

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En El Salvador, sólo el 11% de las personas tienen acceso a un crédito, dato que evidencia los retos en materia de inclusión financiera, según comentaron economistas en un reciente foro sobre el tema, organizado por la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de El Salvador (UES). 

En comparación, en América Latina sólo el 30% de la población tiene acceso al crédito. En lo que respecta a cuentas bancarias, en El Salvador el 28% de la población adulta cuenta con una, de acuerdo con el Banco Central de Reserva (BCR); muy por debajo de América Latina, en donde un 72% de la población tiene una cuenta de ahorro, contrastó el economista Óscar Cabrera, expresidente del BCR.

“Esto se explica porque el sector informal en nuestro país es muy elevado, entonces la industria bancaria, las SAC (sociedades de ahorro y crédito) y los bancos cooperativos tienen que hacer un gran esfuerzo para ir bancarizando a esta población que prefiere el efectivo”, explicó Cabrera.

En las últimas semanas, varios estudios han coincidido en que en El Salvador más de un 70% de la población está en el sector informal.

El Banco Mundial define la inclusión financiera como el acceso que tienen las personas y empresas a diversos productos y servicios financieros como, por ejemplo,  una cuenta de ahorro, créditos, seguros y sistemas para hacer transacciones y pagos.

Cabrera destacó que, pese a la normativa que en los últimos años ha aprobado El Salvador para impulsar la inclusión financiera, ésta parece ir en “retroceso”. 

Entre 2021 y 2021, la cantidad de mujeres con una cuenta de ahorro pasó del 10% al 29%, según la base de datos del Global Findex del Banco Mundial; pero este ratio cayó al 24% en 2024, de acuerdo con la última encuesta del BCR, comparó Cabrera.

“Las brechas de género en cuanto al acceso de cuentas de ahorro se están profundizando”, acotó Cabrera. 

En ese mismo periodo, la cantidad de hombres con una cuenta de ahorro pasó del 18% al 45%; pero en 2024 esta proporción cayó al 32%. “Algo está pasando dentro de nuestro ecosistema de inclusión financiera que no hace posible avanzar”, comentó el economista. 

Por otra parte, los recursos financieros se concentran en la zona central de El Salvador, según destacó un reciente análisis del Instituto de Investigaciones Económicas (INVE) de la UES.

Por ejemplo, el departamento de San Salvador concentra un 68.2% del crédito en El Salvador y el departamento de La Libertad el 12.5% de estos recursos; ambos representan “el 80.7% del destino de los préstamos brutos del sector bancario”, destacó el análisis del INVE. 

En contraste, hay cinco departamentos del país que apenas llegan, en conjunto, al 3.4% del total de préstamos, señaló el instituto de investigaciones. 

“Para El Salvador es un reto poder incentivar las actividades económicas en los departamentos de Chalatenango (0.6%) , San Vicente (0.8%), Cabañas (0.5%), Morazán (0.6%) y la Unión (0.9%), debido a que se observa una exclusión financiera, lo cual repercute en bajos niveles de desarrollo económico en dichos departamentos”. 

Cabrera destacó que Cabañas y Chalatenango, además, son los departamentos con menor acceso a cuentas de ahorro. 

Menos desigualdad

La inclusión financiera puede contribuir con la reducción de la desigualdad y de la pobreza. 
Cabrera señala que las personas en condiciones de pobreza y de bajos ingresos son las que menos tienen la posibilidad de acceder a un producto financiero como una cuenta de ahorro o acceso al crédito. 

Uno de los obstáculos es que dada la alta informalidad en el país no existe una “trazabilidad” para saber cuántos son los ingresos mensuales para luego acceder a un producto financiero como una tarjeta de crédito, ejemplificó Cabrera.

“Si El Salvador puede facilitar el acceso al crédito, ayudaría a reducir las brechas de desigualdad, a aumentar la productividad laboral en El Salvador”, añadió el economista. Las cuentas simplificadas y el dinero electrónico también “son fundamentales para reducir la pobreza y la desigualdad”, aseveró Cabrera. 

Sin embargo, hay desafíos que solventar. Uno de estos es el de la conectividad a través de la banda ancha móvil o fija, pero el problema es que sólo el 26.7% de la población tiene conexión fija, mientras que el 96.3% tiene conexión móvil, el inconveniente es que esta conexión móvil está en teléfonos de media gama, pero las plataformas para interacción de persona a persona necesitan una conectividad de alta gama, detalló el director del INVE, Balmore López.

“No están las condiciones para generar una inclusión financiera digital”, comentó López.Otro reto es el ahorro, dado que algunas familias no los pueden generar, sobre todo si su ingreso es el salario mínimo de $365 y el costo canasta básica es de alrededor de $289, más los costos de transporte, salud y educación, indicó. 

El análisis del INVE destaca que el sector bancario comercial del país está compuesto por 12 bancos,  los cuales para junio de 2024 presentan un saldo de $19,048.2 millones en cartera de préstamos brutos.

“El Bancoagrícola es el que más otorga líneas de crédito, dado que posee el 25.2% de participación de la cartera total, le sigue el Cuscatlán con 18%, el BAC con 15.3%, Davivienda con 14.5% e Hipotecario con 6.3%”, resalta el documento. Los bancos cooperativos de El Salvador tienen una cartera de préstamos que alcanza los $1,699.2 millones, mientras que las sociedades de ahorro y crédito poseen una cartera crediticia de $508.6 millones, detalla el estudio del INVE.

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