De acuerdo a un estudio de la Red Feminista frente a la Violencia contra las Mujeres en El Salvador, la mayoría de ellas fue víctima de insultos, humillaciones e intimidaciones de parte de sus agresores.
“De algo estoy segura, las palabras duelen más que los golpes, te marcan de por vida”, dice Marina (nombre ficticio), una mujer de 25 años que durante su adolescencia fue víctima de violencia psicológica de parte de su padre.
Cuenta que su padre nunca la golpeó, pero a diario la insultaba y la humillaba frente a sus hermanos. El mismo trato recibió su madre. “Me decía de todo, me decía que tenía maridos por todos lados, a mi mamá también. Me acuerdo que yo lloraba mucho, apenas tenía 14 años, yo no andaba pensando en esas cosas. Todo eso me cohibió, me sentía con baja autoestima, no hablaba con nadie, menos con hombres porque tenía miedo que él me dijera que yo tenía algo con ellos”.
A finales de julio, la Red Feminista frente a la Violencia contra las Mujeres en El Salvador presentó el “Informe sobre la situación de los Derechos Humanos de las mujeres en El Salvador 2012-2022” en él hace un recuento de la última década de los hechos de violencia a los que han sido sometidas las mujeres en el país y la violencia psicológica es una de ellas.
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Según el informe, las atenciones que brindaron la Procuraduría General de la República (PGR) y el Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer (ISDEMU) a mujeres víctimas de violencia psicológica entre 2012 y 2022 sumaron 85,382, de las cuales, 44,306 fueron atendidas por la primera institución y 41,076 por la segunda.
ONU Mujeres expone en su sitio web que la violencia psicológica consiste en “provocar miedo a través de la intimidación, en amenazar con causar daño físico a una persona, su pareja o sus hijas o hijos, o con destruir sus mascotas y bienes; en someter a una persona a maltrato psicológico o en forzarla a aislarse de sus amistades, de su familia, de la escuela o del trabajo”.
De acuerdo a las estadísticas que recoge la Red, fue en el 2019 cuando la PGR brindó más atenciones a mujeres víctimas de violencia psicológica, con un total de 10,684, disminuyó sustancialmente en el 2020 con 712 y la organización señala que esto se explica debido a las restricciones de movilidad por la pandemia del covid-19. Al año siguiente, en el 2021, el número de atenciones aumentó a 8,483 y en el 2022, se registraron 7,274.
Mientras que en el ISDEMU fue en el 2014 cuando la organización ayudó a más mujeres víctimas de este tipo de violencia. Los datos arrojan que recibieron a 5,124.
LAS CONDUCTAS
Los insultos son las conductas a las que más estuvieron expuestas las mujeres entre el 2018 y el 2022, de acuerdo a las estadísticas que recoge la Red y que atendió la PGR. En total sumaron 5,900 casos. En segundo lugar, están las humillaciones, 5,893; en tercero, la intimidación, 4,471.
Morena Herrera, feminista y defensora de derechos humanos, dice que la violencia psicológica “es de las menos reconocidas por la sociedad”, pues se normalizan situaciones como las humillaciones.
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“Muchas veces hemos sido socializadas de tal manera que se consideran las humillaciones, el control, la negación de las relaciones afectivas con la familia como tratos normales y eso hace que sea un tipo de violencia que genera mucho daño, genera dolor y pasa desapercibida en la mayoría de casos”, añade Herrera.
Ese fue el caso de Marina. “Yo veía normal ese trato, pensé que porque era mi papá tenía derecho a tratarme así”, afirma. Ella nunca denunció su caso y la violencia paró cuando sus padres se separaron.
Herrera detalla, además, que la violencia psicológica es una expresión de la violencia basada en género, es decir que “puede darse en el seno de la pareja, pero también de padres hacia hijas, entre hermanos hacia las hermanas o en el mundo laboral, en universidades, en escuelas”.
Ima Guirola, vocera de CEMUJER, detalla que la violencia emocional está presente en cualquiera de las expresiones de violencia de género contra las mujeres, “ya sea sexual, simbólica, económica, patrimonial y física” y que esta incide de gran manera en la salud de las víctimas.
“Siempre hay una afectación a la vida, a la dignidad de las mujeres y una afectación a nivel moral, emocional y psicológica y en la salud emocional, física y mental. Esto habla del impacto que tiene la violencia de género en todas las mujeres”, agrega.
El psicólogo clínico José Rodolfo Pérez, director del Centro de Neurociencia de la Universidad Francisco Gavidia (UFG), dijo que la violencia psicológica es “intangible”, pero afirma que esta deja una huella profunda en quienes la padecen. El especialista cree que debería existir una unidad especializada para tratar casos de este tipo.
“Le pongo un ejemplo. Un esposo maltrata a su esposa, el esposo va a la cárcel, pero la víctima, la mujer, necesita atención. Detrás de eso hay algo que tratar, el aspecto psicológico”, menciona Pérez.
Tras la separación de sus padres, Marina acudió a un psicólogo. “Me ayudó mucho. Superé episodios bien difíciles que me tocó vivir con mi papá y aunque hoy tengo comunicación con él, ya no le tengo miedo”, señala.
“La ayuda profesional es importantísima para superar este tipo de violencia. También ayudan mucho las redes de apoyo: instituciones, personas que hayan pasado por la misma situación”, dice Pérez.
Marina ahora, dice, es otra persona. “Se puede salir de la violencia, pero hay que reconocer que sos violentada”.
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