
Sin embargo, los doctores consultados esta semana por LA PRENSA GRÁFICA, advirtieron que la enfermedad es, además de altamente contagiosa, peligrosa.
El ministro de Salud, Francisco Alabi, aseguró que la enfermedad “manos, pies y boca” no es grave ni letal.
“No es una enfermedad grave, puede generar síntomas (similares) a una infección general”, señaló el funcionario el pasado jueves en la entrevista del estatal Canal 10.
Alabi explicó que la enfermedad se manifiesta con fiebre, dolor de cabeza, ardor en la garganta, úlceras en la boca y erupciones con líquido en manos, pies y boca. También advirtió que los niños pueden rechazar la comida o la hidratación debido al dolor en la garganta, por lo que recomendó a los padres asegurarse de que consuman suficiente agua.
“En casos bastante avanzados si no se trata la sintomatología puede generar complicaciones como deshidratación, por ejemplo, al ser lesiones que pueden generar mucho dolor y que están presentes en la garganta, evidentemente un niño que tiene dolor al momento de tragar, evita la ingesta de alimentos y agua, esto puede generar deshidratación”, explicó el funcionario
“Esta es una enfermedad bastante común y está en todos los países; afecta, en la mayoría de los casos, a niños menores de 5 años”, continuó.
El martes 11 de marzo, médicos del sector privado, público y del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) dijeron que en las últimas semanas se ha reportado un repunte de casos de este padecimiento en la población infantil.
La enfermedad “manos, pies y boca” puede provocar en la niñez condiciones como neumonitis (inflamación de los pulmones que puede ser temporal o permanente), meningitis (inflamación aguda o crónica de las membranas protectoras del cerebro y la médula espinal) y falla multiorgánica (condición en la que fallan dos o más órganos vitales).
El pediatra Ángel Duarte informó a LA PRENSA GRÁFICA que este año ha preocupado a los médicos debido al aumento de casos. Mencionó que un episodio similar ocurrió hace seis o siete años. También señaló que es frecuente en niños de 2 a 6 años, especialmente aquellos que asisten a guarderías y kínderes, donde el riesgo de contagio es alto.
“En las guarderías los niños tienen un contacto más estrecho que los niños que ya están en edad escolar. La guardería es un espacio limitado, comparten juguetes, comparten utensilios, hacen siesta en el mismo lugar, en el mismo cuartito. Entonces hay más chance que el virus se propague”, explicó el especialista.
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