FESPAD realizó el conversatorio “Voces Unidas Contra la Violencia hacia las Mujeres”, donde se reunieron más de 60 mujeres para hablar de la violencia que reciben en sus entornos.
Mujeres defensoras de derechos humanos hablaron este jueves 28 de noviembre sobre los desafíos que enfrentan en sus entornos y denunciaron la violencia psicológica, institucional y social que sufren las madres de personas desaparecidas hasta la discriminación que sufren las lideresas comunitarias, la violencia laboral de exempleadas y la discriminación de mujeres trans.
Carmen Argueta, representante del Comité de Familiares de Desaparecidos en El Salvador (Cofade) e integrante del Bloque de Búsqueda de Personas Desaparecidas, detalló que las autoridades les han mostrado indiferencia y siempre están con las puertas cerradas, enfatizando que es frustrante que les den la espalda.
Sobre la violencia social, dijo que hay un constante rechazo de la sociedad, que no las entiende y las juzgan por seguir en su lucha.
“Es un dolor que no se ve, pero está presente siempre, porque no están los seres queridos”, aseveró.
Jeannette de Calderón, lideresa de la Comunidad Nazareno, habló de los rechazos que ha vivido por su trabajo, donde hombres han subestimado que sea mujer para ejercer la dirigencia de Asociaciones de Desarrollo Comunal (Adescos).
Entre los comentarios que ha recibido a lo largo de los años señaló: "a mí que no se me vaya a acercar esa señora”, "Ya te va mal aconsejar", entre otros. Ella hizo énfasis en que hay que seguir en la lucha y no dejarse amedrentar por hombres que hagan comentarios.
Por su parte, Patricia de Claudio, de la Mesa Permanente por la Justicia Laboral (MPJL), habló de la violencia digital que reciben cuando hacen marchas pacíficas para exigir sus derechos que el patrono no les está cumpliendo y en donde son estigmatizadas porque no tienen trabajo.
“Les quieren callar la voz a las sindicalistas… la libertad sindical está perdida ", aseguró.
Otro de las graves consecuencias para las mujeres es la falta del seguro médico que pierden luego del despido. De esta manera ya no pueden dar seguimiento a las distintas enfermedades que padecen, aseguró.
Anabel Recinos, de la Mesa por el Derecho a Defender Derechos (MDDD), habló del peligro que son los cercos militares y el nivel de impotencia que hay para las defensoras en actuar contra esa medida de seguridad.
También señaló el estigma que ha recibido por apoyar luchas pro aborto, donde sectores religiosos la han atacado. Dijo que es constante la estigmatización hacia las defensoras de derechos humanos.
Entre las participantes también estuvo Verónica López, mujer trans en representación de la población LGBTIQ+, quien denunció la discriminación de las mujeres trans y dijo que estas son las que más sufren ataques. Agregó que el sector no tiene derecho a la identidad y que no hay espacios para que puedan hablar de sus derechos.
Y aunque estos ataques no son nuevos, dijo que antes había más tolerancia y respeto, mientras que ahora hay una absoluta “negación”, reflejando graves retrocesos. Llamó a las mujeres presentes a “articularse y unirse”, para lograr grandes cambios.
La defensora hizo énfasis en la deserción escolar que ha aumentado en estos años, ya que las y los jóvenes trans reciben ataques de sus compañeros y profesores. Habló de un caso donde a las mujeres trans les pidieron cortarse el pelo para poder graduarse.
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